El 18 de Abril inició un ciclo de protestas contra un decreto ejecutivo que implementaba una reforma neoliberal en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), las protestas producto de la brutal represión con la que fueron contestadas por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario “Chayo” Murillo, rápidamente se han trasformado en una auténtica rebelión popular contra el gobierno. La crisis política está abierta y mientras escribimos estas líneas es cada vez más evidente que las protestas se han encaminado a pedir la caída del gobierno Ortega-Murillo.
Por PT-Costa Rica
Así el castro-chavismo se encuentra bajo asedio en otra de sus plazas fuertes: Nicaragua. Intentaremos explicar a profundidad este fenómeno.
El estallido: Inicia la rebelión popular.
Desde el Mayo de 2017 el FMI venía presionando por una reforma del INSS, para garantizar su rentabilidad, el Fondo proponía: “una combinación de recorte y racionalización de los gastos operativos y de salud, aumento en la edad de jubilación, incremento del período de cotización mínimo, aumento de la cotización patronal y laboral y la revisión del mecanismo de ajuste de las pensiones” (El Nuevo Diario 06/05/2017).
Finalmente el FSLN, un año después implementó una variante de la propuesta del FMI. La medida no solo es una medida típicamente neoliberal, que recarga el peso de la crisis sobre los trabajadores (los empresarios no salen afectados, igual que en la reforma de 2013, pueden deducir su cotización como renta) sino que la reforma fue hecha en secreto y sin mayor consulta, así fuera a las instancias corporativas y tripartitas que el gobierno sandinista a promovido.
La reforma fue primero un reglamento del INSS, que Daniel Ortega a través del decreto 03-2018 formalizó. Imagínense ustedes una contrarreforma pensional brutal aplicada a través de un decreto presidencial, que ni siquiera pasa por la Asamblea Legislativa. Ningún otro gobierno por más de “derecha” que sea se atrevería a tanto.
Según el Diario La Prensa (19/04/2018): “El decreto 03-2018 (…) ordena incrementar a partir de julio el aporte de los asegurados en 0.75%, lo que significa que pasará del 6.25% al 7% y el aporte de los empresarios de 19% a 21% a partir de julio de este año, también el sector privado tendrá dos aumentos, uno en 2019 y otro en 2020, para alcanzar 22.5%. (…) la cuota ascenderá en enero de 2019 y 2020 llegará a 22.5%. Significa que en estos tres años se le aplicará a las empresas un incremento de 3.5 puntos porcentuales. Las medidas incluyen también una deducción del 5% a las pensiones de los jubilados, como aporte de estos para la rama de enfermedad y maternidad.”
Estas medidas fueron el detonante de las protestas estudiantiles y populares, que luego de ser duramente reprimidas se han convertido en una auténtica rebelión popular.
Pero la reforma del INSS, es solo el detonante. La molestia venía de largo, ya habían existido movilizaciones de solidaridad juvenil con la primera reforma pensional en 2013, se habían producido movilizaciones de mujeres (siempre reprimidas inclusive el 8 de Marzo), había ocurrido la masiva movilización campesina en contra del Canal Interoceánico. El anuncio que el “vaso estaba a punto de colmarse” fue el malestar y las movilizaciones juveniles y ecologistas en contra de la irresponsabilidad gubernamental con el Incendio de la Reserva Indio-Maíz.
Finalmente el anuncio de la reforma del INSS, “derramó el vaso”, miles de jóvenes y de sectores populares salieron en todas las ciudades principales a protestar contra la inconsulta reforma. La brutal y sanguinaria respuesta de la tiranía de Ortega, hizo que se extendiera a movilización.
Las movilizaciones por el INSS amenazan la dictadura
Este artículo se escribe una semana después de iniciadas las protestas. Lo primero que tenemos que decir es que son protestas extraordinariamente progresivas que tienen como vanguardia a los jóvenes universitarios de la UACA, la UNAN Managua y la UPOLI, pero no es una protesta estudiantil, hay una gran movilización popular como se ha visto en las principales cabeceras departamentales: León, Rivas, Bluefields, Estelí, Masaya, Managua.
