El miércoles 1° de julio, tras el despido de 6 obreros y la decisión de la empresa de no renovar el contrato a otros 6 trabajadores, entre ellos un delegado de una empresa tercerizada comenzó el conflicto. La empresa no tiene ninguna explicación válida para justificar los despidos. Al contrario, en estos mismos momentos está haciendo una inversión millonaria por la gran ganancia que obtiene gracias a la explotación de sus trabajadores. Los mismos vienen reafirmando a través de asambleas la decisión de parar. Estos despidos tienen el objetivo de que en los sectores donde los compañeros se desempeñaban trabajen con menos operarios, sin respetar las condiciones de seguridad e higiene industrial. No olvidemos que por estas razones el año pasado, dos compañeros perdieron la vida en la fábrica. Es indignante que poco tiempo después de estos terribles hechos el ministerio de trabajo y la empresa ataquen a los trabajadores. No les importa la vida de los trabajadores y menos la subsistencia de sus familias. Estos despidos son claramente un ataque al convenio que los compañeros, junto con sus delegados, lograron conseguir por medio de la lucha, tras los miserables aumentos que la UOM vino negociando a nivel nacional. El ministerio de trabajo lejos de dictar la conciliación obligatoria con todos los compañeros adentro, habla de una “conciliación voluntaria”.
Está claro de qué lado está el gobierno. Del lado de una patronal multinacional que ataca a los obreros. Por eso es imprescindible que el sindicato se ponga a la cabeza. Así como fue en la lucha de los trabajadores aceiteros. Y que la UOM seccional llame a un paro general de Villa Constitución para defender los puestos de trabajo ya que también está la amenaza de cerrar nuevamente Paraná Metal donde semanas atrás murió otro compañero, aplastado por una pieza de gran tamaño. Y todo ¿por qué? Por la desinversión y vaciamiento de esta planta y la falta de las mínimas condiciones de seguridad, por parte del dueño, Cristóbal López, empresario petrolero y del juego, íntimo amigo del gobierno, que agarró esa empresa hace años. Semanas atrás tuvimos las elecciones en la provincia de Santa Fe, Lifzchitz del PS-FAP ganó por poco al PRO, tras serias denuncias de fraude. Se terminaron las promesas electorales y empezó el ajuste en la provincia. En GM después de la muerte de Leonardo Barboza en la explosión e incendio dentro de la planta de pintura y la ola de bronca que causó, la empresa volvió a apretar a los lesionados y activistas para “retirar voluntariamente” a 900 trabajadores. Por esta razón desde el PSTU en el FIT, siempre estuvimos y estaremos del lado de las luchas sin caer en la trampa de las mentiras de los candidatos del ajuste. Hoy se ve claramente, ante esta situación de despidos en la provincia se juntan con las multinacionales, para echar obreros, y dejar familias enteras sin sustento.