Los aumentos escandalosos en la boletas de gas fue la gota que rebalsó el vaso. Éstos se sumaron a los que ya llegaron en la luz, el agua, el transporte, los alimentos y un largo etcétera. A esta altura el aumento en los precios ya se comió lo poco conseguido en las paritarias. El aguinaldo, para los que tienen la suerte de cobrarlo, ya está gastado.
Por eso la bronca comenzó a estallar. En los barrios empezaron a organizarse y movilizarse contra los tarifazos. Empezaron a tomarse las sedes de las empresas y los vecinos empezaron a organizarse. La justicia no tuvo otra que suspender la medida para evitar que esto se extienda. Lo mismo había pasado en otras 5 provincias del país y ahora se extendió a todo el país.
Ante esto, ahora el gobierno de Macri propone como “solución” poner un tope del 400% a los aumentos, como si nos hiciera un favor. Parece una cargada. Mientras ellos se echan la pelota unos a otros, las empresas se llenan los bolsillos y somos nosotros los que pagamos la cuenta. No lo podemos aceptar. No somos nosotros los que debemos pagar la crisis que ellos provocaron.
Ahora más que nunca tenemos que salir a las calles a defender lo nuestro. Es en las calles donde logramos hacer retroceder aunque sea un poco al gobierno y es allí donde debemos derrotar en forma definitiva el tarifazo. No hay que esperar que la justicia, el congreso o yendo solos a las empresas que prestan el servicio nos brinde una salida. Hay que organizar desde abajo la pelea, en cada barrio, sindicato, centro de estudiantes, etc. Tenemos que unificar todos los reclamos y centralizar la pelea para darle más fuerza.
En ese sentido, el próximo jueves 14 ya están convocadas a las 18hs acciones en todas las plazas del país. Y hay muchas otras tantas que se están organizando. Es una buena oportunidad para convocar asambleas y votar medidas entre todos para frenar esta locura, apoyando y coordinando con quienes ya están luchando. En ese sentido, Las conducciones sindicales, sociales y estudiantiles deben dejar de mirar para otro lado e involucrarse de lleno en esta pelea, aprovechando toda su capacidad organizativa para fortalecer la lucha.
Que se vaya Aranguren
Sin que se la caiga la cara de vergüenza el ministro de energía Aranguren reconoció que hubo algunos errores de cálculo al implementar las medidas. Encima nos dice que con esto todavía se quedaron cortos y a fin de año vuelven a evaluar el cuadro tarifario. Como otros tantos, este ministro es un representante de los negociados de las empresas, que para colmo está denunciado por favorecer desde su función pública a la multinacional Shell, de la cual era su CEO antes de asumir, otorgándole licitaciones favorables a la empresa en la cual él mismo mantiene una buena cantidad de acciones. Por eso se tiene que ir ya, como lo hizo la semana pasada el ministro de cultura de la Capital Federal Darío Lopérfido.
La única salida es estatizar los servicios públicos bajo control de sus trabajadores
El gobierno no para de repetir que estas medidas se deben a la crisis energética que vive el país que nos ha obligado a importar un tercio del gas que consumimos. Esto es una mentira descarada, porque dándole más beneficios a estas empresas que hacen millonarios negocios con nuestros recursos naturales no vamos a tener soberanía energética. Por el contrario, vamos a profundizar la dependencia.
En un país que tiene reservas de energía suficientes, es posible tener servicios baratos para la producción y el consumo. Pero para ello, necesitamos tomar medidas de fondo. Es un cambio rotundo a lo que hicimos hasta el momento. Cristina le dio subsidios millonarios, Macri le mantiene los subsisdios y a su vez le dio un aumento de tarifas descomunal. Las empresas siempre hacen fortunas con nuestros recursos y nosotros ahora debemos importar energía y pagamos cada vez más caro todo.
No alcanza con las tarifas sociales o planas, o cualquier otra medida, estos son solo parches. De todos modos los aumentos se trasladarán a los precios. Lo que necesitamos es romper las cadenas que nos atan a estas multinacionales que se lo llevan todo y sólo piensan en sus ganancias, comenzando por estatizar todos los servicios públicos, sin indemnización alguna, y ponerlas a producir bajo control de sus trabajadores, que son los únicos capaces de garantizar que la producción de este país se ponga en servicio de los sectores populares. Por eso, Edenor, Edesur, Gas natural, Metrogas, etc se tiene que ir. A su vea, hay que embargarle todos sus bienes para que vayan devolviendo todo lo que se robaron. Además, todos estos empresarios y políticos cómplices (del actual y del anterior gobierno) deben ir presos para pagar por semejante estafa.
Para que la crisis no la paguemos los trabajadores es necesario luchar para acabar con este plan económico e imponer un plan obrero de emergencia con estas y otras medidas. Y hoy por hoy, esto significa tomar las calles para derrotar el tarifazo e imponer nuestra propia salida.