Con la lucha y la organización de las bases le paramos los despidos a Macri y las operadoras. Igual no hay que bajar la guardia. Ahora tenemos seis meses de “tregua” para seguir organizando la pelea de cara a las paritarias. Las primeras conclusiones de un conflicto testigo para todos los trabajadores del país en la lucha contra el plan de ajuste en curso.
Los petroleros de Chubut hemos dado un ejemplo de organización y disposición para la lucha en defensa de los puestos de trabajo, de nuestro salario y de nuestras familias. Con una política de masificación y búsqueda de apoyo y solidaridad de todos los sectores de la comunidad, y luego de un poco más de un mes desde iniciado el plan de lucha, hemos logrado hacer retroceder momentáneamente a las operadoras en su intención de hacernos pagar la crisis económica mundial a los trabajadores.
Con la excusa de la baja del precio internacional del barril de petróleo, hace años que los trabajadores venimos padeciendo un ataque permanente por parte de las multinacionales, que ya generó unos 250.000 petroleros despedidos en el mundo, dejando a sus familias en la calle.
Los patagónicos todavía tenemos grabado en nuestra memoria la angustia que pasamos luego de la privatización de YPF en los 90’, la que dejó a nuestros pueblos como ciudades fantasmas, y que luego de la crisis del 1998 las escuelas se transformaron en comedores populares y se teníamos que salir a pelear por alimentos y trabajo genuino.
Por eso, apenas se anunciaron los primeros despidos, la reacción de los petroleros de Chubut demostró que no estábamos dispuestos a engrosar esa cifra y comenzó la organización de la resistencia.
Porque no podemos aceptar que las empresas extranjeras y sus socios nacionales, el Estado Nacional y Provincial, de cualquier sector político que esté gobernando, siempre carguen contra nuestros pueblos y trabajadores ante cada crisis.
Porque hace 108 años, desde que se descubrió el petróleo en nuestra tierra, nos vienen saqueando nuestros recursos naturales. Hace 108 años que dejamos la vida, los pulmones, nuestra artritis en los huesos por trabajar en los yacimientos a la intemperie sin importar las condiciones del tiempo. Año tras año vemos como estas empresas, con complicidad de los gobiernos, han permitido la precariedad laboral, la contaminación de nuestro suelo, la muerte de nuestros compañeros en accidentes, llevándose toda la riqueza a cambio de dejarnos las migajas.
Por todo esto es que puede explicarse como desde el 21 de diciembre los petroleros de Chubut iniciamos un plan de lucha con un claro mensaje al gobierno de Macri, al de Das Neves y a las operadoras: ¡Hasta acá llegamos! ¡No permitiremos ni un solo despido, ni un paso atrás!
A partir de allí se desarrollaron más de un mes de movilizaciones, panfleteadas en las rutas, asambleas, piquetes, recorridas de los pueblos patagónicos, que fueron sumando a otros gremios de la región: los jerárquicos, los petroleros de Santa Cruz, la CGT Comodoro y Santa Cruz Norte, UOCRA, vigiladores, empleados de comercio, la bancaria, Smata, Uom, etc.
Poco a poco la lucha se fue masificando al grito de la resistencia y en el aire se empezaba a respirar la necesidad de recuperar nuestra historia y organizar una nueva “Patagonia Rebelde”. La fuerza demostrada por los trabajadores y el terror de que esta experiencia se contagiara a nivel nacional mediante la radicalización de las medidas obligó al gobierno de Macri a tener que ceder logrando reincorporar a todos los despedidos.
Una tregua por seis meses sin despidos ni rebaja salarial
La fuerza de los petroleros de Chubut obligó a las operadoras petroleras y al gobierno de Macri a volver atrás con el plan de los 5000 despidos que habían anunciado. Luego de decir que no había plata, entre los gobiernos Nacional y Provincial se comprometieron a aportar unos 500 millones de dólares para poder alcanzar este acuerdo por los próximos seis meses.
Si bien no es una salida definitiva, el festejo de todos los petroleros al ver la vuelta a los yacimientos de los 500 compañeros que habían sido despedidos con la frente en alto es el mejor retrato del triunfo alcanzado. No es para menos. Porque con la movilización y la unidad de los trabajadores logramos torcerle el brazo a los poderosos, demostrando que es posible pararle la mano a este gobierno que ya registra 1000 despidos diarios desde que asumió en diciembre del año pasado. Y esto es más relevante aún si se toma en cuenta que el sindicato petrolero de Neuquén conducido por el traidor de Guillermo Pereyra acaba de firmar la suspensión de 2500 obreros con el 50% de rebaja salarial. Y que en la industria petrolera a nivel mundial, venimos sufriendo diversas derrotas en las huelgas que se desarrollaron últimamente en EEUU, México, Brasil, etc.
Este triunfo nos deja en mejores condiciones para seguir organizando las peleas que se vienen: la defensa de nuestro convenio y nuestras condiciones de trabajo, la lucha por el aumento salarial en las paritarias y por la anulación del impuesto a las ganancias que se roba buena parte de nuestros salarios.
Por eso no hay que relajarse, hay que seguir organizados, fortaleciendo la unidad y lucha por empresa y sector, debatiendo las primeras conclusiones que nos dejó la experiencia de estos meses para mejorar nuestra intervención de cara a lo que se viene.
Notas complementarias: