En abril del 2009 el gobierno kirchnerista promulgó la ley nº 26.485 Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Desde entonces más de mil trescientas mujeres han muerto a causa de la violencia más extrema: el femicidio. ¿Cuántas mujeres más tienen que morir para que los gobiernos tomen la decisión de declarar el Estado de Emergencia en Violencia y destinar el presupuesto necesario para cambiar esta situación?
La pregunta anterior va impregnada de dolor. Sí, porque se ha cumplido un año ya del primer 3J y un año también de la partida de Mari Saldaño. Mujer mendocina y tía amada de esta cronista. Mujer que murió a manos de su ex marido por causa de un Estado ausente.
Podemos repasar una parte de su historia para comprobar que: “El Estado es responsable”. Mari decidida a acabar con una vida de violencia acudió a un Centro de Salud por atención psicológica y posteriormente declaró ante la fiscalía. Durante las 48 hs que el ex esposo estuvo preso, Mari se refugió en casa de una amiga pues ni el gobierno municipal ni el provincial disponen de un refugio para tal fin. El agresor fue puesto en libertad y al encontrarla le quitó la vida con más de una decena de puñaladas. Por supuesto… su agresor tenía en su poder una orden de restricción de acercamiento.
En medio del dolor el PSTU, Lucha Mujer y Frente Índigo iniciamos una campaña provincial exigiendo justicia por Mari. Llevamos a cabo un acto en la legislatura provincial en su memoria y exigiendo respuestas por parte del Gobierno. Instalamos en los medios el debate sobre la necesidad de que se declarara el Estado de Emergencia en Violencia y denunciamos la impericia de la que también fue víctima.
María del Carmen cumplió con todas las medidas de protección subsiguientes a una demanda civil, pero no alcanzó. El Estado no le brindó en absoluto la protección integral necesaria: acompañamiento físico, (de seguridad y vivienda), psicológico, legal y económico.
Los encubrimientos mediáticos, la mala praxis, la corrupción política, que salieron a la luz luego de su fallecimiento ocuparían vastos párrafos de esta nota. Basta decir que en Mari se reflejan miles de casos. Miles. Ante el reclamo de toda la nación, los gobiernos de turno, sean Macri o Cristina K, miran para otro lado mientras otorgan míseros presupuestos. ¡Sí, se fotografían demagógicamente apoyando la lucha y pronuncian discursos de bolsillo!
Ni una menos no significa una actitud pasiva tampoco es una linda frase. Es un grito social es una lucha que te invita a ser parte. Un grito de vida, de dignidad, es un llamado a un trabajo conjunto Hoy, en muchos años de historia, luego de haber colmado por segunda vez las calles y las plazas de todo el país, podemos empezar a decir ¡BASTA!
Notas Complementarias: