El llamado “veranito económico” no es para todos y todas. La pobreza en el segundo semestre de 2020 alcanzo al 42% de la población con un dato alarmante: el 57,7% de los niños menores de 14 son pobres.
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) la cantidad de personas en situación de pobreza en el país pasó de 10 a 12 millones en el último año. Quienes más están sufriendo esta situación son los jóvenes ya que casi 6 de cada 10 se encuentran por debajo de la línea de pobreza. El impacto de la pandemia se hace sentir fuerte en los hogares de todos los argentinos fundamentalmente en la capa más desprotegida de la sociedad.
Ganadores y perdedores
Si uno analiza los datos arrojados por el INDEC sobre pobreza y los cruza con otros se puede arribar a conclusiones llamativas. Según datos del mismo organismo la industria creció 5,3 % por encima del promedio de 2019, es decir mejor que niveles pre pandemia. Asimismo, la inversión se ubico a fines de 2020 alrededor del 16% del PBI, arrojando así el pico más alto desde el año 2017. Datos similares se pueden observar cuando nos detenemos a mirar el uso de la capacidad instalada de la industria que se elevo al 57,2%.
Los datos que observamos en el párrafo anterior nos demuestran que hay un crecimiento en algunas variables de la economía, pero que ese crecimiento no alcanza a los sectores populares. En primer lugar, el salario real observa una caída de 8.4% y se ubica como el más bajo en los últimos 18 años y en segundo lugar la desocupación alcanza al 11% de la población (Este dato es relativo ya que el INDEC toma como “desocupado” solo a las personas que no tienen trabajo, pero buscan, dejando fuera de la estadística a millones de personas que no tienen trabajo o perciben planes sociales). La alta inflación de los precios de los alimentos combinada con la caída salarial produce que mientras los empresarios aumentan sus ganancias e invierten para multiplicarlas la gran mayoría de la población hace malabares para llegar a fin de mes.
¿Pesada herencia?
El gobierno de Alberto Fernández y los medios de comunicación afines salieron con estos datos en las manos a denunciar que han recibido un país arrasado por las políticas neoliberales de Cambiemos y a ese incendio se le agrego la nafta de la pandemia.
En un punto es cierto, el gobierno de Macri dejo tierra arrasada, como bien registró el director Tristán Bauer en su película sobre el tema. A la vez es una forma de patear la pelota varias cuadras lejos de la cancha. Los números son claros, creció la industria, se recupero la actividad, pero la pobreza sigue en aumento, es decir que crecen sobre la espalda de los trabajadores.
Luchar contra el hambre
El Frente de Todos asumió con el compromiso de que iba a gobernar para el pueblo, que iba a fomentar el crecimiento, la recuperación salarial y que iba a priorizar al pueblo por sobre los especuladores, bancos y grandes empresarios. Alberto Fernández le pidió a la sociedad que si no cumplía con su palabra se lo demuestre en la calle. Con casi 6 de cada 10 niños con dificultades para acceder a los alimentos, con tantos desocupados, con tanta gente durmiendo en algún recoveco en el frio de la noche creemos que es hora de que asumamos el compromiso que el presidente nos ofreció: copemos las calles para demostrarle que este rumbo es contrario al que queremos los argentinos.
ES AHORA, ES URGENTE
Sin lugar a dudas el problema de la pobreza se puede solucionar en la Argentina. El país produce alimentos para más de 400 millones de personas. De los suelos se extraen toneladas de minerales, petróleo y gas.
El problema es que los empresarios obtienen millonarias ganancias mientras una gran parte de la población no puede cubrir sus necesidades básicas. Las conducciones gremiales como la CGT y la CTA priorizan la unidad política con el Gobierno y garantizan que se aquiete el clima social. Los movimientos sociales tienen una estrategia similar, y mientras millones de personas están desocupadas o ultra precarizadas no plantean tomar acciones por trabajo genuino.
No nos podemos acostumbrar a vivir en situación de pobreza, por eso creemos que el movimiento obrero y de desocupados tienen que salir a luchar por un plan que implique:
- Aumento salarial ¡YA! por decreto de 40,7%. Paritarias sin techo. Que el salario mínimo, vital y móvil sea igual a la canasta familiar.
- Prohibición de despidos y suspensiones.
- Plan de obras públicas que incorpore bajo mejor convenio y en forma efectiva a los desocupados y quienes perciben planes sociales en condición de trabajar para construir hospitales, laboratorios, fábricas de insumos médicos y centros de aislamientos. Salario universal de $56.459 para quienes integran grupos de riesgo.
- Plan Nacional de construcción inmediata de viviendas. ¡No a los desalojos!
- ¡Confiscación de toda vivienda inhabitada para los sin techo!
- Impuestos progresivos contra las grandes fortunas para financiar la lucha contra la pobreza. Es ahora, es urgente.
- No al pago de la Deuda Externa. Fuera el FMI y sus políticas de ajuste. Juicio y castigo a quienes hicieron el acuerdo con el FMI.