RECHAZAMOS EL ACUERDO SALARIAL Y LA FLEXIBILIZACIÓN

A pesar de la firma de la adenda que consolidó la flexibilización de hecho, el
ataque a conquistas históricas que las operadoras, el gobierno y la burocracia sindical petrolera presentaron como única posibilidad de defensa de puestos de trabajo, siguen  los despidos y las suspensiones sin goce de sueldos como
pudimos ver en empresas como San Antonio y como extorsionan las operadoras contra los trabajadores de los yacimientos concesionados a favor de YPF y Tecpetrol, a los que llaman con total desprecio sobrantes de personal, amenazando con despedir a otros 700 trabajadores. 

La burocracia sindical petrolera para arremeter con la firma de esta agachada histórica que es la adenda prometió asambleas en los lugares de trabajo, cosa que no realizó y que cambió por asamblea de delegados en la sede sindical, asambleas cada vez más raquíticas, con cada vez menos delegados que no van con ningún mandato de sus compañeros, imponiéndose entonces lo que la Comisión Directiva quiere. En casi todos los sectores de a poco se aplica la adenda y los trabajadores vamos viendo cómo se pierden conquistas que tanto costó conseguir, como la hora de comida (viandas), disciplinando a los trabajadores y metiendo miedo.

Así es como en la recientes paritarias se acaba de firmar un aumento salarial en cuotas, un aumento desdoblado no remunerativo y un bono de acuerdo a las últimas remuneraciones que al calcularlo sobre estos conceptos se sabe
van a ser menores, toda vez que están afectados por las suspensiones y la consiguiente merma salarial.

Dicho aumento no ha sido consultado a las bases sino que se vuelve firmar por cuenta de la conducción y es así que consolida la pérdida salarial por la  inflación pasada y por las suspensiones y recorte de jornadas de trabajo que
achican en un 40 % el sueldo de los trabajadores.

El mismo acta acuerdo establece que la condición para cobrar dichos  aumentos es que los trabajadores estén en relación de dependencia al momento de cobrar, dejando claro que continuaran los despidos y no tendrán derecho asumar esos aumentos a futuras liquidaciones finales.

La conducción del Sindicato Petrolero Chubut se declara en alerta por 700 despidos y dice que van a hacer una pelea inteligente para revertirlos sin parar la producción ni hacer huelga como lo vienen haciendo desde diciembre del 2015 mientras se multiplican las jubilaciones anticipadas, los retiros voluntarios, los despidos por goteo, los despidos en masa, el desafuero sindical y la persecución gremial, las suspensiones y la adenda flexibilizadora.

Es así como los plenarios del Sindicato son cada vez menos concurridos,  generando más divisiones dentro del gremio y bronca, impotencia y en algunos casos resignación entre los propios trabajadores. La burocracia petrolera ha sido un agente clave para que se lleve a cabo este proceso de ataque a las conquistas obreras. Los trabajadores petroleros deben luchar por una nueva dirección en el gremio y también por una alternativa política propia.