Tres años de complicidad e impunidad

Stephany Carolina Garzón Ardila joven colombiana amante de la fotografía, el teatro, el periodismo y la política, desapareció en Quito, Ecuador el 28 de abril de 2012 a los 22 años. Militante de nuestro partido hermano, el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) de Colombia, actriz y activista estudiantil. Hoy, tres años después ni siquiera hay una posición oficial sobre lo que le sucedió. Es decir, no hay una hipótesis que se sustente y que pueda explicar qué pasó, quién la desapareció, dónde está Carolina Garzón. Queda claro que no se ha dado cumplimento a la obligación estatal de realizar investigaciones prontas, diligentes, serias, exhaustivas, imparciales e independientes, ejecutando todas las actividades necesarias para esclarecer los hechos y las circunstancias que los rodearon. No se tomaron medidas para encontrar a los culpables sean delincuentes corrientes, mafiosos, políticos, policías o del sector que fueren.

Ecuador y Colombia: Gobiernos “populares” sin derechos humanos

“La cifra asusta a cualquiera. Un total de 18.681 denuncias de personas desaparecidas se registraron entre los años 2013 y 2014 según La Fiscalía General del Estado. De esas denuncias, 17.075 son actos administrativos concluidos y 1.606 se encuentran en investigación, de acuerdo a la Fiscalía” (1) Mientras tanto en Colombia: “El informe anual del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) sobre la situación humanitaria en el país caribeño precisó que 11 mil personas fueron reportadas como desaparecidas el año pasado (2014), de ellas 7.257 personas seguían en esa situación, mientras que 3.235 aparecieron vivas y 306 muertas. En 2013, el número de reportes había sido de 7.464 casos, mientras que el total de denuncias llega a los 72.500 casos” (2)

Desde que desapareció Carolina se han realizado infinidad de actividades como plantones ante las Embajadas, las Fiscalías de Ecuador y Colombia, ante la Cancillería colombiana; visitas en diversos países a Embajadores del Ecuador para solicitar atención al caso; pronunciamientos de organizaciones sociales, sindicales y democráticas y de dirigentes de las mismas en Ecuador, Colombia y diversos países; entrevistas de la familia con el presidente Rafael Correa, difusión en redes sociales, actividades culturales, colecta de dinero, etc. Lamentablemente estas solo atañen al círculo de Carolina, a su partido el PST, al MAS de Ecuador y a la LIT (internacional de la que somos parte) que han realizado campañas internacionales, y por supuesto la perseverante pelea de los padres y familiares de Carolina. Producto de estas, en 2012 se conformó la ASFADEC (Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador) que ha tomado el caso de Carolina como uno de los casos emblemáticos; consiguiendo así una entrevista en persona con el Presidente Ecuatoriano. También se logró que el gobierno de Correa lanzara una campaña pública de búsqueda de Carolina con miles de afiches callejeros donde se ofrecía recompensa económica a quien diera datos de su paradero.

Por parte de los gobiernos, queda clara una posición política al respecto, no solo con el caso Carolina sino de los miles de casos de desaparecidos que ya se han visibilizado en el marco de la lucha por encontrarla. La superficialidad con la que se toman los casos, la falta de compromiso con la investigación, la dilatación en los tiempos, la falta de acción o por complicidad y apoyo inmutable a la policía y a las mafias que operan en el tercer negocio más lucrativo del mundo, la trata de personas. Así es que el silencio de los gobiernos y la impunidad con la que se mueven, los hace los principales cómplices y responsables por cada una de esas desapariciones. ¿De dónde provienen esas personas desaparecidas? ¿De los hijos de los ricos, de los empresarios, de la familia de Correa y Santos? No. Provienen de los sectores populares, de los pobres y de los trabajadores que son los más expuestos y más propensos a vivir situaciones de violencia y no como dicen algunos fiscales sobre Carolina -que por su modo de vida- se buscó lo que le paso. Ella como tantos otros jóvenes anhelan poder estudiar, recibirse, conocer, viajar, y tener una perspectiva de futuro que este sistema no le permite a los pobres y trabajadores. Por intentar ir en busca de sus sueños son víctimas del lucro, la corrupción, la mafia, la impunidad con la que estos gobiernan para llenarse los bolsillos y seguir en el poder.

La búsqueda de Carolina es parte de una lucha mundial

Encontrar a Carolina y a los miles de desaparecidos en Ecuador o Colombia no es simplemente un problema de sus familias y allegados. La lucha por encontrarlos y mantenerlos vivos es parte de una pelea por cambiar las cosas como están. Hay miles de Carolinas en cada rincón del mundo como así también trabajadores y trabajadoras que dejan su vida en la fábrica, escuelas y empresas, que renuncian a sus sueños por un mísero salario para sobrevivir. Los hay jóvenes sin un futuro asegurado y mujeres siendo el blanco fácil de la sociedad, hay niños muriendo de hambre y otros asesinados en guerras. Pero también hay, como vos y como yo, jóvenes trabajadores que queremos cambiar esa realidad que vivimos día a día.

Hoy, a tres años de la desaparición de Carolina, redoblamos nuestros esfuerzos para que se esclarezca la desaparición de nuestra compañera. Para que salgan a la luz y paguen todos los culpables. Para que Carolina Garzón, este presente, en cada lucha, en cada mujer joven, en cada trabajador que da su vida por cambiar la realidad. Por eso te invitamos a que seas parte del PSTU y la LIT y que juntos sumemos fuerzas en ésta pelea.

Notas:
1- http://www.ecuadorenvivo.com/sociedad/190-sociedad/26909-en-dos-anos-18-681
-denuncias-depersonas desaparecidasenecuador.html#.VT6raJOTJ_9(Ecuador en vivo,
5 de febrero de 2015)
2- http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-267999-2015-03-12.html 
(Página 12, 12 de marzo de 2015)

Compartimos un poema realizado por Nazarena Luna, poeta y Militante de la Juventud del PSTU para nuestra querida compañera Carolina

Vigilia

Se me va abril y se me viene
tu rostro
Y se me viene esa sonrisa incansable
congelada en las fotografías
Y el cabello despeinado
la mueca de la juventud en los ojos
Y recuerdo Colombia
Y que tengo una remera que lleva tu cara
en el frente,
una remera roja.

Y otra vez el nudo,
la bronca al acecho y el puño que
no bandea.

Decís que no nos conocimos?
Quizás no nos habremos visto
porque en la geografía el dinero es caro también
pero es seguro que te llevamos
ya sea en pancartas,
o sea en las remeras
En las luchas por la vida
y contra la muerte
del capitalismo foribundo que arrebata
mujeres
y que destruye como un tornado
la superficie
de la vida.
Pero sé que te conozco,
estás presente
en los ojos de los camaradas
que levantan todos los días tu nombre, Carolina.