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¡Rechazamos el intento de golpe militar reaccionario!

¡Luchemos contra la represión del gobierno! 

En la noche del 15 al 16 de julio, las calles de Ankara y Estambul fueron palco de un intento de golpe por parte de un sector de las Fuerzas Armadas turcas, que se proponía deponer al presidente Erdogan e instaurar la “ley marcial” en todo el país, es decir, un régimen directamente militar y aún más represivo que el régimen parlamentario, aunque cada vez más bonapartista, impuesto por el AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) en la última década. Estamos en contra del gobierno de derecha de Erdogan, pero la alternativa no es un golpe militar reaccionario para imponer una dictadura.

Las tropas insurrectas, aparentemente lideradas por el excomandante de las Fuerzas Aéreas, Akin Öztürk, cerraron el puente sobre el Bósforo, en Estambul, y controlaron diversos puntos estratégicos en la capital Ankara. Entre los comandantes del golpe estaban generales que encabezaron la represión sangrienta contra los kurdos. Tomaron una estación de TV y, desde ahí, lanzaron un comunicado en el que anunciaron que habían tomado el poder a través de un “Consejo de Paz” [una Junta Militar], denunciaron a Erdogan como “traidor” y presentaron sus medidas, entre ellas la instauración de la “ley marcial” y el toque de queda, en nombre de la “paz y la democracia”. Erdogan emitió un llamado a toda la población a salir a las calles para derrotar el golpe y defender la “democracia”.

La derrota del golpe

Con el pasar de las horas, los golpistas fueron perdiendo fuerza. Erdogan demostró que continúa controlando la mayor parte de la cúpula de las FFAA y, principalmente, de la policía, que también salió a enfrentar a los militares rebeldes. Otro elemento importante, que los golpistas no midieron correctamente, fue el grado de apoyo popular que mantiene Erdogan, sobre todo en sectores simpáticos al islamismo. A esto hay que sumar que todos los partidos parlamentarios, incluido el kurdo HDP, se opusieron al golpe. El imperialismo también se posicionó contra los golpistas. De esta forma, el intento de golpe no se prosperó ni dentro de las FFAA ni en las calles, donde una parte de la población acudió al llamado del gobierno y lo enfrentó.
El pueblo turco, que conoce bien el látigo de las dictaduras militares, salió a las calles a enfrentar el golpe reaccionario. En ese momento era lo correcto y lo imperioso. La primera tarea era aplastar el golpe que intentaba liquidar las pocas libertades democráticas que sobreviven bajo el gobierno odioso de Recep Erdogan. Decenas de miles fueron a las calles e impusieron una barrera humana delante de los tanques.
Los militares golpistas dispararon contra el pueblo. Durante horas hubo enfrentamientos armados callejeros. Decenas murieron, pero los golpistas no pasaron. Hasta el momento se habla de más de 300 muertos, entre ellos más de 50 civiles.

¡Enfrentar la escalada represiva de Erdogan contra los trabajadores!

Erdogan volvió a la capital y anunció que la situación estaba estabilizada. Comenzó entonces una purga en las alturas de inmensas proporciones. “Los involucrados pagarán un alto precio”, declaró amenazante. El gobierno turco está utilizando la derrota del golpe como justificación para perseguir a todos sus opositores y recortara aún más las libertades democráticas para el pueblo. Más de 7.500 fueron arrestados, entre ellos un tercio de los generales y almirantes de las FFAA, centenas de soldados rasos, policías y jueces. Más de 20.000 funcionarios públicos fueron suspendidos y están siendo investigados.
Sin duda, Erdogan intenta presentarse como “héroe” ante el país y fortalecerse políticamente. Ahondará su ofensiva contra los kurdos y el PKK en el sureste del país, donde, desde que se rompieron las “negociaciones de paz”, miles han muerto por la artillería y la aviación del gobierno turco. El gobierno está atacando los derechos económicos y democráticos de la clase trabajadora y cumple el nefasto papel de represor de los miles de inmigrantes –sobre todo sirios- que intentan llegar a Europa desde territorio turco. Nada positivo se puede esperar de Erdogan, solo una profundización de los ataques económicos al pueblo, de la censura y el clima de miedo.
Después del golpe, Erdogan calificó a su gobierno como una “nueva vida”, y la está utilizando para sus fines y a su manera. Las bandas de seguidores del AKP aprovechan la situación actual para lanzar una embestida reaccionaria, entrando en los barrios para atacar a militantes de izquierda y acusando a cualquier movimiento opositor de “golpista”. Organizar la resistencia a esos ataques es la tarea principal en estos momentos.
Desde la LIT-CI saludados al heroico pueblo turco por su papel en la derrota del golpe reaccionario. La misma decisión y valentía debe ser usada ahora en la lucha contra Erdogan y su camarilla. La misma determinación debe ser ahora usada para apoyar las luchas obreras y sociales, así como la causa del pueblo kurdo por su autodeterminación nacional y la lucha de los miles de inmigrantes que llegan al país huyendo de la barbarie generada por dictadores sanguinarios como Al-Assad, el Estado Islámico y los ataques imperialistas en Medio Oriente.

¡NO al golpe reaccionario en Turquía!

¡Viva la lucha del pueblo turco!

¡Por la autodeterminación nacional de todo el pueblo kurdo!

¡Por el derecho al trabajo y una vida digna de todos los inmigrantes!

¡En defensa de las libertades democráticas contra la represión del gobierno de Erdogan a los trabajadores y la izquierda!

¡Por un gobierno de los trabajadores!