El pasado 14 de junio pasará a la historia en Argentina, una movilización de más de un millón de personas, con las mujeres y jóvenes desbordándolo todo, aguantó el frío y toda la noche para festejar la media sanción del aborto legal. Las inmensas movilizaciones en todo el país, las tomas de las escuelas secundarias, la vigilia en las inmediaciones del Congreso, lograron un primer triunfo: imponer que los diputados se pronunciaran por el aborto legal en Argentina. La posibilidad de que se legalice el aborto en nuestro país es un gran paso para las mujeres de este país y de todo el mundo que miran que es posible avanzar en este derecho, sobre todo para las trabajadoras y pobres que son las que mueren por abortos clandestinos.
Primera conquista de la lucha
Muchos analistas, dirigentes políticos y referentes feministas están hablando de las nuevas especulaciones sobre los votos de los Senadores. Colocan en la cámara alta la responsabilidad de terminar de dar este derecho, apelando a que tomen conciencia. Pero las mujeres y muchos laburantes no tienen ninguna confianza en esos parlamentarios. Saben que deben seguir en las calles para garantizar la legalización del aborto. El gran paso adelante que significó la media sanción en Diputados, no responde ni al lobby, ni a la “sororidad” (hermandad de mujeres) en el Congreso. Sólo es producto de la movilización y la lucha en la calle. Las pibas y los pibes fueron el ejemplo, no sólo estuvieron en las calles por semanas, haciendo pañuelazos y festivales sino que fueron más allá y pasaron a la acción directa, tomaron sus escuelas y facultades para imponer la media sanción. Varios de los mismos Diputados que votaron contra los jubilados, que avalaron la represión en diciembre, ahora empujados por la lucha y especulando electoralmente, han votado la ley que presentaron en común todos los bloques políticos junto a la Campaña Nacional por el derecho al aborto.
Capitulo aparte merecen los diputados que responden al bloque kirchnerista, esos que dicen haber entendido ahora la importancia de este derecho, pero que mientras tuvieron mayoría parlamentaria durante el gobierno de Cristina impidieron ¡siete! veces que el debate llegara al recinto, cuando podían usar el propio gobierno y su influencia política para aplicar el aborto, darle presupuesto y lograr que se aplicara, no lo hicieron. La lucha en la calle los obligó a votar a favor, es de una caradurez absoluta que ahora Cristina diga que “está cambiando de idea” cuando se manifestó en contra durante sus dos periodos de gobierno.
Golpe duro a la Iglesia
La Iglesia Católica se ubicó a la cabeza de dirigir el movimiento que se autodenomina “pro-vida”. Utilizó sus influencias políticas y económicas y apeló también a la movilización para impedir que se avanzara en la posibilidad de que las mujeres definan su maternidad y dejen de morir clandestinamente. Esa Iglesia que recibe subsidios millonarios del Estado, que impide que se imparta educación sexual en las escuelas, que apoyó a la dictadura militar en nuestro país, que prohíbe el uso de anticonceptivos a sus fieles, habla de defender la vida y ante la derrota que sufrieron por la media sanción, salieron a acusar a todas las mujeres que se manifiestan a favor del aborto legal como “nazis de guante blanco” según las propias palabras del Papa Francisco. ¡Que ironía que ellos que avalaron el régimen nazi acusen a las mujeres de fascistas! No podemos seguir permitiendo la injerencia de esta institución, que protege pedófilos, en nuestra salud y educación, para terminar con esta influencia nefasta debemos tener inmediata separación de la Iglesia del Estado.
Macri, el falso feminista
Luego de las jornadas de diciembre, con una organización creciente del paro de mujeres para el 8M y ante el retroceso de la imagen del gobierno en la mayoría de los trabajadores, Macri quiso ubicarse como democrático al permitir el debate y diciendo que no vetará la ley, pero nada de eso escondió que es el principal enemigo del derecho al aborto. El gobierno ajusta, cierra hospitales, despide médicos y trabajadores de la salud, saca presupuesto en insumos. Ataca la educación pública, impide que se imparta educación sexual en las escuelas, no garantiza que haya acceso a los anticonceptivos gratuitos que ya son ley. Macri asigna un presupuesto mínimo para combatir la violencia machista, mientras las mujeres y niñas siguen siendo violadas. Macri acordó con el FMI a costa de nuestra salud y educación pública, es decir sigue sacando toda posibilidad de aplicar la ley si llegara a votarse.
Sigamos en las calles, ninguna confianza en el Congreso
Este momento histórico abrió el debate en todos lados, las casas obreras empiezan a romper con el silencio y siguiendo las noticias en la televisión se suman a debatir. La legalización del aborto, en condiciones de higiene, salubridad, de manera gratuita y libre en el hospital es todavía una tarea a cumplir, es un derecho que debemos imponer con la fuerza de la movilización y luchando junto a toda la clase trabajadora.
La lucha por el aborto legal no es exclusividad de las mujeres, no se conseguirá acordando con las representantes femeninas de los partidos patronales, las mismas diputadas y senadoras de Cambiemos y el PJ que hoy se llaman “sororas” y hablan en nombre de las pobres, son las que votan y aplican el ajuste, así como también las diputadas que votaron en contra fueron la mitad de las legisladoras. La ley que presentó la campaña nacional por el derecho al aborto, sufrió modificaciones para poder “acordar” con estos sectores. Quieren permitir que los médicos puedan negarse a través de la “objeción de conciencia”, y si la fuerza está puesta en las negociaciones y no en la calles seguirá retrocediendo el ya limitado proyecto original.
Desde el PSTU y Lucha Mujer redoblaremos las fuerzas para seguir impulsando la lucha por el aborto legal. Salimos a las calles y gritamos de alegría junto a todas las mujeres que a pesar del frío estaban en la lucha, pero seguiremos diciendo que para garantizar este derecho debemos pelear junto a toda la clase obrera. El paro general que la CGT llamó para el 25 ¡también debe ser por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito!, las direcciones que dudan de enfrentar al gobierno y que demoraron la huelga general tienen la obligación de incluir este derecho y no seguir dejando solas a las trabajadoras como hicieron el 8M. Profundicemos el camino que comenzaron las y los estudiantes, vayamos por más tomas, y acciones directas. Impulsemos abrir jornadas de discusión en los trabajos. Los sindicatos lo tienen que tomar en sus manos y en donde no lo hagan que se autoorganice, discutiendo el tema y multiplicándolo en los barrios, adónde no se pudo llegar.
Para superar los límites de la propia ley, para imponer el aborto legal, las trabajadoras no podemos depositar confianza en nuestras verdugas, tenemos que buscar aliados en nuestros compañeros de trabajo y no en las mujeres de la burguesía. Por eso para imponer el aborto legal, seguro, gratuito y en el hospital, tenemos que salir junto a toda la clase obrera para luchar contra el ajuste, tirar abajo el plan de hambre y hacer que Macri y el FMI se vayan, para que gobernemos los trabajadores que somos los únicos que podremos garantizar los derechos de las mujeres.