Ante la ofensiva de Macri, con un aumento presupuestario del 0% para la universidad, el pasado 18 de octubre se declaró en el Consejo Superior de la UNA (Universidad Nacional de Arte) la emergencia presupuestaria. La Universidad sufre, desde principio de año, un déficit de 4 millones de pesos por mes, y actualmente no alcanza ni para los alquileres de los edificios ni para becas.
Sin embargo, hace muchos años que los estudiantes venimos sufriendo el ajuste en la universidad. Desde su creación, el en ese entonces IUNA no cuenta con edificios propios, teniendo que destinar parte del presupuesto miserable a pagar alquileres y ABL, sumado al estado edilicio (derrumbes, inundaciones, cortes de electricidad, falta de espacio). Vienen recortando y vaciando nuestras carreras a la par que privatizan las facultades, agregando cada vez más cursos de extensión y posgrados arancelados, acompañado de una oferta horaria muy escasa que perjudica sobre todo a quienes trabajan y tienen hijos.
Los estudiantes somos, además, trabajadores precarizados dentro de la misma Universidad, como es el caso de los “alumnos adscriptos” (que no perciben ningún tipo de salario) y los bailarines de la Compañía de Danza de la UNA, quienes cumplimos un horario de trabajo de medio tiempo y sólo percibimos una beca de 600 pesos (que no alcanza ni para pagar la SUBE) que cobramos cada tres o cuatro meses por cuestiones burocráticas o falta de presupuesto. Si a esto le sumamos los tarifazos en luz, gas y transporte, despidos, trabajo precario, inflación y ni hablar si tenemos que sostener un hogar, vemos que se nos hace realmente difícil estudiar.
Todos estos ataques no son otra cosa que el plan de ajuste que ya lo veíamos con el gobierno anterior, pero ahora se multiplica, garantizado por una gestión que vota presupuestos míseros, protege sus negociados y se niega a abrir los libros contables. El único modo de frenar el ajuste de Macri es organizándonos, todos los estudiantes desde abajo, con la mayor unidad y democráticamente. Para ello los centros de estudiantes deben impulsar delegados por cursos y asambleas en todos los turnos.
Pero la pelea contra el ajuste no la podemos dar solos. Necesitamos luchar codo a codo junto a nuestros compañeros docentes y el resto de los trabajadores, para así poder pegar fuerte y con un solo puño.