El gobierno de Macri está decidido a aplicar las recetas de ajuste de Trump y el FMI en nuestro país, entre otras medidas, las impopulares «reformas» que no son mas que brutales ajustes a los trabajadores. A pesar de la traición parte de las direcciones sindicales, principalmente la CGT, los trabajadores y el pueblo han salido a la calle masivamente a enfrentar los ataques del gobierno. Como respuesta, Macri y sus aliados están tirando todo el peso del estado y las fuerzas represivas sobre los activistas y militantes que lo enfrentan.
La plaza del Congreso fue testigo de la durísima resistencia obrera y popular que el jueves 14 logró que se levante la sesión parlamentaria y el lunes volvió a enfrentar la represión. La durísima represión de la Policía de la Ciudad y Gendarmería durante ambas jornadas se cobró incontables heridos, varios de gravedad. Compañeros del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) , el Partido Obrero (PO) y un obrero del Astillero Río Santiago entre otros han perdido un ojo, un docente quedó ciego, un joven fue atropellado por una moto policial, varios jubilados fueron atropellados por camionetas de las fuerzas y centenas rociados de balazos de goma y gases lacrimógenos. Todo quedó registrado por periodistas independientes y celulares de quienes estaban en el lugar.
Persecución y criminalización
Lejos de dar los nombres e iniciar investigaciones contra los agentes policiales y gendarmes responsables por los crímenes contra los trabajadores que se movilizaron, el gobierno ha lanzado una fuertísima campaña mediática de persecución a los luchadores.
Sebastián Romero, compañero del PSTU que estos dias ha aparecido en todos los medios es obrero de la General Motors y junto a sus compañeros fue uno de los referentes de la lucha contra los despidos y suspensiones en la fábrica. El lunes fue parte de los miles que sufrieron la represión policial junto a miles de luchadores populares poniendo el cuerpo y usando lo que tuvo a mano. En su caso, se lo ve en un video y varias fotos lanzando al aire un fuego artificial de venta libre atado a una rama. El gobierno ha lanzado una furibunda campaña mediática contra él acusándolo de «sedición» y «rebelión». Hoy existe un pedido de detención y buscan aplicarle penas de varios años de cárcel.
El caso de Sebastián no es un caso aislado. La represión y persecusión a los luchadores y referentes de distintos sectores de la oposición es generalizada. En Jujuy la policía reprimió brutalmente a los trabajadores azucareros, encarcelándolos a ellos y hasta a sus abogados. Los medios transmiten día a día caras y nombres de activistas y militantes que junto a sus compañeros enfrentaron la represión en el Congreso. Nombran a compañeros de distintas organizaciones y delegados sindicales. Hasta Juan Gravois, dirigente de la CTEP, está hoy acusado de «Sedición». Eso se suma a los casi 150 detenidos de los ultimos dias, que fueron liberados por la presion popular.
Así, el gobierno busca responder a la movilización obrera y popular con los «palos» de la justicia y la persecusión policial. Macri intenta dar un golpe aleccionador a quienes lo salen a enfrentar y hoy busca armar una «mega-causa» donde acusar a varias organizaciones y dirigentes de querer interrumpir el «orden constitucional y democratico». Quiere dar un mensaje claro, la «democracia» de Macri y sus aliados no tolera ninguna oposición, mucho menos una que amenace con derrotar su plan de ajuste.
Una operación política que debe terminar
Para entender la gravedad de la operación política y mediática en contra de Sebastián Romero, al día de hoy se le ha negado a él y a su abogado el acceso al expediente, donde figura el motivo del pedido de detención entre otra información vital para la causa y la defensa.
Ante este hecho de suma irregularidad, su abogado presentó un pedido de eximisión de prisión que fue rechazado y un nuevo pedido de apelación a la decisión judicial que fue rechazado nuevamente.
La acusación y el pedido de detención al cual el Juez Torres dió lugar fueron lanzados desde el riñon del macrismo. La fiscal Alejandra Mángano, nombrada por Gils Garbó, es esposa de Juan Rodríguez Ponte, el director ejecutivo de la Dirección de la Oficina de Escuchas Judiciales de la Corte Suprema e hijo del intendente del PRO de General Lavalle, acusado por el kirchnerismo de persecusión contra Cristina Kirchner y de realizar escuchas ilegales.
No a la persecución de Sebastián Romero y de todos los luchadores
En la figura de Sebastián y de los demás compañeros identificados en la marcha, en la de los azucareros de Jujuy, no están persiguiendo sólo a también o cual organización, es un ataque al derecho a protestar de cada uno de nosotros. Milagro Sala esta presa hace casi dos años, Facundo Jones Huala hace seis meses, y ahora vienen por más.
Por eso llamamos al conjunto de las organizaciones sindicales, políticas y sociales, a las CTA’s, a los gremios de la Corriente Federal de Trabajadores, a la UOM, a todos los organismos de derechos humanos, a todos los partidos opositores al plan del gobierno, a realizar una gran campaña nacional contra la persecución a todos los luchadores, por libertad a los presos por luchar y por basta de ajuste y represión.
En cada barrio y en cada ciudad tenemos que impulsar comités que incluyan a todos los que estén de acuerdo con hacer esta campaña para coordinar e impulsar acciones.
También tenemos que difundir internacionalmente lo que sucede en nuestro país. Ya nos llegaron palabras de solidaridad de centrales sindicales como la CSP-Conlutas de Brasil, CoBas de España, No-Austerity y obreros de ALITALIA de Italia, SINANINAL y USTRIAL de Colombia, sindicato La Reina de Chile, entre otras organizaciones.
Ante el ajuste de Macri y su política de persecución y criminalización se impone la necesidad de la máxima unidad para enfrentarlo. Debemos responder a los ataques del gobierno como un sólo puño. No importa de que organización sean los detenidos o perseguidos por luchar. Son parte de la lucha de todo el pueblo trabajador y debemos defenderlos de conjunto.