Esta movilización marca la ruptura del control totalitario del FSLN sobre el movimiento estudiantil y sobre las barriadas populares. En la UNAN Managua, ex bastión sandinista, los rectores pasaban por los cuartos de los becados coaccionándolos para participar en las marchas pro gobierno. Fueron repudiados, los estudiantes se sumaron a los protestas.
En Monimbó, la primera ciudad que se insurreccionó contra Somoza, históricamente sandinista, también se insurreccionó contra las reformas, se combatió calle por calle, durante 12 horas como en los tiempos de la dictadura somocista.
Un elemento central de este levantamiento es que es un levantamiento profundo y espontáneo, no tiene dirección visible, ni reconocida. La policía y la JS-19 recorre por las noches los barrios en busca de “cabecillas”, pero no los encuentra, por qué no los hay, los cuadros dirigentes se han ido formando al calor de estos tres días, pero no había estructuras previas de ningún tipo.
Esto es muy importante. La labor atomizadora y corruptora del sandinismo había dejado al pueblo sin ningún instrumento de organización popular más o menos legítimo. Por eso este levantamiento es tan profundo, tan espontáneo y también tan intrépido de enfrentar “con lo que se encuentre a la mano” a las fuerzas del orden (la policía, el ejército, las turbas sandinistas) fuertemente armadas y organizadas.
El carácter dictatorial asumido por régimen sandinista tras más de 11 años en el poder explica porque ha sido tan brutal su respuesta frente a las protestas. Al llegar el cuarto día de protestas el CENIDH reportaba al menos 25 muertos, 64 heridos, 43 desaparecidos, 20 detenidos, 1 radio quemada y tres medios censurados, además se confirma un periodista muerto por la acción policial. Es decir un baño de sangre.
La movilización se ha realizado rebasando el control que el sandinismo ha tenido por décadas sobre los principales organismos de masas (sindicatos, dirigencias barriales, movimiento estudiantil y un sector del campesinado), durante estos años de gobierno no solo tiene cooptadas esas organizaciones, sino que ataca con dureza a cualquier opositor, primero con una fuerte campaña mediática, a través del asalto directo de la Juventud Sandinista-19 de julio que son bandas armadas de lúmpenes y saqueadores, que ha organizado el régimen como banda de choque, así como con el total control de la Policía Nacional y el Ejercito,. Las peores atrocidades: el asedio a la Catedral, el incendio de la fachada de la UCA, los tiros a matar, el linchamiento de los medios los ejecutan estas bandas de lúmpenes que funcionan bajo el mando de Ortega.
En contraste con la bajeza de la tiranía hemos visto la creatividad, la generosidad, la inventiva de una nueva generación revolucionaria nicaragüense que hace sus primeras armas a toda prisa. Sea han distanciado claramente de la vieja y corrupta oposición burguesa liberal, su espíritu es bastante autonomista (horizontalidad, auto convocatoria, rechazó a los partidos, no liderazgos, etc.) que es sin duda una reacción defensiva al control totalitario del movimiento de masas que ejerció el sandinismo y a la posible manipulación de los liberales que no inspiran ninguna confianza.
Por el momento la espontaneidad y la creatividad, así como el sacrifico han sido suficiente para poner en entredicho a la tiranía por primera vez, para enfrentar a la policía, a las turbas y para quemar los símbolos odiados del régimen: los “arboles de la vida” y los retratos de Daniel y la Chayo, casi omnipresentes en las ciudades y edificios públicos.
La que empezó como una protesta por las reformas de la seguridad social, parece haber cruzado el umbral y ahora ser una rebelión popular contra la tiranía, contra el gobierno de Daniel y la “Chayo”. Es el inicio de la revolución democrática en Nicaragua, hacia allí objetivamente apunta y por eso nos jugamos.
La fuerza de la movilización democrática en Nicaragua, ha producido también el fenómeno de la solidaridad internacional, las comunidades nicaragüense en Estados Unidos y España se han movilizado, pero especialmente se han iniciado movilización de la comunidad nicaragüense en Costa Rica, donde residen casi 500 000 nicaragüenses. Desde el viernes 20 de abril han sido permites las jornadas de movilización de migrantes en ese país.
