Hace ya tres años que la consigna ¡Ni una menos! se hace presente en nuestros trabajos y lugares de estudio, y se instaló en cada una de nosotras como una necesidad urgente. Es por esa razón que las movilizaciones del 3J son referencia para la inmensa mayoría de las mujeres y en las cuales debemos tener claridad de qué queremos lograr con ellas. El gran paso adelante que significa movilizar contra la violencia machista, no debe confundirnos sobre sus límites y alcances. ¿Es agrupadas en un movimiento de mujeres “todas juntas y en montón” como lograremos terminar con la violencia machista?
La idea de que todas las mujeres sufrimos de igual modo la opresión y que debemos organizarnos todas juntas contra los “machos” lejos está de lo que pasamos a diario.
Las trabajadoras sufrimos la violencia de nuestros patrones que nos pagan una miseria de salario o que nos tratan de vagas cuando nuestros hijos se enferman. Cuando no tenemos con que alimentarlos, cuando no podemos comprar los remedios, cuando esperamos horas en un hospital público que está deteriorado y sin personal para atendernos. Las laburantes y pobres caminamos con un nudo en el pecho y bien rápido cuando vamos a trabajar o al volver de estudiar para que no nos pase nada en nuestros barrios que carecen de todo. Cuando hacemos las denuncias en la comisaría porque fuimos golpeadas, salimos más asustadas y humilladas que como entramos. Nuestras hijas desaparecidas no son mencionadas en los medios de comunicación porque son pobres que al Estado no le importan.
Estas dificultades nada tienen que ver con la vida de Juliana Awada, María Eugenia Vidal o Alicia Kirchner que viven en barrios lujosos, tienen empleadas y usan clínicas pagas. ¿Es con ellas que debemos estar todas juntas y en montón? ¿Las miles de militantes por los DDHH, las abuelas que aún buscan a sus nietos apropiados por los torturadores de sus hijas tienen que sentirse parte del montón con Elena Highton de Nolasco?
Desde el PSTU estaremos en todas las acciones comunes participando en las calles para pelear contra la violencia machista y por nuestros derechos, compartiremos espacios de lucha con organizaciones feministas y con todas aquellas que quieran defender los derechos femeninos.
Pero seguiremos siendo claras con las trabajadoras: ni en montón, ni “todas” juntas. Las trabajadoras tenemos que seguir peleando por nuestra propia organización y para que nuestros sindicatos tomen en serio nuestros problemas y luchen a nuestro lado para lograrlo. Para el PSTU debemos construir un partido obrero, socialista y revolucionario porque la desigualdad que sufrimos sólo acabará completamente cuando terminemos con esta sociedad capitalista tan injusta, donde una minoría de hombres y mujeres viven de la explotación de la gran mayoría de la humanidad.
(1) Citado del punto 8 del Documento firmado el último 8 de Marzo por todas las organizaciones excepto el PSTU, que se propone como base para elaborar un nuevo documento hacia el próximo 3 de Junio.