Como si no fuera suficiente con la reforma previsional que se impuso a sangre y fuego, o con la reforma laboral que nos quieren imponer; el macrismo continúa sus ataques contra el pueblo trabajador con otro tarifazo. Esta vez, en algo tan sentido como el transporte público. Esto demuestra que el gobierno no piensa darnos tregua en su ajuste brutal; y que por lo tanto nosotros tampoco debemos darle tregua, sino seguir tomando las calles hasta hacer naufragar sus planes.
Acompañando los aumentos de combustibles -que tendrán otro capítulo a partir del 1° de enero- el gobierno va a lanzar una suba generalizada del costo del boleto de trenes, subtes y colectivos, de alrededor del 100%; con lo que la tarifa mínima pasaría -en el conurbano- de $6 a $12.
Fieles a su costumbre de desinformar, desde el Ministerio de Transporte y diferentes áreas de Economía han dado varias versiones respecto de la manera en que sería implementado tal tarifazo -versiones que a su vez han sido suavizadas por los medios oficialistas-, por lo que no queda claro cuándo y cómo subirían las tarifas. Pero lo concreto es que Cambiemos busca eliminar los subsidios que el kirchnerismo otorgó a las empresas de transporte, a cambio de permitirles aumentar su recaudación saqueando a los pasajeros.
Las empresas del transporte son parte del problema
Junto al gobierno, que eliminando subsidios libera millones de pesos listos para ser usados en sus chanchullos financieros, los principales beneficiarios de estas medidas son los empresarios del transporte, especialmente de colectivos.
Habiendo logrado concentrar en pocas manos un mercado de millones de pasajeros diarios; estos empresarios se beneficiaron de las montañas de dinero que el kirchnerismo les regaló en concepto de subsidios a cambio de mantener el costo del boleto ajeno a las escaladas de la inflación. Pero estos empresarios nunca estuvieron conformes con ese flujo de dinero de gratis: ellos sabían que liberando el boleto podían ganar aún más, y hoy lo consiguieron.
Vale recordar, en estos puntos, cuáles son las prácticas del empresariado del transporte a cambio de sus increíbles ganancias: brindar pésimos servicios, sobreexigir a sus trabajadores, e incluso despreciar totalmente la vida tanto de los usuarios de sus servicios (demostrado en masacres como la de Once) como la de sus trabajadores (véase el caso de David Ramallo). Lejos de ser “víctimas de un modelo (por el kirchnerismo) que no los dejó crecer”, son una corporación codiciosa; son los principales responsables del desastre del transporte público de nuestro país.
Y no mucho más se puede decir de los dirigentes de los principales gremios de trabajadores del transporte, garantes del ajuste que se viene aplicando, que no tienen siquiera el decoro de fingir que resisten las políticas macristas, carnereando sin vergüenza paros como el del 19/12, en repudio a la reforma jubilatoria.
¡Derrotemos el tarifazo con la lucha: paro nacional!
Habiendo perdido el control de la calle, el gobierno de Macri va a huir para adelante con su política de vaciamiento, de la cual este tarifazo solo es una parte. No podemos esperar que esta locura pueda ser parada desde las bancas del congreso, ni mucho menos esperar hasta 2019: hay que seguir y profundizar el camino iniciado con las batallas contra el saqueo a las jubilaciones, movilizándonos para ponerle fin a este gobierno de ajuste y represión.
Sabemos que no se puede esperar mucho de las direcciones sindicales: es necesario organizarse desde abajo para quebrar sus pactos con el gobierno. Y sobre todo, los usuarios del transporte público debemos organizarnos para luchar contra el robo del gobierno y las empresas, y para apoyar a los trabajadores del transporte. La lucha de 42 días de los choferes y técnicos de la 60, en 2015, demuestra no solo que de esa forma podemos vencer.
Estatización del transporte público bajo control de trabajadores y usuarios
Más allá de derrotar el tarifazo, hay que extirpar de una vez y para siempre la causa de todos los problemas de los transportes públicos, que son los negocios que se hacen con ellos. No hay “empresarios serios y buenos” que saquen adelante a esos servicios, ya que todos priorizan su propia ganancia por sobre las necesidades del pueblo. Y tampoco es solución una estatización a medias, que cambie empresarios por directivos estatales corruptos con la misma lógica de lucro.
La solución, entonces, pasa por la estatización, pero bajo control democrático de organizaciones de trabajadores, expertos y usuarios. De esa manera, se podría garantizar no solo que el transporte público esté al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y del desarrollo del país, sino incluso su gratuidad, al eliminar la lógica de ganancia con la actualmente se lo administra.
Para hacer esto posible, hay que derrotar tanto al actual gobierno como a la oposición patronal, e imponer un gobierno de los trabajadores y el pueblo, con un plan obrero y socialista para la segunda y definitiva independencia. Ese es el objetivo del PSTU, la propuesta que llevamos a los trabajadores y el pueblo en lucha.