RACISMO, XENOFOBIA Y REPRESIÓN EN ARGENTINA

Hoy el mundo se encuentra impactado con las imágenes de las movilizaciones que se desataron en EEUU por el brutal asesinato de George Floyd por parte de la policía.

A partir de esta rebelión contra este sistema racista en el centro del imperialismo, en distintos medios de comunicación principalmente hablan del racismo y el abuso policial como algo externo a la Argentina. La realidad del país muestra absolutamente lo contrario con las minorías como son los pueblos originarios, los inmigrantes y los afroargentinos.

Las villas: foco y demonización

En los últimas semanas el centro de atención alrededor del coronavirus fue el crecimiento en la Villa 31 con cerca de 2000 y mas de 3200 en total de las villas porteñas que representa el 37% de los casos de la ciudad. La Villa 31 es un asentamiento en el medio de la Ciudad de Buenos Aires donde viven más de 40 mil personas, de las cuales el 53% son inmigrantes de países limítrofes, principalmente de Paraguay, seguido por Bolivia, Chile y Ghana. Del 47% restante el 86% emigró de provincias del norte del país, por ejemplo, Jujuy, Formosa y Catamarca. Estas provincias se encuentran entre las más pobres del país.

Los datos ya demuestran quiénes son y dónde se encuentran los sectores más vulnerables de la ciudad más rica de país. Si vamos a los datos laborales de los habitantes de la Villa 31, el 74% pertene al trabajo informal sin derecho a obra social, jubilación o ART. Ser habitante de la Villa 31 y salir a buscar trabajo es en los hechos una ventaja que se da a la patronal para dejarte en la informalidad y limitarte a trabajar en ciertas ramas como por ejemplo la construcción, el servicio doméstico y atender en comercios o restoranes.

 La situación no varía al ir a otras provincias como por ejemplo el Barrio Toba en la provincia del Chaco, un asentamiento donde vive la comunidad QOM y hoy es es principal foco de la provincia, también la comunidad qom es blanco del abuso policial de manera permanente, como sucedió en el Barrio Banderas Argentinas donde la policía ingresó sin orden de allanamiento, golpeó mujeres y menores, en la Comisaria las rociaron con alcohol y amenazaban con prenderlas fuego.

Mujer, trans, inmigrante y prostituta

Sin duda el nacer mujer o trans bajo este sistema es una condena, pero si a esto le agregamos ser inmigrante y prostituta se transforma en una vulnerabilidad extrema. En la Argentina se calcula que entre el 80% y 90% de las personas trans son empujadas a la prostitución por ausencia de opciones laborales y legislacion protectora, lo cual significa que su ingreso económico se mide por dia y a partir de la cuarentena su ingreso se vio disminuido a cero. Esta situación llevo a una cantidad significativa de desalojos de personas trans de los hoteles donde se hospedan, en particular en barrios como Once y Constitución.

Frente a esta situación son varias que se ven obligadas a romper el aislamiento y salir a la calle para tener algún ingreso, con el riesgo que significa, asi lo describe Alma Fernández: “La situación es tan insostenible que algunas salen igual a las zonas rojas, lo que se convirtió en una nueva excusa para que la policía las maltrate y las humille, como en la época de los edictos policiales”.

La situación de las prostitutas dominicanas no es muy diferente, ya que también están expuestas al abuso policial . También se dieron situaciones de desalojo en la zona de Constitución durante la cuarentena.

Por último se encuentra la situación de las prostitutas paraguayas, uno de los sectores mas golpeados por la xenofobia en el país, una muestra de eso es el dato de que el 40% de las mujeres víctimas de trata en la Argentina son de nacionalidad paraguaya, este numero se va al 80% cuando hablamos de las mujeres explotadas sexualmente en el país. 

Desde el inicio del aislamiento se registraron abandonos de mujeres paraguayas en la triple frontera , que se encontraban en condición de desaparecidas, se destaca el abandono de 22 mujeres que estaban secuestradas en Brasil y al no producir ganancias fueron abandonadas por sus captores.

Todos estos casos mencionados entre otras cosas tienen en común la negligencia  total por parte del Estado, donde incluso por falta de documentación la mayoría se vio privada del ingreso familiar de emergencia.

La comunidad senegalesa y el abuso policial

Para la comunidad afro y en particular los senegaleses, el abuso policial es moneda corriente. Su principal actividad es la venta ambulante por lo tanto la corrupción y el abuso de poder están al orden del día con detenciones, robo de mercaderías y golpizas por parte de las fuerzas como se da en ciudades como Capital, La Plata, Quilmes y provincias como Mendoza y Córdoba. Asi lo señaló un informe de la ONU donde alertó sobre el abuso policial, la discriminación y la invisibilidad de los afroargentinos.

El abandono por parte del estado es enorme, hoy en situación de cuarentena están impedidos de salir a la calle a vender, con amenazas de desalojos y sin asistencia. Los datos recientes hablan de que al 95% de la comunidad senegalesa le fue rechazado el IFE. 

A pesar de este abandono, se encuentran organizados para que a ninguno les falte alimento y luchando por el derecho al IFE.

La lucha contra el racismo y la xenofobia, es luchar contra el capitalismo

Sin duda el racismo está instalado en la Argentina y se lo puede ver y escuchar en los medios de comunicación, en las canchas de fútbol. Es una pelea diaria la conquista de derechos y la erradicación de racismo en la actual sociedad. La historia de racismo e invisibilización es enorme, desde la llegada de los españoles al continente y la masacre de los pueblos originarios, pasando por los esclavos, el genocidio en las distintas batallas donde negros y criollos eran puestos en la primera línea. La pelea contra el racismo estructural, la xenofobia en la Argentina es una tarea de todos y todas los/las trabajadores/as que peleamos contra este sistema opresor y explotador que mató a George Floyd, porque ¡las vidas negras importan!