Desde hace unos meses, las empresas azucareras vienen extorsionando a los trabajadores con la amenaza del cierre de las plantas industriales para imponerles condiciones de trabajo más duras y salarios más bajos, y de esa manera sacarles mayores ganancias. Pero los obreros azucareros no se dejan engañar ni pisotear, y lanzaron una resistencia que se transformó en una lucha testigo del enfrentamiento del pueblo trabajador contra el saqueo empresarial amparado y alentado desde el gobierno macrista
Tras haber conseguido ganancias abismales en los últimos años, las empresas propietarias de ingenios azucareros de Salta y Jujuy decidieron en bloque argumentar “crisis en la actividad” y “baja competitividad” debido a los “altos costos salariales”, para lanzar despidos, cesantías y cierres de establecimientos; redondeando su extorsión en la medida del ministro de energía Aranguren que dispuso la baja de los precios del bioetanol, combustible obtenido a partir del alcohol de caña.
Este bloque empresarial, comandado por el infame dueño de la empresa Ledesma Carlos P. Blaquier (instigador de la “noche del apagón” en Libertador Gral. San Martín, que dejó decenas de desaparecidos) cuenta con el respaldo de los gobiernos provinciales y el nacional, como lo ha tenido desde siempre, no por nada el propio Blaquier tuvo una relación muy cercana al matrimonio Kirchner en la década pasada. Por esa razón, los gobiernos de Urtubey y Morales no solo pusieron a disposición de las empresas a la infantería policial, si no que además- ante la profundización del conflicto- los legisladores nacionales de Urtubey han presentado, con la excusa de enfrentar la “crisis azucarera”, proyectos de ley para… reducir los aportes patronales y mejorar la “competitividad”.
Los azucareros salen a la lucha
Pero la respuesta no se hizo esperar, no entre trabajadores que han estado en estado de alerta en los últimos años, con luchas como la de Ledesma en septiembre o la de El Tabacal en 2016. Las persecuciones contra los activistas y los más de 1500 despidos fueron contestados con paros, piquetes, concentraciones en los portones de los ingenios, y marchas. Cabe destacar la marcha en la localidad de Hipólito Yrigoyen encabezada por los obreros del ingenio El Tabacal, en la que la policía salteña lanzó una represión desbocada que fue resistida por los manifestantes.
Y el pasado 19 se llevó a cabo una caravana de 300 km que unió los ingenios afectados, y concluyó en la ciudad salteña de Güemes. Esta actividad tuvo la importancia de avanzar en la unidad y la coordinación no solo entre los trabajadores de las diferentes empresas, sino con otros sectores obreros y populares, los cuales vienen llevando a cabo sus propias luchas contra la represión, por salarios y demás; creando la posibilidad de unificar todas esas luchas en una gran rebelión contra los gobiernos ajustadores y represores del noroeste, y las patronales saqueadoras.
Por la estatización de los ingenios! Por la estatización de toda empresa que cierre o despida!
De momento, la lucha de los azucareros logró poner en aprietos a los empresarios y a los gobiernos, forzando al gobierno del salteño Urtubey a buscar una salida negociada para desactivar la imparable movilización. Pero eso no debe hacer bajar la guardia: Urtubey, y Morales, han demostrado ser unos matones al servicio de los poderosos, que tarde o temprano querrán tomar revancha contra los bravos azucareros: la única salida es continuar y profundizar la lucha hasta derrotarlos y echarlos del poder.
Y los intentos de buscar “nuevos inversores” que se adueñen de los ingenios también son pan para hoy y hambre para mañana, cambiar un explotador por otro. Se hace necesario un programa obrero y popular en defensa de la industria azucarera, cuyo eje tiene que ser la estatización bajo control obrero de todos los ingenios que cierren o despidan, y un plan para usar la producción de los mismos al servicio de las necesidades obreras y populares, desde el papel de caña para la educación pública, hasta el bioetanol para abastecer de energía barata a los barrios populares.
Con este programa, la lucha de los azucareros puede convertirse en la guía de todas las luchas obreras y populares del país; que sirva para poner en pie una alternativa obrera y popular al vaciamiento de Macri y las patronales