Dos candidatos que van a intentar presentarse como antagonistas y diferentes, no pueden ser más parecidos. Scioli intentará presentarse como garante del modelo de “inclusión” nacional y popular, de la Argentina de la Producción y el Trabajo, capaz de darle continuidad al “Proyecto” de Cristina, que hará alianzas con La Cámpora, y sindicalistas. Enfrente estará Mauricio Macri, el millonario vinculado a las grandes empresas, y los banqueros, que intentará proyectarse como el garante de una “gestión honesta y eficiente” mostrando su gobierno en Ciudad de Buenos Aires como prueba de su proyecto. De ese modo Scioli intentará mostrarse como un candidato de Centroizquierda, y Macri buscará mostrarse como una figura de Centroderecha, buscando durante todo este año polarizar la elección.
¿Será cierto que estos candidatos representan modelos y propuestas diferentes? No es cierto porque defienden los mismos intereses. Macri está asociado al gran capital empresarial y financiero, cuestión de la que se jacta y no oculta, pero también Scioli lo está. Ninguno de los dos intentará cambiar la injusticia del pago de la deuda externa, tanto Macri como Scioli han emitido deuda en la Ciudad y en la Provincia y están atados a sus compromisos con entidades financieras. Ambos avanzaron en privatizar gradualmente tanto la educación como la salud, tercerizando servicios, precarizando los puestos de trabajo, y pagando salarios en negro. Tanto en la Ciudad como en la Provincia avanzó la desigualdad, con barrios y zonas para ricos como Devoto, Recoleta y Barrio Parque en la Ciudad donde habitan millonarios en sus mansiones mientras que en Lugano, y toda la zona sur de la Capital las villas son cada vez más grandes. Lo mismo en la Provincia donde la pobreza del conurbano contrasta con los countries y barrios cerrados para ricos.
Ambos hablan de inseguridad, pero la pobreza, los salarios de miseria y el desempleo son la base de inseguridad, tráfico de drogas, prostitución y en ambos casos tanto la policía de Macri, como la Bonaerense han dado muestras de efectividad a la hora de reprimir a quienes reclaman, pero de complicidad con quienes organizan el narcotráfico, las “cocinas de paco y cocaína”, y los robos organizados. Y como si todo esto no alcanzara, solo basta recordar que ambos surgieron a la política vinculados a uno de los políticos más nefastos de la historia: Carlos Menem.
Macri le debe al menemismo su obsceno enriquecimiento con el negocio de la basura en la Capital y luego en la presidencia de Boca Juniors en los ’90. Scioli era un motonauta que fue funcionario del menemismo en la misma década en que llovieron las privatizaciones y la desocupación. Una Argentina desigual, injusta, atada a las entidades financieras, privatizada y entregada al imperialismo es lo que nos espera con estos dos candidatos. Por eso, aunque se muestren diferentes, aunque uno pose de centroizquierda, y otro de centroderecha, aunque presionen para el voto al “mal menor”, debemos rechazar ambas candidaturas y votar a quienes realmente proponen un modelo diferente, los candidatos y luchadores obreros y populares del Frente de Izquierda y los Trabajadores.