Unión por la Patria, una vez presentado Sergio Massa como precandidato, se lanzó de lleno a la campaña. Aunque entre grandes sectores de trabajadores y sectores populares, la principal preocupación no pasa por ir a votar, sino en cómo llegar a fin de mes o estirar el aguinaldo.
Pero ya se vienen las primarias y muchos empiezan a ver las distintas alternativas. No son pocos los decepcionados con este Gobierno, que en el 2019 votaron por Alberto y Cristina para que no ganara el ajustador Macri. Incluso sectores que se identifican kirchneristas sienten un gran descontento con la postulación de Massa, impulsada por la misma Cristina.
¿Quién es Massa?
En sus orígenes políticos estuvo con la UCEDE de Álvaro Alsogaray. Vinculado con el Gobierno del Carlos Menem, a través de Barrionuevo y Galmarini, acompañó el macro-endeudamiento argentino durante los ´90. Del 2002 al 2007 se unió a kirchnerismo y estuvo al frente del ANSES. Fue Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner entre 2008 y 2009.
Luego rompió con Cristina, y fundó su propio espacio político. Haciendo de “opositor amable”, acompañó a Mauricio Macri al Foro de Davos, presentándose a su lado ante los grandes capitalistas mundiales.
En 2019, con la candidatura de Alberto Fernández, se reconcilió con Cristina Fernández.
Massa es un político ligado al sector financiero-bancario, de altas relaciones con la familia Brito, dueña del Banco Macro. Desempeñó un rol clave como Presidente de la Cámara de Diputados en la negociación con los Fondos Buitre, y luego, coordinando con Juntos por el Cambio el sometimiento del país para firmar el acuerdo de renegociación de Deuda que el FMI concedió al macrismo.
Tiene vinculaciones con Wall Street y el Consejo de las Américas; de ahí que es visitante asiduo de la embajada de EE.UU.
Su plan de Gobierno
Los discursos de Cristina y Máximo Kirchner han enaltecido el trabajo de Massa al frente del Ministerio de Economía. Un hipotético Gobierno suyo tendría la misma mirada de ajuste, endeudamiento y cumplidor serial con el Fondo Monetario.
Viendo la gestión de Massa en Economía, los datos son más que alarmantes. Una inflación de 7,2% en junio que de manera interanual llega a 121,1% y lleva a la canasta básica a $217.915,79 según el INDEC. Los números de pobreza no paran de crecer: hacia fines del año anterior, la pobreza alcanzaba a un 29,6% de los hogares y al 39,2% de la población, un total de 11,5 millones de personas. Con respecto al primer semestre de 2022, “cuando Massa llegó a Hacienda, la incidencia de la pobreza registró un aumento de 1,9 puntos porcentuales en los hogares y de 2,7 en las personas. Dentro de este conjunto se distinguió un 6,2% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 8,1% de las personas”
¿Votar a Massa sirve a los trabajadores?
Massa no viene a solucionar los problemas de la clase trabajadora y sectores populares. Por el contrario, viene a profundizar el acuerdo con el FMI al igual que Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta o Javier Milei. Es decir, profundizar el ajuste que ya está llevando a cabo.
Muchos compañeros perciben eso, y no tienen el menor interés en votar por Massa. Sin embargo, desde el Cristinismo, sus agentes y medios de difusión, se insiste que hay que votarlo para que “no gane la derecha”. Es falso. Si gana cualquiera de ellos, incluído Sergio Massa, gana la derecha, ganan los grandes empresarios, los capitales extranjeros, las empresas multinacionales y la embajada norteamericana.
Otros compañeros, enojados con Massa tal vez miran con simpatía a Juan Grabois. Es otro engaño. Grabois, hombre de la Iglesia, opositor al derecho del aborto e impulsor de mecanismos económicos para precarizar de por vida a los actuales desocupados (ver nota en página 11) es un recurso para que los votos que escapan de Massa no se vayan de Unión por la Patria (la Patria de los capitalistas). Salvo la parte de presidente y vice, su boleta lleva los mismos nombres que la de Massa. Y ya dijo que si pierde, lo que seguro ocurrirá, llamará a votar a su “oponente”.
La única salida para tantos honestos compañeros que están cansados que los engañen, y tienen justa desconfianza en políticos como Massa, es en primer lugar darles la espalda en las elecciones, apoyando al FIT-U, la única variante que se pronuncia por romper con el Fondo, y por un programa independiente de todos los patrones.
Pero más importante aún que eso, vote a quien vote, es que nos preparemos juntos para enfrentar y derrotar los planes de ajuste, saqueo y represión que, gane quien gane, descargarán sobre los trabajadores durante el próximo gobierno. Que nos preparemos para repetir uno, dos, cientos de jujeñazos, hasta lograr una salida obrera y socialista.