La posibilidad de que el ascenso popular en Nicaragua, coincida con la lucha contra Juan Orlando Hernández en Hondura y con el remozamiento de la resistencia en Costa Rica, plantea un escenario muy explosivo. Los procesos centroamericanos generalmente tienen un impacto de para el conjunto de la región, por eso ante la posibilidad de una lucha combinada contra las dictaduras de Juan Orlando Hernández y Daniel ortega, desde los partidos de la LIT-CI en la región apostamos todos nuestros esfuerzos para apuntalar esa lucha.
La trampa de la negociación para desmovilizar la lucha
Las movilizaciones atraviesan un punto clave al entrar en su segunda semana, donde la principal fuerza del movimiento que fue su espontaneidad se empieza a convertir en su principal debilidad y su principal amenaza. A falta de una organización política que trace un programa y unos métodos de lucha claros para llevar adelante, hasta el triunfo la revolución democrática, el movimiento puede ser presa de los engaños y las distorsiones de aparatos que se intentan presentar como “amigos” para reconducir la movilización popular hacia el camino de la negociación con la tiranía. En este grupo se encuentra los empresarios, la jerarquía de la iglesia católica y organismos imperialistas como la OEA y la ONU.
La COSEP y los empresarios fueron los últimos en quitarle el apoyo al gobierno, las críticas a Ortega fueron moderadas, cuando era ya imposible callar y se asomaba una profunda crisis del gobierno deciden convocar las marchas del lunes 23 y martes 24 bajo el lema de “promover el dialogo y la paz” con un gobierno asesino como el de Ortega. En primera instancia esta maniobra ha sido rechazada por la población en lucha, quien ve con profunda desconfianza a los carteles empresariales que han venido coexistiendo con el régimen dictatorial en estos años.
Los empresarios se han sumado a las movilizaciones en primera instancia para controlar el movimiento y derrotar la lucha, buscando garantizar una salida que proteja ante todos sus negocios. Por eso se vuelve fundamental la total independencia de la COSEP en las movilizaciones y el total rechazo a dialogo hipócrita que promueven.
Por su parte la Iglesia católica, que se ha puesto en solidaridad con la lucha, a veces de forma intensa como en el asedio a la catedral por la JS-19, pero su objetivo final al igual que el de los empresarios es recobrar el orden y probablemente mejorar su posición en la sociedad ( El FSLN es un aliado histórico de las iglesias pentecostales).
Los primeros llamados al dialogo del gobierno fueron rechazados por la vocería del obispo Silvio José Báez, quien afirmo que no iban a dialogar “hasta que no haya condiciones”, pero en ninguna de esas condiciones esta planteando la salida de Ortega ni el castigo a los responsables de las muertes y la represión de los últimos días. Por su parte el cardenal Leopoldo Brenes, quien hace días viene sosteniendo reuniones con Ortega y se le ubica como una figura cercana al presidente, acaba de comunicar que la iglesia católica “después de orar, escuchar y pedir las voces del espíritu santo” acepta que la Conferencia Episcopal “este de mediador y testigo del dialogo nacional del Presidente Daniel Ortega con diferentes sectores del país”.
Desde nuestra perspectiva hay que señalar que el dialogo que promueve la jerarquía de la iglesia también es una trampa. Actuando “en nombre de Dios”, tal cual lo hace Ortega al definir su gobierno como la revolución cristiana, llaman a deponer las movilizaciones y aceptan sentarse a la mesa sobre la sangre derramada en todos estos días de lucha.
Los intereses imperialistas también empiezan a entrar en escena para controlar el curso de la lucha que está poniendo en jaque al gobierno. La Comisionada de Derechos Humanos de la ONU está pidiendo “investigaciones transparentes e imparciales al gobierno” como si este fuera capaz de garantizarlas; por su parte varios expresidentes latinoamericanos están pidiendo la intervención de la Organización de Estados Americanos, siendo este mismo organismo el que acaba de legitimar el fraude de Juan Orlando Hernández en Honduras. La intromisión de ese organismo La intervención de la OEA y de Luis Almagro sólo va a servir para traicionar la demanda de que se vaya Ortega y se castigue a los asesinos.
Urge que los sectores movilizados discutan sobre la amenaza que representa el dialogo de la COSEP y la iglesia católica, así como la intervención del imperialismo, sea bajo las siglas de la OEA o la ONU, cuyos intereses son ajenos a la soberanía nicaragüense.
