El Gobierno pretende avanzar con su plan de ajuste, de ataque a las condiciones de vida de las familias trabajadoras. Lanza tarifazos, despidos, inflación y topes salariales. La profundización del plan de ajuste de Macri y los gobernadores es una declaración de guerra hacia el conjunto de los laburantes como lo son las suspensiones en General Motors y los despidos en AGR Clarin. Recientemente la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, Vidal planteó: “No vamos a aflojar y vamos a quebrar la protesta docente”.
Primero largaron la campaña sucia del “voluntario docente”, luego la amenaza de descuentos y recientemente declararon en varias provincias la conciliación obligatoria. La última novedad es darle 1000 pesos extras a los docentes que vayan a trabajar los días de paro. Es decir, con un premio a los que carnerean la huelga quiere dividir la lucha.
Pero lejos de generar el pretendido miedo, trajo mayor indignación y bronca en las escuelas. Hizo brotar con fuerza la necesidad del no inicio nacional para enfrentar el ajuste del Gobierno. Hizo ver con más claridad la necesidad del Paro General como inicio de un plan de lucha nacional.
Durante el 2016 las conducciones sindicales le garantizaron el normal inicio de clases al Gobierno firmando un acuerdo que nos hizo perder un 10% de nuestros salarios y se redujeron cupos de comedores y suspendieron planes de construcción de escuela e infraestructura. Los dirigentes firmaron la paz social que les garantizó a los gobernantes la aplicación del ajuste.
Este año lo arrancamos peleando y a pesar de los vaivenes de las conducciones gremiales, a pesar de los intentos de levantar las medidas, eso trajo mayor repudio y desconfianza de las escuelas, la base impuso la continuidad de las medidas con paros y movilizaciones. La presión y las ganas de luchar que se vio expresada en la histórica marcha del lunes 6 obligó a los dirigentes a establecer un cronograma de paros y una Marcha Federal el 21 y 22 de marzo a Plaza de Mayo.
Para derrotar al gobierno debemos tomar la lucha en nuestras manos
Necesitamos un plan de lucha nacional, y la CTERA y demás gremios muestran que son inconsecuentes en la pelea contra el plan de Macri. Por eso más que nunca debemos organizarnos desde las bases de las escuelas de todo el país para cambiar este rumbo. La única garantía que tenemos, para que los dirigentes acaten, es que tomemos la lucha en nuestras manos, construyendo comités de lucha amplios desde los cuerpos de delegados que integre a todo aquel compañero que quiera formar parte activa sin importar gremio o afiliación. Debemos unir a todas las escuelas y la primera tarea será hacer recorridas para explicar y convencer a los compañeros que dudan.
No podemos dejar en manos de los dirigentes la decisión de cómo y cuándo se levanta la lucha y cuáles son nuestros reclamos, y para eso debemos organizarnos entre todos, sin dejar que nos dividan por gremio, para garantizar la continuidad.
Los trabajadores de la educación podemos desarrollar el poder demostrado el lunes 6 donde desbordamos las calles en defensa de la escuela pública estatal y la dignidad de nuestras familias. Debemos unirnos con el conjunto de los estatales y empujar la lucha por el gran Paro General que las bases se encargaron de refregarle en la cara a los líderes de la tregua cegetista.
Continuemos la lucha por:
• Básico nacional acorde al valor de la canasta familiar
• Aumento del presupuesto educativo. Quite de subsidios a la educación privada.
• Que a partir del Cuerpo de delegados se formen Comités de Huelga para organizar y unir las escuelas
• Que las CTAs, CTERA y los sindicatos nacionales acaten la decisión de las bases y se pongan al servicio del triunfo de la lucha.
• ¡Unidad de los trabajadores! Desde abajo garanticemos el gran Paro General que le impusimos a la a CGT y CTAs para derrotar el ajuste de Macri.