El Banco Central funciona en el sistema capitalista argentino dentro de la Ley 21576 de 1977 de la última Dictadura Militar. Ley que no le da autonomía del Gobierno de turno, que elige sus autoridades y dictamina su política. Para el ultralibertario Javier Milei, la inflación es culpa del BCRA, y promueve infantilmente que habría que “dinamitarlo”, que desaparezca, dejando al libre funcionamiento de los mercados el flujo del dinero de la producción.
El Banco Central es usado por los Gobiernos capitalistas para aplicar las políticas que siempre benefician a las burguesías, sean productivas o especuladoras. Es la herramienta con la cual se generan las devaluaciones, los aumentos de precios, la fuga de divisas y la especulación financiera de bancos, fondos buitre y todo tipo de rapiña. Como en tantas otras economías capitalistas es parte del sistema explotador y los Gobiernos lo controlan y le dictaminan políticas monetarias siempre a favor de la clase burguesa y su Gobierno de turno (Ver páginas 10 y 11).
Un BCRA al servicio de las patronales y ganancias de los bancos.
En el capitalismo de nuestro país, dependiente y controlado por organismos internacionales, no se cumplen las funciones mínimas de un banco central; así pasaron Gobiernos con crisis financieras y económicas brutales, y agudizadas con el de los Fernández, pero en paralelo permitiendo colosales ganancias a los bancos y financieras. Así se genera: 1. descontrol en la emisión de moneda, pero no para inversión, sino en función de los millonarios intereses que se pagan por la Deuda Pública. 2. No se estabiliza la relación de importaciones y exportaciones, y permite que las burguesías agropecuarias retarden ingreso de divisas, que especulan con las devaluaciones. 3. Se somete a las instrucciones recibidas de organismos como el FMI o el Banco Mundial, afectando los insumos importados, pero facilita el giro de utilidades a las multinacionales. 4. Regula las tasas de interés en beneficio bancos, especuladores y fondos buitre que “chantajean” con el dólar y la no renovación de préstamos. 5. Las reservas monetarias siempre en crisis por las presiones de los acreedores externos.
En manos de gobiernos burgueses y sus funcionarios de turno
Los medios callan ante la impagable Deuda Pública que pasa los U$S 500.000 millones. Incluyendo la estafa con las Leliqs del BCRA con tasas mayores que la inflación, de más del 120%, llegando a una efectiva anual del 200%. El BCRA toma deuda, que ya llega a los U$S 65.000 millones pero solo con los bancos, que se regocijan con semejante ganancias y la fiesta financiera.
La propuesta del reaccionario Milei anulando el BCRA no es precisamente para beneficiar a la clase trabajadora. Dejaría el control financiero en manos de los mismos buitres y el FMI que presionaron y consiguieron que el obediente Ministro Massa, candidato peronista, devaluara un 22% al día siguiente de las PASO.
Tanto las propuestas de Milei, como de Bullrich de JxC, y hasta del propio Gobierno de Massa candidato, no son precisamente para ayudar al pueblo trabajador, todos responden a la clase social burguesa y patronal, y operan en consecuencia para beneficiarla.
RECUADRO
NACIONALIZAR Y ESTATIZAR LA BANCA
Como ejemplo, en plena crisis, en 2022 el Banco Santander en nuestro país aumentó sus ganancias en un 256%, el Banco Macro 60% y el Galicia ganó $22.599 millones. Miles de millones de dólares que podrían aplicarse a la construcción de viviendas populares y creación de puestos de trabajos en lugar de ir a los bolsillos de los mercenarios financieros.
Los primeros Gobiernos peronistas jugaron con la nacionalización de los depósitos, es decir, los bancos privados y públicos funcionaban pero la orientación del destino de los depósitos la orientaba el BCRA. El tiempo demostró que las sucesivas crisis financieras y económicas terminaban por satisfacer a los buitres especuladores y la propiedad privada de los bancos no se tocaba, pudiendo operar y complotar financieramente.
Distinto sería con la expropiación de la banca sin indemnizar, pasando la administración de los depósitos y destino de los créditos a un Banco único con un verdadero control de los trabajadores financieros y de la población. Pero sería aplicable solo con una economía socialista planificada.
Vale mencionar experiencias históricas sobre estatizaciones. Después de la Revolución Rusa de octubre de 1917 se expropiaron los bancos y se anularon deudas usurarias que tenían los campesinos. Un tercio de capitalistas financieros eran extranjeros, principalmente franceses y alemanes. Siete bancos tenían una posición dominante y fueron expropiados prioritariamente y todas las propiedades de las acciones bancarias fueron anuladas. La transferencia de los bancos privados al sector público progresaba en paralelo con el repudio a deudas extranjeras consideradas ilegítimas y odiosas, un avance fundamental del poder revolucionario, que permitió potenciar la economía planificada.