El rechazo inicial a la intervención empresarial debería asumirse conscientemente, rechazando mediante asambleas en barrios y universidades el diálogo con el régimen orteguista y reafirmando la consigna de seguir luchando hasta que caiga Ortega y pague por cada uno de los muertos y torturados.
Una nueva dirección democrática para conducir la lucha
El movimiento está entrando en una fase decisiva donde para derrotar los intentos de negociación resulta indispensable construir una herramienta que agrupe la lucha. Resulta fundamental que el liderazgo espontaneo surgido en las universidades y barrios se traduzca en una organización democrática y popular por la base, que mediante consejos obreros, campesinos y estudiantiles defienda sus consignas de forma independiente de los empresarios, de la jerarquía de la iglesia, de los partidos burgueses y del imperialismo; planteándose con claridad continuar la lucha hasta derrocar a la dictadura.
Una organización democrática, colectiva, por la base y con total independencia de la jerarquía de la iglesia y los empresarios es urgente para enfrentar la tradición caudillista heredada por décadas. La insurrección no necesita de un liderazgo impuesto y vertical del movimiento, donde un nuevo caudillo se alce como jefe. La resistencia en las calles ha demostrado capacidad de lucha para poner en jaque al gobierno y con métodos asamblearios en cada barrio, universidad y centro de trabajo podrá sin duda encauzar la lucha.
La salida negociada sin que caiga Ortega también significa poner en riesgo la vida de las nuevas camadas de luchadores que se vienen forjando al calor de las luchas. Ortega tiene claro que aún y cuando logre desmovilizar momentáneamente la lucha con el falso dialogo, necesita desparecer físicamente a toda esa nueva generación de dirigentes forjados al calor de la lucha; por lo tanto, no hay salida negociada que garantice que no habrá represalias ni está garantizada la vida de los luchadores hasta que no caiga el gobierno.
Ortega no solo necesita desmovilizar la lucha que hoy lo amenaza, el sandinismo no tolera, no puede vivir con un movimiento de masas activo e independiente, necesita aplastarlo y por eso va a usar toda su fuerza centralizada: el ejército, la policía, las turbas, los medios de comunicación, los aparatos de difamación estalinista internacional, para derrotar al movimiento y acabar con cualquier vestigio de esta heroica lucha. Hoy la principal y única garantía es continuar la lucha hasta que caiga el dictador y todo su linaje.
Una salida revolucionaria para Nicaragua necesita superar la tradición histórica del sandinismo
Frente los enemigos que se erigen para intentar contener la lucha y ante un gobierno que ha demostrado no importarle un baño de sangre con tal de aferrarse al poder es necesario un plan, un programa y una actuación centralizada para poder hacerlo caer.
Desde la Liga Internacional de los Trabajadores venimos construyendo partidos revolucionarios en Centro América junto a nuestras secciones el PT-Costa Rica, el PST-Honduras y la Plataforma de la Clase Trabajadora- El Salvador. Nosotros queremos poner nuestra experiencia construyendo la LIT en Centroamérica, para construir un nuevo partido revolucionario en Nicaragua, una sección de la LIT en Nicaragua, que se plantee un plan, un programa y una actuación conjunta de sus integrantes para hacer caer a la dictadura y acabar con la explotación capitalista que hoy se impone sobre el país y sobre Centroamérica.
Desde la LIT hace muchos venimos denunciando el papel contra revolucionario, no solo del sandinismo sino de sus diversas variantes castristas o chavistas. Por eso cuando hablamos de un partido es una herramienta que rompa con esos aparatos, que apueste por la movilización como herramienta para la toma del poder y que garantice la mayor democracia en su interior para discutir sobre como actuar en la realidad.
Desde la revolución del 79 quedo planteada la tarea inconclusa de una verdadera dirección revolucionaria en Nicaragua. Desde entonces nos jugamos todo por hacer triunfar la revolución contra Somoza impulsando una brigada de combatientes de la LIT, la brigada internacionalista Simón Bolívar y una vez derrotada la dictadura empezamos a plantear la necesidad de superar el programa de la dirección del FSLN.
Desde el 79 la revolución Sandinista fue asfixiada en sus fronteras nacionales con la política de la dirección de Fidel Castro de “no hacer de Nicaragua una nueva Cuba, ni de El Salvador una nueva Nicaragua”; es decir, la política desde entonces fue que la dirección sandinista pactara con la burguesía y renunciara a impulsar una lucha revolucionaria en el conjunto de Centroamérica.
