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Un discurso vergonzoso

De rodillas ante el rey de España y el amo imperial 

“Estoy acá tratando de pensar y sentir lo que sentirían ellos en ese momento. Claramente deberían tener angustia de tomar la decisión, querido Rey, de separarse de España” Dijo Macri en este 9 de Julio en Tucumán, en un discurso totalmente dirigido al invitado estrella: el rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón; heredero no solo de los opresores de quienes nos independizamos, sino también de la dictadura genocida de Franco. 

Pocos ejemplos hay de una demostración tan abierta de claudicación al imperialismo. Falseando nuestra historia, queriendo achacar a los líderes de la revolución que logró la independencia el sentimiento más profundo de su clase social, Macri desnudó la lealtad absoluta de la patronal argentina a los amos imperiales, explotadores y saqueadores de nuestro país. Una lealtad que nos viene costando demasiado. 

Fue un discurso totalmente contrario al sentimiento de la inmensa mayoría del pueblo argentino, que repudia categóricamente a quienes se arrastran como verdaderos “lamebotas” del poder de turno olvidándose de los reclamos de los más oprimidos. Fue un insulto a todos nuestros héroes de Malvinas, que en nuestra historia reciente dieron su vida al servicio de derrotar al imperialismo inglés para expulsar a los invasores y recuperar nuestras islas, a pesar de la conducción nefasta de las juntas militares de aquel entonces.  

Anuncio de más ajuste y palos para los trabajadores 

Y como si no fuera suficiente con tal demostración de compromiso con la entrega, el discurso de Macri estuvo plagado de los típicos llamados a “esforzarse más y consumir menos” que preanuncian la profundización del ajuste.»Tenemos que alejarnos de lo que pasó en los últimos tiempos, que creció el ausentismo, las licencias, las jornadas horarias reducidas. Cada vez que un gremio consigue reducir una jornada horaria, todos los demás argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo y no está bien” declaró, rechazando que una de las principales medidas que tenemos los trabajadores para acabar con el creciente desempleo es la reducción de la jornada horaria sin reducción salarial. Para colmo, como buen patrón que es, no mide con la misma vara el esfuerzo. Al día siguiente el presidente se ausentó de sus compromisos “cansado por la extenuante gira y actos”.  

Además, declaró que “Somos uno de los países que más energía consume per cápita. Desde este lugar les tengo que pedir que aprendamos a utilizar la menor cantidad energía posible”, apoyando el tarifazo que solo beneficia a las empresas que durante todos estos años recibieron generosos subsidios sin invertir un centavo en mejorar los servicios. En otraspalabras, nos llamó a pagar los gastos de la fiesta de otros. 

Y para redondear estas ideas en los desfiles alrededor del país se pudo ver la presencia de personajes y símbolos de la represión genocida de los ’70: El ex-carapintada Aldo Rico en Palermo, los «veteranos del Operativo Independencia» en Tucumán, etc. De esa manera, lejos de significar un compromiso con la independencia y la soberanía nacional, los festejos se transformaron en una promesa de ajuste, palos y entrega. 

El kirchnerismo no es una alternativa 

A través de las redes sociales y en los medios, sectores del kirchnerismo usan este discurso vergonzoso para denunciar al macrismo y atraer a los sectores descontentos. Pero no hay que dejarse engañar. Para enfrentar al imperialismo el kirchnerismo ya demostró que no es una alternativa.  

Tal es así que el kirchnerismo, como los demás partidos patronales, hoy es parte del ajuste. Eso se puede ver tanto en las provincias y municipios donde gobiernan, donde aplican el ajuste reprimiendo a sus trabajadores, en cómo sus diputados y senadores le votan las leyes al macrismo, y sobre todo en la “paz social” que sostienen las organizaciones sindicales y sociales que ellos mismos dirigen. En un juego muy perverso, mientras posan de opositores dejan correr los ataques contra los trabajadores y el pueblo.  

Pero además, más allá de los encendidos discursos en defensa de la patria y de la soberanía, la prueba más contundente de que no son una verdadera alternativa para combatir al imperialismo se vio cuando fueron gobierno. El oficialismo de la década pasada tuvo en los hechos la misma política hacia los capitales extranjeros que la que tiene Macri hoy, aunque el discurso fuera diferente. Basta recordar los multimillonarios pagos de deuda externa, donde la propia Cristina se reconoció como una “pagadora serial”, los subsidios a multinacionales como General Motors, Monsanto, Barrick Gold, Chevrón, o la entrega de recursos naturales (Vaca Muerta, Famatina, etc).  

Unir las luchas obreras y populares para pelear por una segunda independencia 

El control casi total de la economía del país por capitales y empresas extranjeras hace que cada pelea por salario, por educación, contra los tarifazos, nos lleve a enfrentarnos con el imperialismo: No podemos aspirar a tener una vida digna, sin liberar al país de su dominio. 

Pero los dirigentes políticos y sindicales que controlan a las organizaciones de los trabajadores y el pueblo viven de las migas que deja ese control, por lo que hacen lo imposible para mantenerlo. Esa es la explicación de que tras décadas de luchas, estemos cada vez peor. 

Por eso, se hace cada vez más necesario poner al frente de esas organizaciones a luchadores dispuestos a pelear hasta el final, a no darle tregua al capital, que no sientan «angustia» a la hora de combatir al «querido rey» y a sus socios locales, sino la decisión que tuvieron quienes lograron la primera independencia. Necesitamos luchadores que tengan como objetivo la liberación nacional y social, que sólo puede ser encabezada por los que no tienen nada que perder más allá de sus cadenas: los trabajadores.  

Y aprendiendo de la historia, creemos que ese triunfo  sólo puede lograrse si la batalla se libra a escala internacional, como se dio en las guerras por la independencia del imperio español hace 200 años.  

Por ello, desde el PSTU, como parte de la Liga Internacional de los Trabajadores,  en más de veinticinco países  estamos al servicio de construir esa organización  y esa  nueva dirigencia política y de lucha que las organizaciones obreras y populares necesitamos; e invitamos a todos los luchadores y luchadoras a que se sumen a esta tarea.