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Solidaridad con los docentes y estatales misioneros y con los policías insurrectos

La “motosierra” del gobierno criminal de Javier Milei revienta las economías provinciales para pagar la Deuda Pública al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los buitres financieros. Los gobernadores provinciales, en lugar de enfrentar al Gobierno Nacional y poner impuestos progresivos a las grandes empresas de sus provincias, ajustan la Educación, la Salud y los pocos servicios que los Estados provinciales aún prestan a la población.
Los afectados son los trabajadores, que son despedidos o pierden salarios, y el conjunto de la población con el deterioro de la Salud, la Educación y demás. Docentes, estatales y judiciales y el pueblo misionero pagan una crisis de la que no son responsables.
Como los números no le dan al cobarde gobernador misionero, se ve obligado a “pisar” también el sueldo de los policías. Afecta así el mismo aparato represor que necesita
(tanto el Gobierno Nacional como el Provincial) para reprimir las inevitables luchas que responden al salvaje ataque económico.
Esto ha producido un estallido en la provincia de Misiones, que puede repetirse en muchas otras provincias.
Es una tarea fundamental de toda la clase obrera del país solidarizarse de manera concreta con estas luchas, como parte de la pelea por derrotar los planes de Milei, las grandes empresas y el FMI.
Para eso, es preciso reclamar que la CGT y las CTAs definan ya mismo un Plan de Lucha hasta pararle la mano a Milei. No pueden seguir con paros aislados cada dos meses, y luego sentarse a negociar. ¡Basta de acuerdos de los dirigentes con el Gobierno! ¡Por la ruptura inmediata de toda negociación! ¡Nuevo paro de 36 horas con movilización, como inicio de un plan de lucha progresivo! Las centrales misioneras tienen que dar el primer paso: ¡Huelga general provincial!


Es necesario enfrentar la represión
Desde la Nación y la Gobernación se ordenó la represión. ¡Hay que enfrentarla! Los trabajadores tienen derecho a responder la violencia (un gendarme llegó a amenazar con abrir fuego con su arma contra las y los docentes) con una respuesta violenta similar. ¡No podemos permitir que nos derroten cuando tenemos el derecho y la razón!
Fuerzas federales, junto a un sector de la Policía provincial, enfrentaron a los estatales y a otro sector de la misma policía en lucha. Los trabajadores y los policías insurrectos (recordemos que la Policía no tiene derecho legal a reclamar de este modo, y por eso están encapuchados), han confraternizado entre sí, se han unido en el enfrentamiento a la represión.
Es un ejemplo para toda la clase obrera. Para derrotar la represión es necesario tener la disposición para hacerlo por la fuerza, y junto a eso una política para dividir el aparato represivo. Esa división es posible justamente a partir de los salarios de hambre que el mismo patrón paga a unos y otros. La solidaridad debe complementarse con una exigencia a esos policías de que jamás reprimirán trabajadores. Junto a una política para que se organicen en sindicatos, comités y coordinadoras, junto a la clase obrera, para desobedecer las órdenes represivas.
Las centrales obreras deben ponerse a disposición de esta lucha conjunta, y colaborar con la organización de los policías subordinados al conjunto de la clase trabajadora.
El PSTU se suma a la lucha docente y estatal, y se solidariza con los policías que enfrentan al Gobierno misionero y al Nacional.
El modelo de Milei debe ser derrotado. No será el proyecto peronista (que los dirigentes sindicales defienden y que ya ha fracasado) el que solucionará los problemas sociales.
Solo pueden hacerlo los trabajadores con un plan propio, de enfrentamiento al FMI, las multinacionales y los grandes empresarios y sus políticos. Y con una gran movilización nacional que enfrente el programado Pacto de Mayo de Milei y los capitalistas, e imponga su propio Pacto y su propio Gobierno, un Gobierno Obrero y Popular.