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Todos los compañeros adentro en BedTime

El día 14 de noviembre Javier Román quiso entrar a la fábrica donde trabajó durante 20 años y le fue negado el ingreso. La propia gerencia lo esperó para impedirle el paso. Todo un operativo al servicio de conseguir lo que vienen intentando hace bastante tiempo y no habían podido lograr: demostrar al fin que los patrones y sus seguidores son quienes mandan en BedTime. Sin embargo, esta pelea no tiene un solo capítulo. Hace exactamente un año también lo intentaron y los trabajadores luchamos para impedir que Román se quedara sin su trabajo. Y ganamos.

En este sistema capitalista, cualquier fábrica tiene patrones y trabajadores. Son los patrones quienes se quedan con las ganancias de lo producido, sin trabajar. Mientras quienes trabajamos  solo nos llevamos un salario a cambio de largas horas produciendo para que los dueños se sigan enriqueciendo. Esta es la principal contradicción de este sistema, la más injusta, y por la cual no puede haber igualdad de condiciones entre patrones y trabajadores, porque los intereses de cada sector son contradictorios. Cuando los trabajadores peleamos  por mejores condiciones de trabajo y salariales afectamos directamente las ganancias patronales. Por eso,  conseguir mejoras en nuestras condiciones de vida cuesta tanto esfuerzo y a veces, luchas muy grandes.

¡Basta de intentar disciplinarnos!

En BedTime hace años que existe una Comisión Interna (CI) que lucha por defender a los trabajadores. Hace pocos meses ganamos una pelea importantísima por mejorar los salarios y las condiciones de trabajo, a través de las asambleas y de la unidad de la fábrica. Pero la patronal también aprende de las derrotas, y sabe que tiene que romper esta unidad. El despido de Román está en esa sintonía. 

Javier Román es un activista reconocido de la zona norte, gracias a que fue parte de la anterior CI y llevamos adelante grandes luchas, incluida la toma de la planta en plena pandemia, cuando la empresa quiso bajar el 50% de los salarios y despedir a la mitad de los trabajadores. Gracias a la tremenda pelea que se dio, y la solidaridad conseguida en la zona, BedTime debió dar marcha atrás. La figura de Román representa esa tradición de lucha que los trabajadores construyeron sacándose de encima a las conducciones burocráticas y poniendo al frente a compañeros que quieren enfrentar la persecución patronal y los aprietes permanentes.

Esta vez,  la empresa quiere llevar adelante su plan a fondo, inaugurando un camino de disciplinamiento y para eso debe sacarse de encima a los mejores activistas de la fábrica. Hace bastante tiempo que la patronal persigue a los trabajadores que se organizan y a sus delegados, investigando si somos militantes políticos e incluso, haciéndonos notar que están al tanto de quienes son  nuestras familias, qué hacen, etc. Permitir el despido de un compañero por estos motivos es iniciar un camino sin retorno y dejarle a la patronal las manos libres para destruir la organización lograda. 

Por eso afirmamos que la mayoría de la CI se equivoca cuando decide no defender al compañero despedido, anteponiendo cuestiones personales o incluso siguiendo los motivos usados por la empresa sobre que Román “no es un buen trabajador”. No es verdad que un trabajador “ejemplar” está liberado de sufrir la persecución y despidos. En cuanto se le ocurra levantar la cabeza y reclamar un poco más de lo que le dan, es blanco fijo para sufrir las represalias.

La clase obrera debe hacer valer sus principios: jamás le entregamos un compañero a la patronal para que lo deje en la calle y a su familia. Como decíamos al principio, siempre son ellos o nosotros. Es necesario retomar este camino que la historia de nuestra clase nos marcó, y defender el puesto del compañero sin dudarlo, tal como hicimos desde el PSTU adentro de la fábrica y desde la CI.

No permitamos ningún despido: en BedTime todos adentro

La pelea contra el plan de ajuste del nuevo Gobierno de Milei va a ser dura y hay que prepararla de la mejor manera que se pueda en cada lugar, uniendo fábricas y coordinando también con los barrios y sus organizaciones, y de conjunto con el pueblo trabajador. Adentro de BedTime, necesitamos a los mejores para ser parte de los comités que se ocupen de cada detalle antes de iniciar la lucha y durante la misma,  y preparen nuestra defensa ante la represión con la que quieren derrotarnos. Cada puesto de trabajo es fundamental, incluso necesitamos más trabajadores ante el aumento de producción. Menos horas de trabajo para que cada trabajador no se rompa, pero con el mismo sueldo todos y que sea superior a la canasta básica e indexado de acuerdo a la inflación.  Solo los trabajadores podemos liberarnos de las cadenas con las que quieren doblegarnos, y para eso hay que demostrar que en las fábricas somos quienes tenemos la manija. Somos nosotros y nuestras familias, o ellos. Por eso, nadie puede quedarse afuera, todos adentro para pelear por lo que nos merecemos