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Sigamos en las calles por el Aborto Legal

Miles y miles nos convocamos el 8A en las calles de las ciudades más importantes del país para pelear por la legalización del aborto. En las inmediaciones del Congreso, acampamos y cantamos hasta la madrugada para presionar a los senadores que debían legislar para que dejen de morir mujeres pobres. Pero no lo hicieron.

No fueron solo los 38, sino el Congreso entero

Se perdió por sólo 7 votos. Macri tratando de camuflar su posición contraria al aborto legal dice que “triunfó la democracia”. Ese Congreso no representa al pueblo ni lo escucha como se mostró el mismo 8A o en diciembre contra la Reforma Previsional. 

La movilización, que tiñó de verde las calles durante meses, logró imponer en Diputados un primer triunfo, pero a la hora de hacer efectivo este tan necesario derecho, el Parlamento mostró su verdadera cara. Aunque los legisladores patronales den bonitos discursos, sus partidos son los que de conjunto negociaron con la salud privada y las millonadas que ganan con el aborto clandestino, los que acordaron con la Iglesia Católica y las demás iglesias, que encubren pedófilos y reciben subsidios delirantes.

Por ejemplo el PJ que tuvo 11 votos en contra y el FpV/PJ de Cristina, 1 (los que podrían haber torcido la votación), además de que la propia Cristina, aunque votó a favor, luego de haber gobernado 8 años negando este derecho, igualmente llamó a “no enojarse con las iglesias”.

La UCR merece un párrafo aparte. Desconocieron a su propia juventud,  que tomó la Sede Central para que voten a favor y ellos, lo mismo, respondieron a lo más rancio de la sociedad. 

La vice presidenta Michetti y la gobernadora Vidal fueron las caras visibles del gobierno de Macri en contra de nuestros derechos. Ellas festejaron “las dos vidas”, luego de la votación. Pero nada hicieron cuando a menos de una semana la vida de Liz se perdió por practicarse un aborto clandestino.

Desde el PSTU y Lucha Mujer llamamos siempre a no confiar en el Congreso. Con mucha bronca confirmamos ese pronóstico junto a millones que reclamaban el aborto legal, seguro y gratuito.

Iglesia, Estado… Asunto separado

Luego del triunfo en Diputados los sectores más retrógrados se organizaron para impedir la legalización del aborto. Lamentablemente engañaron con su discurso a muchos laburantes.

En una coalición dirigida desde el Vaticano, las iglesias católica y evangélica, junto al grupo neo-nazi Bandera Vecinal, del que hace parte Biondini, redoblaron esfuerzos, militaron con argumentos escasamente científicos, incluso atacaron a chicas que llevaban los pañuelos verdes.

Esos sectores, están aterrados con el cuestionamiento cada vez más creciente de su injerencia en cuestiones sociales y de los subsidios que reciben del Estado.  Ganaron en el Senado, pero no ante las masas que se movilizaron e incluso ante los indecisos. Los pañuelos naranjas que piden la separación de la Iglesia del Estado, empiezan a acompañar a los verdes en las mochilas y muñecas.

La lucha es ahora

Más que nunca, tenemos que seguir en las calles.

No estaremos esperando las elecciones ni las próximas presentaciones en el Parlamento: ¡Macri debería decretar el aborto legal ya mismo!

No vamos a esperar para exigir que vayan presos todos los curas y pastores abusadores y que la Iglesia y todos los cultos dejen de recibir subsidios del Estado.

Queremos que se implemente de inmediato la Ley de Educación Sexual en todo el país, y que la educación sea laica. Queremos una verdadera separación de la Iglesia del Estado, y el derecho inmediato al aborto legal, seguro y gratuito.

Sigamos en las calles y profundicemos la lucha para conseguirlo.