Los ataques a la Educación Pública se han acrecentado en los últimos años. Primero, con la excusa de la pandemia y luego con la pos pandemia los gobiernos nacionales y provinciales aprovecharon la pasividad de las dirigencias sociales y sindicales para avanzar en la Reforma Educativa y en las condiciones de estudio y trabajo. Esa es la situación en todas las provincias del país.
El Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en CABA hace bandera de atacar a estudiantes y docentes, pero las “tomas” de escuelas de fin de septiembre mostraron que empieza a haber ánimo de resistencia que hay que continuar construyendo.
El gobierno de Larreta y Soledad Acuña no escuchó ninguno de los reclamos de les pibes y se la jugó con todo a tratar de delincuentes a la juventud en el marco de la criminalización de la protesta social que llevan adelante todos los gobiernos del mundo. Metió una gran campaña de miedo que caló en todas las comunidades educativas, sobre todo en las familias y les docentes
Larreta utilizó todas las instituciones represivas del Estado que tenía a disposición. Mandó a la Policía a las escuelas, cartas documentos contra las familias apoyándose en su justicia y hasta provocadores buscando peleas con les pibes y sus familias.
Frente a esto una política de extender emanada desde las mismas escuelas tomadas hubiera sido fundamental, pero desde la Coordinadora de Estudiantes de Base (en la que las agrupaciones adherentes al Gobierno Nacional son mayoritarias) no tuvo esa política con claridad. Y mucho menos la de coordinar con escuelas de provincia de Buenos Aires, en donde a pesar de estar gobernada por otro signo político, la situación es igual de desastrosa.
Lamentablemente, las direcciones de los sindicatos docentes mayoritarios, dejaron correr esa campaña en lugar de ponerse a la cabeza de la defensa incondicional de las tomas, rodearlas de solidaridad y llamar a extenderlas a todas las escuelas. Y de organizar en común la defensa de la medida frente a la provocación. Oponerse abiertamente a los protocolos y defender que los estudiantes se organicen como quieran.
La política de Larreta y Acuña fue de aislar a les pibes para “hacerlos pelota” y responder a eso era una necesidad.
Un primer balance
Las tomas se levantan si haber conseguido ninguno de los reclamos de les jóvenes estudiantes. Ni mejoras en la calidad de las viandas, ni tirar abajo el trabajo gratuito con las Actividades de Aproximación (ACAP), ni mejoras en infraestructura, ni más presupuesto para educación, ni derogar la resolución que les mantiene en la escuela sin poder retirarse antes, etc. Sin embargo les pibes y sus familiares salen de este primer ¨round¨ con una primera experiencia de la que sacar conclusiones para las peleas que vienen. El hecho de que las comunidades educativas que fueron muy golpeadas y aisladas por la pandemia, se empiecen a organizar en unidad, es un importante paso adelante.
¿Cómo la seguimos?
La situación de la gran mayoría de les pibes de las escuelas públicas es crítica. Muches de elles, sólo comen una vez al día y lo hacen cuando asisten a los establecimientos escolares. Así tenemos la piba de la escuela de Barracas que falleció por desnutrición. En necesario tomar envión y construir la fuerza necesaria para ganar, sabiendo que no será fácil y será un a pelea larga y dura. Por eso es tan importante que además de pedir presupuesto para educación pidamos trabajo con salarios dignos, en blanco, que superen la canasta básica para combatir la desocupación que sufren muchas de las familias de las comunidades educativas. Y esa tarea es de todo el ámbito educativo, y organizarnos en cada escuela para imponer a los sindicatos y centrales sindicales que rompan con la pasividad.
La primera cita serás este martes 4/10 en la marcha educativa. Ahí debemos movilizarnos estudiantes, familias de la comunidad educativa y trabajadores para forjar la unidad obrero-estudiantil que los gobiernos temen. Esa que derivó en el Cordobazo. Pero además debemos confiar en nuestras fuerzas y no caer en las mentiras de las organizaciones que dicen que con la lucha no se logra nada o que a estos gobiernos se los combate sólo en las urnas. Tenemos que enfrentarlos en todas las escuelas y en todos los lugares de trabajo y estudio. Y en las urnas también, pero cuando sea ese momento.
Estos gobiernos pueden ganar varios raund y comprar a todos los árbitros, por eso hay que ganarle por “knockout”. A Larreta y Acuña se les puede ganar, claro que sí, y para eso hay que sacar conclusiones de las experiencias, organizarse y construir las peleas en unidad.