Para nosotros la actual insurrección popular en Nicaragua es profundamente progresiva porque amenaza el principal aparato contrarrevolucionario que viene infligiendo derrotas al pueblo nica; dicho proceso está íntimamente emparentado, por su historia, su forma, sus contenidos y objetivos con las revoluciones democráticas contra el estalinismo en la URSS y el Este de Europa en 1989, con las movilizaciones democráticas en la plaza de Tiananmén en 1989, pero más modernamente con las revoluciones democráticas contra el régimen de Gadafi en Libia, con la revolución Siria que lucha contra el carnicero Al-Assad, con las movilizaciones democráticas contra Nicolás Maduro en Venezuela, contra Jacob Zuma en Sudáfrica, contra Robert Mugabe en Mozambique, Contra Dos Santos y Lourenço en Angola, inclusive contra la Autoridad Nacional Palestina en Gaza y Cisjordania.
Estamos en presencia de movilizaciones revolucionarias-democráticas contra regímenes dictatoriales y burgueses, que cumplen un papel contrarrevolucionario y por tanto que este planteada la caída de Ortega es sumamente progresivo.
Lo que está en juego hoy es un régimen afianzado sobre un partido único, el FSLN que tiene un programa burgués, donde la única oposición permitida es la que es tutelada por el régimen mismo, el corazón del régimen es un “gran líder”, un dictador, al que se le rinde un “culto a la personalidad” y quien tutela las funciones de todos los poderes.
Para nosotros lo que está instaurado hoy en Nicaragua es una dictadura que debe ser derrocada por la acción del pueblo en las calles. Hoy el régimen en Nicaragua no garantiza el funcionamiento básico de una democracia burguesa: las elecciones se realizan con un total control del sandinismo, se impuso un gobierno con un tercer mandato consecutivo inconstitucional que solo fue posible por el Control absoluto del orteguismo sobre la Corte Suprema y el Tribunal Supremo Electoral; el régimen de Ortega se encuentra afianzado en la imagen de líder-caudillo y en una dinastía familiar junto a su esposa Rosario Murillo e hijos, la dirección el partido Frente Sandinista se impone como un partido único y fiel incondicionalmente al “líder máximo”, la policía política-seguridad del Estado, la policía y el ejército están bajo control absoluto del régimen y se apuntalan para sostenerlo, las “organizaciones de masas” son anexadas al Estado, compradas con todo un dispositivo clientelar y son usadas como organizaciones “de choque” paramilitares tal cual lo hizo la Juventud Sandinista en las recientes jornadas, asediando catedrales repletas de opositores para intentar reventar las movilizaciones.
Hoy en Nicaragua las organizaciones políticas, sindicales y civiles están en los hechos pulverizadas o anexadas al régimen, la atomización social y política es llevada al tope, al mismo tiempo la libertad de prensa, opinión y cultural está duramente restringida. Este régimen se repite de China a Libia, de Venezuela a Nicaragua. Estas características son claves para entender las revoluciones democráticas que se enfrentan a esos regímenes sus potencialidades y dificultades.
En el caso de Venezuela tras la constituyente de Maduro, Nicaragua con Ortega, la Libia de Gadafi y la Siria de Al-Assad lo que tenemos son estos regímenes dictatoriales en países capitalistas semi-coloniales. Así que estos regímenes fueron los que permitieron que estos países fueran extraordinariamente eficaces en la aplicación de las políticas neoliberales, en la aplicación de las privatizaciones, en el aumento de la explotación del trabajo y en la construcción de una opulenta y corrupta burguesía adicta al régimen.
Nicaragua, bajo Daniel Ortega es un régimen dictatorial burgués que ha garantizado a pies juntillas los intereses del imperialismo estadounidense, la política del FMI, los intereses de la burguesía nicaragüense, también ha garantizado el surgimiento de una burguesía sandinista que parasita de los negocios con el Estado y cuyos máximo exponentes son la misma familia Ortega.
