La imagen de Sebastián tirando un artefacto de pirotecnia (de venta libre) se utilizó para hablar de él como si fuese un demonio y así demonizar a todos los manifestantes. Han llegado a decir cualquier barbaridad, alentando las agresiones por redes sociales y demás.
Acá queremos contarte realmente quién es Sebastián Romero, uno de los cientos de miles que el 18 D fue al Congreso para impedir que le roben los jubilados y niños, y fue brutalmente reprimido.
Desde hace doce años, Sebastián es obrero de la General Motors. De 2012 a 2014 fue delegado de sus compañeros, y luego dejó de serlo por un fraude acordado entre la empresa y el sindicato SMATA. A principios de 2017 fue referente de la heroica lucha que dieron los obreros de GM contra las 350 suspensiones que habian acordado el Sindicato y la patronal, gracias a la cual muchos recuperaroon sus puestos de trabajo. La empresa le acaba de mandar el telegrama de despido, aprovechándose de la persecución que está sufriendo.
En su barrio, el FONAVI de Rosario, Sebastián se organizó con sus vecinos para protestar por la falta de mantenimiento y de obras, que pone en riesgo la vida de los habitantes. Hace algunos días, finalmente, pusieron las escaleras por las que pelearon, seguro con la intención de “tranquilizar” al barrio que se está organizando también para defender a Sebastián.
Sebastián es un militante socialista y revolucionario. Hace seis años es parte del PSTU, no sólo para organizar mejor la pelea en la fábrica o el barrio, sino para terminar con este sistema capitalista que somete a la inmensa mayoria de la población a una vida de necesidades insatisfechas, miseria y violencia, al servicio de la ganancia de unos pocos; y construir una sociedad socialista, que se organice a partir de las necesidades de la mayoría de la población, libre de toda explotación y opresión. Y para lograr eso, es necesario hacer una revolución, como la que hicieron para lograr la independencia del país, pero encabezada por la clase obrera.
Todo eso es Sebastián, además de hijo, hermano, tío, amigo. Esto es lo que los medios no quisieron decir.