REDUCCIÓN DE GASTOS Y MÁS PAGO DE DEUDA : EL MASSAJUSTE III

Con  alta inflación persistente, ajustes en gastos del Gobierno y reducciones salariales continua una transferencia de recursos a favor de las patronales,  el campo y una mayor recaudación impositiva. Todo un combo “diabólico” contra el nivel de vida ante las exigencias del FMI y de los fondos buitre.  para pagar vencimientos de Deuda Pública e intereses. Aunque los Fernández y el Congreso lo lloran, son cómplices para pagarla como todos los gobiernos que le precedieron. Mientras el colosal ajuste  continuado por Sergio Massa se profundiza. 

 

Desde enero los aumentos en bienes y servicios continúan. Con el impracticable sistema de los “Precios Justos” en alimentos, limpieza y bebidas se difunden supuestos controles a los supermercados pero el Gobierno es incapaz de usar por lo menos la Ley de Abastecimientos, no sea que las patronales productivas se ofendan. Trenes, subtes y colectivos aumentaron el boleto a lo ancho y largo del país autorizados por el propio Massa. Los servicios de electricidad, gas y agua reciben exorbitantes aumentos.

 

La carne aumentó un 30% promedio. El pan un 20%. Los medicamentos cada vez más caros. La medicina privada y prepaga con aumentos mensuales superiores a la inflación. Los insumos para la educación aumentan sin control ante del inicio de clases. El aumento del dólar paralelo por los especuladores impulsó y seguirá presionando un mayor costo insumos importados en una economía dependiente del capital extranjero. Y así podríamos seguir con una larga lista que genera más pobreza que ya llega al 40%. 

 

Menos gastos del Estado

 

Cumpliendo con el acuerdo con el FMI por el préstamo a Macri de U$S 44.000 millones avalado en el Congreso, Massa aplicó en enero pasado achicamiento del 31% en los gastos primarios presupuestados para el sector Público Nacional. Y comparado con diciembre 2022 un 18% menos.

 

En jubilaciones y el PAMI se redujeron gastos en términos reales en un 29,6%. En Obra Pública un 66,5%, Bienes y Servicios 49,3%, Transferencias a provincias un 21,2%, Gastos en Personal 9,70% y Programas Sociales 6,6%. Son algunos ejemplos. 

 

Massa acordó con la CGT aumentos para el 2023 hasta el 60% que sería la inflación deseada pero poco creíble. Pero los burócratas sindicales firman acuerdos cercanos a la inflación 2022 del 94,8% pero en cómodas cuotas,  y tenemos que ir soportando inflación con ingresos sin los aumentos a percibir a futuro. El Gobierno argumenta que los jubilados le ganaron a la inflación en 2022. Algo dudoso ya que serían beneficiarios de unos bonos miserableslos que perciben haberes mínimos el resto con haberes más altos no los reciben, cobrando solo un 72% de aumento en el año. Si esto no es un super ajuste ¿el ajuste donde está?

 

Para el campo no hay achique de gastos

 

Pero los ajustes en gastos no involucran a los recursos que Massa destina a los capitalistas agropecuarios. Ante la sequía ya concedió beneficios por unos $65.000 millones, reduciendo tasas de interés en préstamos, y se concedería una vez más un dólar oficial especial para las exportaciones de soja. Algo ya aplicadas en 2022 por $600.000 millones, y a la par un recorte de $327.000 millones en políticas alimenticias y Programas Sociales. Y a las petroleras y las mineras se les redujeron. 

 

Ajuste voraz para pagar capital e intereses de Deuda Pública 

 

Massa sorpresivamente comunicó que se recomprarían U$S 1.000 millones de Deuda Pública Interna y Externa. Algo dudoso ya que las reservas del BCRA son mínimas.  El argumento: sería un buen mensaje a los “mercados”. Suena a una clásica maniobra entre Gobierno y especuladores. El Estado compraría bonos que cotizan a un 22% de su valor, y especuladores financieros buitres, advertidos con anticipo, compran esos bonos generando un aumento de un 10% en su cotización, y el Gobierno en definitiva los cancelaría pagando un 33%. Negocio redondo para los buitres.

 

Por otra parte en Enero y Febrero vencían y vencen unos U$S 4.000 millones de Deuda Externa. Ya se pagaron a acreedores privados unos U$S 1.085 millones, al FMI U$S 1.360 millones y al Banco Mundial U$S 800 millones. Este año vencen con el FMI unos U$S 18.000 millones, que seguramente se refinanciarán con altos intereses y se usarían Derechos Especiales de Giro del organismo para compensar la Deuda, no entrando un solo dólar.

 

La Deuda Pública actual llega a los U$S 396.000 millones, 33% en pesos con ajuste por inflación o tipo de cambio y 67% en dólares. Macri aumentó la Deuda en U$S 82.000 millones. Y en tres años Fernández la incrementó en U$S 86.000 millones. Y si sumamos la Deuda del BCRA por Leliqs de $60.000 millones al sistema bancario con 104% anual de interés, más U$S 30.000 millones de Deuda de las provincias el total del país llega a la impagable suma de U$S 500.000 millones.

 

Los Fernández y Massa tienen como objetivo alinear aún más la economía argentina con la banca acreedora, con el FMI aceptando sus imposiciones y con el Departamento de Estado yanqui luego de sus viajes. De ahí que el organismo le aprueba los resultados trimestrales de su gestión. Por ello los ajustes detallados al principio tienen indefectiblemente como objetivo obtener recursos para cumplir con los pagos de la Deuda.

 

Resumiendo, recursos para pagar Deuda hay, pero no para destinarlos a las verdaderas necesidades del pueblo trabajador como vivienda, salud, educación, trabajo genuino, etc.. Hay alternativas con una economía planificada controlada por trabajadores, medidas verdaderamente socialistas, y se puede empezar en forma urgente por el NO PAGO DE LA FRAUDULENTA DEUDA PÚBLICA.