El delasotismo ganó la gobernación pero perdió la mayoría en la legislatura
Van 16 años de Unión por Córdoba(UPC), a los que ahora se les suma la reelección de Schiaretti, quien ya gobernó en 2007-2011, donde sus puentes y obras quedaron destruidas en esta última inundación, además de la feroz represión que le aplicó a los estatales y a los jubilados, a los estudiantes que defendieron la educación pública, además de un ajuste generalizado a toda la población. Elementos característicos de ese partido, que a nivel nacional lleva de presidente a De la Sota con la hija de Rucci como vice.
Lo importante es que Schiaretti, y el PJ cordobés, no expresan nada nuevo para los trabajadores, ya que gran parte de su triunfo se lo debe al aparato, algo demostrado claramente en los resultados: hacen la diferencia en el interior con un 45.13%, y en la ciudad de Córdoba capital queda primero Juntos por Córdoba (PRO-UCR-FC) con 6 puntos arriba de UPC, que consiguió un 31,21%.
El resultado refleja una consolidación del oficialismo (UPC) con el 39.86%, seguido de Juntos por Córdoba con el 33.78%- visita de Macri mediante. Y como viene sucediendo en estos últimos años en esta provincia, el kirchnerismo quedó muy lejos con el 17.20%.
La sorpresa fue el corte de boleta, con un formato de voto que fomentaba la lista completa. Esto provocó que el delasotismo haya perdido su mayoría automática, algo interesante porque tendrá que pactar con Juntos por Córdoba y el kirchnerismo, que no temerán acompañar sus leyes antipopulares, como ya lo hicieron en el caso de Monsanto.
Otro elemento importante es que la alianza Juntos por Córdoba, se parece cada vez más a la Alianza de De la Rúa, porque habían acordado la fórmula Mestre-Lábaque para las elecciones municipales del 13 de septiembre, y otro integrante de la UCR (De Loredo) acaba de presentarse a internas, además el juecismo (FC) no descarta ir por su lado.
Tres bancas para el FIT, y la necesaria unidad de la izquierda
Nuevamente el FIT, hizo una elección histórica. Justamente donde se hizo la diferencia fue en la categoría legisladores, ya que se logró triplicar los escaños, con un 6.30% que representan 99.670 votos, y en la ciudad capital se llegó al 10.94% (70.516). Para gobernador el porcentaje fue del 4.92%, quedando en todas las categorías como cuarta fuerza.
En las elecciones parlamentarias del 2013 el FIT obtenía 143,903 votos, y en las elecciones a gobernador del 2011 un 1.5%. Es claro el crecimiento y los nuevos desafíos.
Para el Frente de Izquierda toda la elección estuvo signada por ataques de los medios masivos debido a las divisiones dentro del frente, y se fomentaba la idea de que “la izquierda no puede gobernar, que sólo puede conseguir algún diputado”, y en esto es importante detenerse un ratito: si bien no vamos a llegar al poder a través de las elecciones, algo que quedó más que comprobado con el fraude del 2013 donde se perdió el diputado nacional por Córdoba, pero los trabajadores ya hemos gobernado otras veces en la historia como en la Rusia de 1917, los obreros han tomado en sus manos las fábricas cuando los patrones quisieron cerrarlas.
Pese a todas las trabas, y a los millones gastados por el PJ y la UCR, que demuestran que esta es una democracia de ricos; los 50000 que se movilizaron el 3 de junio, los estatales que pedían la anulación de la 10078 (ley que difiere en 6 meses el aumento jubilatorio), los habitantes inundados de las sierras chicas que aún no reciben soluciones, los operarios que sufren los despidos y suspensiones, los pibes de los barrios que no soportan el Código de Faltas, el pueblo que paga impuestos carísimos más la tasa vial, le dijeron no al ajuste, saqueo y represión, y sí a la izquierda que está en las luchas.
Pero el sabor amargo que queda en muchos de los activistas que fiscalizaron, y se movilizan cotidianamente, es el de la división de la izquierda, ya que tanto el MST como el Nuevo MAS también obtuvieron un buen resultado, y a pesar del rol regresivo del primero que se dedicó a hacer campaña contra el FIT. Al cierre de esta edición, inclusive el MST está muy cerca de conseguir una banca con un 2%, y el Nuevo MAS sacó un 1.43% para gobernador.
Como lo mostraron los aceiteros, como lo están haciendo los trabajadores de la línea 60, con la unidad de los luchadores nos beneficiamos los trabajadores, y vamos debilitando a nuestro enemigo, y esto es muy importante en ese terreno adverso que es el de las elecciones. Claramente la interna nacional se vio reflejada en dos festejos por separado: por un lado el PTS en su local y por otro PO-IS, siendo que cada partido pudo conseguir un legislador.
Desde el PSTU aportamos fiscales, repartimos miles de volantes para que hubiera una alternativa de izquierda que haga valer nuestros derechos, fuimos con alegría a reivindicar el triunfo, pero continuamos alertando por el rumbo poco unitario que está teniendo el FIT, y planteamos la necesidad de su ampliación a todos los luchadores y partidos que compartan su programa.