Por eso, celebramos cada vez que las masas en Nicaragua corean a viva voz: ¡fuera Ortega! Que caiga ese régimen es una necesidad para el movimiento de masas nicaragüenses y como revolucionarios debemos impulsar con todas nuestras fuerzas que eso suceda
Nuestro combate contra el sandinismo viene de muy atrás
El 19 de julio de 1979, caía la feroz dictadura de Somoza. Una revolución que impactó América Latina y el mundo. El Frente Sandinista de Liberación Nacional, una organización guerrillera cuyos orígenes remontan al guevarismo de primera época había tomado el poder, dirigiendo una extensísima insurrección popular, la insurrección nicaragüenses destruyó el corazón del Estado Burgués capitaneado por la familia Somoza, la Guardia Nacional, feroz policía militar creado por el imperialismo yanqui en los años 30’s mientras intervino en el país y combatió contra e ejercito de Cesar Augusto Sandino.
La insurrección sandinista siguiendo la tradición de la revolución española tuvo también brigadas de combatientes internacionalistas, como la Brigada Carlos Luis Fallas organizada por el Partido Vanguardia Popular y el Partido Socialista en Costa Rica, la Brigada Victoriano Lorenzo de Panamá y la Brigada de combatientes internacionalistas “Simón Bolívar” organizada por la Liga Internacional de los Trabajadores, muy especialmente por el PST Colombiano y el PST Argentino. Esta Brigada fue y es uno de los orgullos de nuestra corriente internacional, militantes trotskistas costarricenses participaron en ese momento en la Brigada Simón Bolívar y en la liberación de Bluefields.
Pero ya, desde ese momento desde los primeros días el sandinismo mostró sus gérmenes antidemocráticos, autoritarios, la primera represión que ejecutó el sandinismo en el gobierno fue contra la Brigada Simón Bolívar, el sandinismo intentó evitar el proceso de organización sindical independiente y de profundización de la revolución social que promovía la Brigada Simón Bolívar. Sus militantes fueron reprimidos, torturados y entregados a la policía panameña.
Este elemento fue pasado por alto y justificado por el grueso de la izquierda mundial. Hoy cobra una singular importancia, pues el sandinismo inclusive en la época de la revolución apostó por anexar el movimiento obrero al Estado vía Central Sandinista de los Trabajadores e impedir a toda costa cualquier expresión independiente del movimiento obrero, eso implicó también un combate permanente contra otras expresiones de la izquierda como el MAP (maoísta), el Partido Comunista y el PRT (en ese momento sección de la LIT).
Sin duda , los primeros años de la revolución dejaron conquistas importantes como la alfabetización, la expropiación de los bienes de Somoza, la nacionalización de la banca, así como una serie de conquistas económicas que se incorporaron a los contratos colectivos de trabajo, así como productos de consumo popular subsidiados a bajo precio (medicinas, zapatos, uniformes escolares).
Pero, la dirección sandinista no tenía interés en profundizar la revolución, desde el día uno la dirección sandinista propuso en lo político, no expandir la revolución al resto de Centroamérica, sino mantenerla en el marco de las fronteras de Nicaragua y en lo económico defendió la “economía mixta” es decir una economía capitalista, con algunos sectores nacionalizados y subsidiados.
Esta política equivocada de congelar la revolución, tuvo un paso más profundo cuando el sandinismo congeló la reforma agraria e irrespetó el derecho de autodeterminación de los pueblos originarios (miskitos, sumos y ramas). El congelamiento se tornaba estrangulamiento, más tarde será directamente traición. Así a partir del año 1984 la política de agresión, boicot y chantaje de los Estados Unidos y la adhesión masiva a la “contra” de los pueblos y los campesinos de la Costa Norte, producto de la política sandinista, creo las condiciones para que el sandinismo finalmente traicionara y estrangulara la revolución.
En 1990, los sandinistas pierden las elecciones, antes de entregar el gobierno, organizan “la piñata”, la entrega masiva y corrupta de bienes del Estado, con el objetivo de crear los cimientos de una burguesía sandinista y garantizarse una base social de apoyo.
Entre 1990 y 2006, el sandismo regresa al llano, se transforma en uno de los grandes ideólogos del “fin” de las revoluciones, sin embargo se atrinchera en sus organizaciones de masas (sindicatos, federaciones estudiantiles, de transportistas, campesinas, barriales, etc.) organiza con frecuencia “asonadas” para negociar cuotas de poder con la burguesía liberal.
