El gobierno de Javier Milei, como ya hemos dicho en otros artículos, así como trata de imponer un brutal ataque a las condiciones de vida del pueblo trabajador, también prepara la represión que lo respalde. Intenta tensar un poco las instituciones represivas, aún dentro de los marcos de esta “democracia para ricos”, para que se ajuste a sus necesidades.
Uno de los primeros métodos aplicados fue el protocolo antipiquetes. Incluso Patricia Bullrich ha intimado a la CGT para que pague el costo del operativo policial por la movilización del 24 de enero. O sea la clase obrera debe pagar los costos de las fuerzas de represión cuando nos movilizamos contra la miseria que ellos mismos generan.
Balas a los pobres
Otro ajuste represivo que intenta hacer el gobierno es la modificación de la “ legítima defensa” y agregarle el “cumplimiento del deber” con el fin de que la policía “no tenga miedo de represalias a la hora de usar el arma”. Miles de jóvenes, hijos de la clase trabajadora han sido asesinados con la ley vigente de esta democracia para ricos. Lo que hace Bullrich es la legalización del gatillo fácil.
Esto le dará vía libre a las instituciones represivas para cometer más asesinatos contra la clase obrera y sus jóvenes en particular, y por qué no, cebar a las fuerzas en ese sentido, ya que para el gobierno de Milei un joven que no pueda entrar en el proceso productivo (y cada vez son más), es un gasto para el Estado.
Así, miles de pibes más, serán asesinados por los perros de las fuerzas de seguridad. Mientras que con una mano generan desocupación, miseria, corrupción, todas las condiciones para condenar a cientos de pibes a la delincuencia, con la otra mano preparan su fusilamiento.
Rosario es un claro ejemplo de esto, con Pullaro y Bullrich pidiendo que se juzgue a los menores con el mismo peso que a los adultos, sin preguntarse cómo llegan las armas a las manos de chicos de 15 años. Es porque en primer lugar lo saben, son las fuerzas armadas las que pusieron esas armas en manos de adolescentes. El crecimiento de los sicarios en la ciudad de Rosario es directamente proporcional a extravíos de armas de la Policía e incluso el Ejército.
Sin embargo para seguir aumentando la escala represiva a los niveles que necesitan, aún deben lograr reconciliar una base social que esté de acuerdo con que la bota vuelva a las calles para reprimir a la clase obrera.
Este plan no es ninguna novedad, ya se intentó hacerlo durante años, pero sobre otras bases. Los gobiernos K con el juicio a algunos genocidas, pero salvando al conjunto de la casta de oficiales del ejército. Así intentaba hacer pasar a genocidas como Milani por generales “democráticos” que “respetaría los Derechos Humanos”. Presentando a las Fuerzas Armadas, como un nuevo ejército, sería la forma en la que el peronismo proponía la reconciliación del pueblo con los “milicos”.
No a la represión, a la reconciliación ni al perdón
Sin embargo Milei propone otra cosa, propone la reconciliación sobre la base de la negación del genocidio y la reivindicación del terror del ’76. Su plan es naturalizar la represión haciéndola ver como necesaria y reivindicar a las Fuerzas Armadas que la llevaron adelante. Incluso en el acto del 2 de abril, reivindicó a la ”generación del ’80” y a Julio Argentino Roca quien con el ejército perpetraron un genocidio, despojando de sus tierras a los pueblos originarios.
Milei a diferencia del peronismo kirchnerista es mucho más frontal. Lo único que reivindica del ejército es el genocidio y la lucha contra “enemigos internos”, ya sea “la subversión” o los pueblos originarios. Para él como para la “generación del ’80”, los enemigos no eran las potencias imperialistas que querían quedarse con nuestros recursos. Tanto para Roca como para Milei eran “fuerzas civilizadoras”.
El ejército argentino reprimió y asesinó a los verdaderos dueños de la tierra por los miserables intereses de la corona inglesa, y la oligarquía argentina que se llevaría su parte. Ese ejército quiere a Milei, que esté dispuesto a imponer con represión la profundización del saqueo y los planes del imperialismo Yankee.
Es ridículo pensar que el fortalecimiento del ejército lo hará para mejorar el reclamo sobre Malvinas. Nada le importa nuestra soberanía a este Gobierno que acuerda con el Comando Sur del Pentágono, colocando una base militar yanqui que domine la Antártida. Nada le importa a ese Gobierno nuestra soberanía.
Por eso la organización es necesaria, tenazmente, sin una respuesta seria el Gobierno intenta naturalizar de forma constante el giro represivo, la negación del genocidio, la revindicacion de la expulsión de los pueblos originarios, pisotear el derecho a protestar en la vía pública, dejar libre a los genocidas prófugos. Así va sentando las bases para profundizar la represión y con ellos el saqueo de nuestro pueblo. Es necesario organizarnos para derrotar este plan represivo y ¿por qué no‽ ajustar históricamente cuentas con los asesinos y genocidas.
¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!
¡Organización de piquetes de autodefensa!
¡Desmantelamiento del aparato represivo!