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Un debate necesario

En todo el mundo, los gobiernos avanzan ajustando al pueblo y entregando todo a las multinacionales y al imperialismo. En Europa la crisis sacude con fuerza a los trabajadores. En Medio Oriente las revoluciones en curso son reflejo de la resistencia al ajuste y saqueo permanentes. Latinoamérica también sangra, con un Brasil con millones viviendo en las calles y el gobierno de México enfrentado cada vez más por las movilizaciones luego de la masacre de los estudiantes perpetrada por policías y narcos. También en Argentina, a pesar del discurso kirchnerista y de la propia oposición, el ajuste entró con fuerza, con más de 400.000 despidos y suspensiones, la inflación que devora nuestros salarios, la reforma del Código Civil y Penal que recorta nuestros derechos, la represión que aumenta y el deterioro de la salud y la educación. En ese contexto ha surgido, ya en 2011, una alternativa electoral para los trabajadores. Un primer paso en la unidad de la izquierda, independiente de las variantes patronales, que está llamado a ser una herramienta de lucha no sólo sindical sino también política: El Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Sin duda, el importante resultado electoral obtenido en 2011 y luego en 2013, llegando al millón y medio de votos para la izquierda, ha sido un hito histórico. Ese fenómeno nos permitió ganar varias bancas legislativas. Pero fundamentalmente nos dio la oportunidad de poner en pie una alternativa de izquierda en todo el país que sirva para impulsar las luchas  en curso y presentar una propuesta de salida obrera y popular a la crisis.
Así la influencia del fenómeno del FIT ha crecido en cada paro general, lucha obrera, cada asamblea barrial, cada conflicto estudiantil y se ha venido extendiendo.

Las peleas de la izquierda favorecen al Gobierno y los patrones

Lamentablemente, cada vez resulta más evidente que la imperiosa necesidad de fortalecer el FIT como herramienta para la lucha, parece estar en contradicción con los intereses de los tres principales partidos que lo componen. Hace ya tiempo se ha desatado una serie de riñas vergonzosas entre ellos, cuyo resultado es muy perjudicial para el frente y las luchas de los trabajadores y su vanguardia combativa. El PTS e IS por un lado, fracasaron rápidamente en su intento de armar un polo común a partir del encuentro de Atlanta, junto al Pollo Sobrero y el Perro Santillán, y excluyendo al PO. Luego el PTS anunció que Atlanta no pasó la prueba de la lucha de clases, cuando no logró imponer que el eje excluyente fuera el conflicto de la autopartista Lear.
IS, por su lado, continuó con lo que le quedó, un encuentro de Platense disminuido, que a pesar de convocar activistas y luchadores de diversas provincias, fue otro ejemplo de falta de democracia de base y de armados por arriba, esta vez con los sectores de Rompiendo Cadenas y un perfil peligroso alentado por la propia IS: “acá no se discute política, sólo la intervención sindical”. Esto es equivocado porque la amplitud del llamado a la unidad para luchar no puede impedir que se discuta la salida política de clase que necesitamos construir. Cualquier reagrupamiento de luchadores solo tiene futuro si sirve para avanzar en confluir en una salida política independiente de los trabajadores.
Fuimos a ambos encuentros, intentando ser escuchados al presentar nuestras propuestas para evitar la división y la dispersión que viene creciendo.
Pero el Partido Obrero no se quedó atrás. Se negó a llevar adelante un encuentro unitario de todo el FIT y los sectores en lucha. Prefirió hacer primar su propia construcción partidaria y como Corriente Sindical Clasista. Recientemente se realizó el “Congreso del Movimiento Obrero y la Izquierda”, al que también asistimos y llevamos una declaración. Fuimos bien recibidos y tuvimos oportunidad de ser escuchados. Pero desafortunadamente, en los hechos fue un gran acto electoral del Partido Obrero y no un Congreso. El propio título que vistió el Luna Park “Por un 2015 de la izquierda y de los trabajadores” expresaba el centro de la política electoral del PO: Altamira presidente y la pelea por la intendencia de Salta.
Si bien coincidimos que la batalla electoral del 2015 es algo importante, el acto del Luna Park no ubicó la lucha inmediata que necesitamos organizar ni su relación con la lucha estratégica por el gobierno de los trabajadores y el socialismo mundial. Así fue como la pelea internacional contra el ajuste imperialista, la gran tarea de enfrentar el pago de la deuda externa y el saqueo de nuestros recursos, la necesidad de la unidad para luchar, pasaron a un segundo o tercer plano.
Esa disputa abierta entre los partidos del FIT, que incluye enfrentamientos por las candidaturas a presidente ya lanzadas por el PO y el PTS, tiene nefastas consecuencias para la vanguardia de los trabajadores. Ya hay derrotas ante la burocracia y el Gobierno en elecciones sindicales de una izquierda que se presenta dividida, enfrentada y con denuncias cruzadas. El ejemplo más reciente es el sindicato docente de Neuquén, ATEN provincial, que había sido recuperado en las elecciones anteriores por el FURA, de la mano de la unidad de la izquierda y que ahora se perdió por su división (Ver pág. 7).
Los propios medios de comunicación festejan la “interna” de la izquierda como forma de mostrar al FIT debilitado y con las mismas peleas de los partidos patronales como los K o el UNEN. Así, la división de los que luchamos solo favorece a los patrones que nos siguen ajustando.

