Macri viene intentando aplicar un monumental tarifazo en los servicios, como parte del ajuste a los trabajadores (junto con los miles de despidos y el aumento del costo de vida por las nubes). Pero hoy, la movilización y el rechazo de amplios sectores del pueblo tienen en crisis la aplicación del tarifazo.
Se multiplican los reclamos barriales a las empresas de Luz y Gas, el no pago de las ridículas facturas con aumentos de hasta 1500%, sumado a los dos “cacerolazos” o “ruidazos” nacionales que hicieron salir a las calles a parte importante de la población. Trabajadores, jóvenes, estudiantes, comerciantes y jubilados llenaron las calles contra el tarifazo. Pero esta lucha contra el ajuste tuvo ya otros reflejos: los paros por sector y las movilizaciones de inicio de año. Por eso Macri está realmente complicado para seguir con su plan de aplicar a fondo el aumento de las tarifas. Lo demuestra que tuvo que aceptar el freno al aumento del Subte (por segunda vez en el año), algo que le impuso el descontento social con el ajuste y el hervidero que hay por abajo contra el gobierno.
Por su parte la Justicia salió a jugar como supuesta “aliada” de los trabajadores y el pueblo “frenando” el tarifazo. Lo que en realidad pasa, al igual que ya lo declaró Massa y la propia Stolbizer, es que muchos sectores patronales ven que si se aumentan todo de un saque la cosa puede estallar. Por eso la justicia no hizo más que reaccionar al rechazo popular al ajuste, y “patear para adelante” el golpe al bolsillo del pueblo. Es un “parche” que se ven obligados a poner, pero no soluciona el problema.
¡Fuera Aranguren y las multinacionales!
El verdadero motivo del tarifazo es fácil de entender. Si los millones de trabajadores pagamos la torta (una vez más), las multinacionales (de las cuales el gobierno de Macri es además, socio) obtendrán ganancias millonarias (ver recuadro).
Las empresas lo saben y por eso los últimos meses salieron a jugar su carta. Empezaron a cortar el suministro de gas y luz en pleno invierno para extorsionar a quienes correctamente (y amparados por los fallos judiciales) no pagaron sus facturas (ver recuadro). El ataque a nuestras familias fue tan alevoso que en distintos barrios los cortes iban rotando de zona, dejando en claro que eran dirigidos por la empresa. Eso tiene un nombre y es extorsión. ¡No lo podemos permitir!
Por si eso fuera poco, la última semana el propio Aranguren (Ministro de Energía y Minería), quién es además accionista de Shell, aprobó un pago de 70 millones de pesos para “compensar” a las empresas de Gas por las pérdidas causadas por las facturas impagas. El Ministro responsable del tarifazo a los trabajadores, premia y compensa a las empresas que nos extorsionan y nos dejan sin suministro. Además, defendió en el Congreso seguir con el tarifazo, como si no pasara nada. Es por eso que Aranguren se tiene que ir.
Necesitamos una solución de fondo
Desde el PSTU defendemos nuestro derecho como trabajadores a acceder a la luz y el gas. Llamamos a rechazar el brutal tarifazo del gobierno de Macri y exigimos que se vaya Aranguren y las multinacionales que se enriquecen a costa nuestra. Para eso, la marcha del 2 de Septiembre tiene que tomar estos reclamos en sus manos. Las CGT y CTA por su parte deben llamar a un paro nacional para derrotar el tarifazo y el ajuste. Necesitamos una salida de fondo, hace falta reestatizar sin pago y nacionalizar la industria energética bajo control de los trabajadores. Sólo así nos vamos a sacar de encima a las multinacionales que nos extorsionan y viven a costa nuestra, y podremos garantizar acceso a la luz y el gas a toda la población a bajos costos.