Por un programa revolucionario, obrero y socialista, para otro modelo de país
Se largó la campaña electoral y ese es el centro de la escena política nacional. No es que la pandemia y la crisis económica hayan terminado, claro. Pero hoy aun más que siempre toda decisión o acción política está al servicio de la caza del voto de un gran sector que aún no sabe a quién votará (ver página 3). Desde el PSTU siempre planteamos que no es mediante qué voto realmente se cambia la vida del pueblo trabajador y lo seguimos haciendo. Pero también queremos utilizar este momento para continuar con la campaña contra la persecución del Estado a los luchadores, la defensa de los métodos de lucha de la clase obrera y un programa de obrero, revolucionario y socialista de salida a la crisis. Al servicio de eso nos integramos a las listas del FIT-U (Unidad de la Izquierda).
El Frente de Todos dice en su primer spot que “estamos saliendo” y usa como lema el estar acercándonos a la vida que queremos, pero ¿Es verdad que está mejorando la vida del pueblo trabajador? Aunque algunos sectores de la economía capitalista estén en recuperación, la pobreza crece al compás de la inflación. Según las últimas estadísticas el 64,3% de los pibes son pobres, y el 40% sufre desnutrición. Crecen la precariedad laboral, de vivienda (ver página 7) y de todos los aspectos de la vida.
Hablan del proceso de reconstrucción de la Argentina, luego de los 4 años de Macri y se justifican con esa “pesada herencia”, y a lo que se sumó la pandemia, la imposibilidad de cumplir con la promesa de recuperar lo perdido. ¿Recuerdan el spot televisivo y en redes de 2019 sobre recuperar el asadito? Sin embargo, muy lejos estuvieron de tomar medidas opuestas a las de Macri. Prometieron “Argentina de pie” y estamos pagando miles de millones en intereses (ver página 5) por una Deuda usurera y renegociando con el FMI cómo pagar la totalidad de esa gran estafa. Hasta sectores adeptos a la alianza, como Juan Grabois, por ejemplo, plantean la necesidad de No Pagar, y se escuchan discursos exultantes sobre la soberanía, pero la política que el Gobierno lleva adelante es bien distinta, es de un modelo de país dependiente de las grandes potencias imperialistas.
Prometieron priorizar a los que menos tienen, pero mientras echaron con una brutal represión a los vecinos de la toma de Guernica, ante los niveles de pobreza se negaron a tocar seriamente los intereses de los que más tienen y hasta cuando hubo un atisbo de eso luego recularon como en Vicentín o en la suba de las retenciones al agro y la minería. El llamado impuesto a la riqueza, no fue un “impuesto”, sino un aporte por única vez que ni siquiera se ven realmente obligados a pagar amparados por la Justicia burguesa.
Por supuesto que el programa de Cambiemos es antiobrero y popular de principio a fin, lo demuestra con las palabras y con los hechos. Pero el del Frente de Todos está a años luz de proponer un proyecto de país distinto, y aunque a veces las palabras suenen mas bonitas, los hechos son elocuentes.
Por la independencia de clase
Como dijimos muchas veces, no son las elecciones las que solucionarán nuestros problemas. Ningún cambio realmente de fondo para los trabajadores vino de la mano del voto, sino que todos se produjeron de la mano de la movilización en las calles, la organización, las huelgas y la acción directa. Es tan brutal el capitalismo imperialista que hasta para conquistar derechos humanos básicos es necesaria la movilización. Recordemos sino la reciente legalización del aborto. ¿Hubiese existido sin las inmensas movilizaciones de mujeres desde 2015 y particularmente por este punto desde 2018?
Sin embargo, eso no quiere decir que las elecciones den lo mismo. No es lo mismo votar a una opción patronal que una alternativa que plantee la independencia de clase. Por ello es necesario presentar a los trabajadores esa opción que combata la idea de que de que votando algún patrón bueno vamos a estar mejor, y tenga la perspectiva de que la solución a los problemas de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos o no será.
¿Por ser tercera fuerza y más bancas?
El FIT-U plantea un programa de independencia de clase, por eso integramos sus listas con nuestros candidatos y haremos campaña con todos los trabajadores de nuestro alrededor para que voten esta opción anti patronal. Sin embargo, esto no quiere decir que no creamos que la campaña debería ser distinta. Ya planteamos en cuanto a la conformación de las listas que no acordábamos con ninguno de los criterios planteados por sus integrantes: ni con las PASO (que finalmente el MST terminó imponiendo presentando su propia lista), ni con los acuerdos de “rosca” de aparatos. También planteamos que en nuestra opinión el perfil obrero y de los luchadores representativos y los perseguidos por el Estado debían tener un lugar destacado y lamentablemente prevaleció el de las figuras “políticas” de cada uno de los partidos.
Ahora empezada la campaña, los slogans se centran en “ser tercera fuerza” y aumentar las bancas de la izquierda ¿Es realmente esa una solución para los trabajadores? ¿Acaso eso de generar expectativas en que si electoralmente le va mejor a la izquierda los trabajadores estaremos mejor? ¿No es acaso alimentar expectativas en esta democracia de ricos que para la inmensa mayoría de “democrática” no tiene nada? ¿No se está desperdiciando la gran oportunidad que implica la campaña electoral para decir ante millones que nada bueno va a venir de esa cueva de bandidos que es el Congreso y que la salida es revolucionaria?
Por un programa revolucionario para otro modelo de país
Desde el PSTU queremos plantear algo completamente distinto. Queremos aprovechar la campaña electoral para denunciar la persecución del Estado y la Justicia patronal a los luchadores. Por eso nuestros principales candidatos son Sebastián Romero y Daniel Ruiz, referentes de la histórica jornada del 18 D. Para exigir la inmediata libertad de Sebastián y la absolución de Daniel y de César Arakaki y de todos los luchadores. Para acusar al Estado por esa persecución denunciando la farsa de juicio que hoy se desarrolla contra estos compañeros, y como estamos haciendo y acompañando en la causa por las escuchas ilegales de la AFI.
Pero también son nuestros principales candidatos porque postulamos la acción directa de las masas trabajadoras como la forma de cambiar nuestra realidad y el derecho de defendernos con lo que tenemos a mano frente a la represión y a organizar esa defensa. Postulamos una actitud frontal contra la Justicia patronal, que de “justa” contra los trabajadores no tiene nada.
Defendemos seguir el ejemplo del pueblo colombiano y de la revolución chilena, como la urgente necesidad de que el pueblo trabajador tome en sus manos la resolución de los problemas, porque no habrá salvadores, ni héroes, ni proyectos de ley que los resuelvan, sino como clase solo nuestra organización y acción. Si necesitamos comida, vayamos por la comida, si necesitamos vacunas, vayamos por las vacunas, allí donde se producen para llevar al exterior.
En las elecciones se pone en discusión el proyecto de país. Nosotros proponemos un modelo de país realmente opuesto al actual y un programa revolucionario, obrero y socialista para lograrlo (ver páginas centrales).
Queremos debatir con todas y todas nuestras propuestas, pero no solo para pedir un voto, sino para organizarse con nosotros para dar la pelea por ese programa en elecciones y fuera de ellas.