Rescatemos al FIT como herramienta política de lucha

Desde el PSTU estuvimos presentes en cada uno de los encuentros y convocatorias de los partidos del FIT. En todos, llevando nuestra posición con claridad. No fuimos a Atlanta o a Platense a discutir el rol del “Perro” y el “Pollo”, ni al Luna Park para saludar la candidatura de Altamira. Fuimos a hacer un llamado a defender lo conquistado para poder avanzar: un Frente de Izquierda que se ponga a la cabeza de las luchas, abierto a todos los que acuerden con su programa y un llamado a la más amplia unidad para enfrentar el ajuste, sin vetos ni autoproclamaciones estériles. Fuimos a defender que el lugar privilegiado de la política del FIT, debe ser en la lucha, en cada conflicto obrero o popular, enfrentando el saqueo, la represión y no sólo en el parlamento.
¿No es acaso necesario que nos unamos para denunciar que entre risas y discursos el Gobierno y la oposición nos están entregando a los buitres de la deuda externa?¿No necesitan los millones de trabajadores una voz que les diga que hay que salir a enfrentar el saqueo de CHEVRÓN en las calles, con movilización? ¿Acaso la pelea contra el impuesto al salario, por el bono de fin de año en todos los gremios, contra los despidos, el trabajo precarizado, en negro y contra la burocracia no está más presente que nunca? ¡Claro que sí!
Los militantes de PO, PTS e IS nos dirán que ellos levantan posiciones similares, que eso es lo que están haciendo. Pero es equivocado pensar que el FIT es solamente la expresión individual de los partidos que la integran. Como alternativa de unidad de la izquierda está paralizado políticamente y predominan los enfrentamientos. Cualquier activista lo puede percibir y muchos empiezan a padecerlo. Y esto debe cambiar si no queremos perder esta oportunidad.
Por eso, desde el PSTU proponemos que el FIT se ponga a la cabeza de estos reclamos, termine con las peleas internas y convoque a todos los activistas, sectores, partidos y movimientos que estén por enfrentar el ajuste, a un Único Encuentro donde deliberar democráticamente y desde donde lanzar un plan de lucha nacional, que a la vez presione a las conducciones de las CGT y CTA para que rompan su pacto con el Gobierno. Contra el ajuste, los trabajadores no podemos pegar con la mano abierta, tenemos que ser un solo puño contra los patrones.
Y a partir de allí, para salir de la actual situación, seguimos insistiendo en que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores debe abrirse para que todas las fuerzas, como nosotros, que defendemos su programa e impulsamos su existencia, podamos integrarlo. Para fortalecerlo y hacer crecer una herramienta política y sindical al servicio de las luchas.

 

19 de noviembre de 2014