CON VACUNACIÓN MASIVA Y CESE DE TODA ACTIVIDAD NO ESENCIAL
La ocupación de camas de terapia intensiva en el AMBA llegó al 75%, según el Ministerio de Salud. Aunque un informe de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva habla de 95%. En algunos distritos como Bahía Blanca, el colapso parece ya inminente. Los casos graves se multiplican incluso entre los más jóvenes y en niños.
La farsa de la presencialidad en las escuelas quedó al descubierto frente a la bronca de los docentes. Mismo un artículo de la prestigiosa revista científica The Lancet alertaba sobre el peligro que se corre con las escuelas abiertas. Alberto Fernández tuvo que retroceder y suspender las clases presenciales, pero sólo unas pocas provincias acataron el decreto.
El virus no tiene horarios
La contradicción entre reconocer que la presencialidad escolar representa un peligro y seguir echándole la culpa a la gente que «no se cuida» se sigue haciendo notar.
Las medidas del Gobierno como prohibir la circulación nocturna serían eficaces si estuviésemos tratando con vampiros o algo similar. Pero el virus circula a toda hora y los protocolos en los lugares de trabajo, en el mejor de los casos, tan sólo reducen los riesgos de contagio. Y en muchísimos de los casos ni siquiera están garantizados protocolos mínimamente efectivos.
Algo similar ocurre con el transporte público. Más que limitar el transporte público, las empresas esenciales deben suministrar un transporte a sus trabajadores, reduciendo así la circulación. Además se debe garantizar un salario a los no esenciales del 100%. Eso sí limitaría la circulación. Por otra parte el Gobierno debe re-categorizar los rubros verdaderamente esenciales, quitando a los fabricantes de golosinas o tornillos, por ejemplo.
Estas medidas de Alberto, lo único que cuidan es la economía de los empresarios que siguen produciendo a costa de nuestra salud.
Necesitamos vacunas para frenar esta masacre
El mundo adolece de la falta de vacunas, que se encuentran en su mayoría en manos de unos pocos países de entre los más poderosos. Recientemente, EEUU ha liberado las vacunas producidas en Argentina que tenía retenidas, pero a un ritmo muy a cuentagotas. Mientras, en toda América Latina sufrimos incontables muertes a causa de este virus.
Es posible revertir esta situación. Distintos especialistas han planteado que las vacunas que son llevadas desde Garín a México para envasarse pueden ser envasadas aquí mismo. Hay que evitar que se sigan yendo del país. No se van para abastecer a América Latina, sino para juntar polvo en depósitos y seguir enviándose a cuentagotas.
Al cierre de esta edición se ha confirmado que la vacuna Sputnik V se producirá en el país en el laboratorio Richmond. Ya se han enviado 20 mil dosis al Instituto Gamaleya para hacer las pruebas pertinentes.
Esto no hace más que confirmar la capacidad de nuestro país de producir vacunas. Hay que quebrar ya mismo las patentes, como se hizo por ejemplo con la insulina y la penicilina. Así podríamos producir vacunas en todo establecimiento con capacidades para hacerlo.
Pasemos a la acción para defender nuestras vidas
Mientras la vacunación masiva no pueda ser garantizada, la única forma de proteger las vidas de las familias trabajadoras es la cuarentena. Sabemos que hay compañeras y compañeros con mucho cansancio por la eterna cuarentena del año pasado que de poco sirvió. Que sobre todo quienes trabajan en la informalidad se hundieron más en la pobreza.
Lo que necesitamos es una cuarentena de verdad, al servicio de las necesidades del pueblo trabajador. Dónde solamente circulen quienes son realmente esenciales. Y acompañada de un plan de vacunación masiva, para que sea lo más corta posible. Se puede lograr tomando el tema en nuestras manos he impulsado en la más amplia unidad de acción de organizaciones sindicales, sociales y políticas medidas para evitar que el dueño del laboratorio mAnxience, de Hugo Sigman, siga sacándolas del país, bloqueando el acceso a la planta del laboratorio de Garín. Así obligar al laboratorio y al Gobierno a que esas vacunas y las que en el futuro se produzcan en el país sean usadas para el abastecimiento que necesitamos.
La ley de patentes en este contexto es criminal, es necesario anularla y para eso hay que impulsar acciones. Sectores del Frente de Todos dicen querer la anulación de las patentes, que ya mismo con todos los sectores sindicales y sociales que dirigen pongan en acción un plan de lucha para lograr ese objetivo.
Asimismo, tenemos que organizarnos desde nuestros barrios y lugares de trabajo, para obligar al Gobierno a que, con un impuesto real a las grandes fortunas, a la minería, al saqueo de las multinacionales, ponga en marcha un plan de auxilio económico (ver página 6) para garantizar a cada familia un ingreso igual a la canasta familiar y así poder desarrollar una verdadera cuarentena obrera y popular.
Podemos evitar esta masacre. Se puede frenar el tsunami. Pero para hacerlo tenemos que pegar como un sólo puño. Imponer esas tareas a las centrales sindicales, organizaciones de derechos humanos, de desocupados, barriales, o sobrepasarlas si no las llevan adelante.