El FSLN inicia un camino, que le toma 16 años para transformarse en un partido burgués respetable para los grandes empresarios (especialmente para la familia Pellas) y hegemónico entre las fracciones burguesas, en ese proceso “quiebra” a los liberales especialmente al ala de Arnoldo Alemán, este proceso más que una lucha política, simulaba una lucha de mafias.
Empieza también una “limpia” sistemática a opositores internos en el FSLNA, así mismo se esfuerza para que el Movimiento de Renovación Sandinista, no tenga ninguna posibilidad de desarrollo. Ortega y Murillo se vuelven los dueños únicos del partido, el “culto a la personalidad” de Daniel y de Chayo, empieza a desarrollarse hasta llegar a los niveles ridículos que vemos hoy en día. En los 16 años como opositores, los sandinistas usan su influencia popular y política para conseguir cuotas de poder en la justicia, el ejército y los nuevos negocios.
2006: Regresa el Faraón para imponer un régimen dictatorial y proempresarial
Finamente en el año 2006 con la oposición liberal dividida regresan al gobierno, al calor del ascenso de los gobierno dizque “progresistas”. Encontraran en el gobierno de Hugo Chávez y el ALBA un poderoso soporte para sus nuevos negocios (importación y distribución de petróleo, desarrollo de negocios en el campo, etc.) y para su estabilidad política. El gobierno de Daniel Ortega lleva ya 12 años, un año más de lo que gobernó en los 70’s.
Hoy en día, el gobierno de Daniel Ortega es un gobierno protegido y defendido por los grandes empresarios nicaragüenses, concentra lo peor de varios mundos: una política económica neoliberal alabada por el Banco Mundial, un control dictatorial de la justicia, las elecciones y los medios de comunicación y una alianza con la jerarquía católica y evangélica contra los derechos de las mujeres.
La impresionante concentración de poder político de la familia Ortega, no es producto de su “personalidad despótica” es producto que son un régimen político funcional a un proyecto empresarial, el gobierno de Daniel Ortega es apoyado por los grandes capitalistas, desde hace muchos años.
Entre los estalinistas o las nuevas variantes castro-chavistas (el frente Amplio en Costa Rica o Libre en Honduras, por ejemplo) siempre se miente sobre la independencia de Ortega con el FMI. Es una simple mentira, el 30 de enero de 2018, el Nuevo Diario titulaba: “FMI elogia exportaciones de Nicaragua y evalúa la economía”, sigue el diario opositor al gobierno: “Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió hoy al sector exportador de Nicaragua, al que llamó la “estrella” de la economía en 2017, y también comenzó una evaluación del desempeño de este país. Fernando Delgado, representante de la misión del FMI que visita Nicaragua, sostuvo en una conferencia de prensa que la economía en 2017 “ha sido mejor de lo que nosotros esperábamos, (según los resultados del) informe que hicimos en el pasado año”.Hace tres meses el gobierno de Daniel Ortega recibía elogios del FMI! En ese mismo viaje Fernando Delgado evaluó el desarrollo de las reformas, que desde el año 2017 venía proponiéndole el FMI al gobierno de Daniel Ortega, con el objetivo de “garantizar la sostenibilidad a largo plazo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) “. Esas reformas son el detonante de las actuales protestas.
Pero la adhesión de los tecnócratas del FMI al sandinismo, no es lo único que hay que destacar. Carlos Pellas, uno de los hombres más ricos de Centroamérica (La Revista Forbes del año 2015, lo coloca como el empresario más rico de Centroamérica) ha dicho: “Claro, si no es nada secreto que yo me reúno una o dos veces al año con Daniel Ortega y su gente. (…) El hecho de tener diferentes maneras de pensar es todavía mayor razón para juntarse. En sí tenemos diferencias, pero también tenemos enormes coincidencias”. ¿Qué opinaba el magnate nicaragüense-miamense sobre la “dictadura” de Daniel Ortega?, al preguntarle si creía que Nicaragua era una democracia, dijo: “¿Qué si yo creo que hay una democracia? Bueno, hay unas elecciones, las elecciones determinan claramente quién es el ganador. Hasta la fecha se ha manejado de esa forma y yo creo que obviamente los nicaragüenses van a la votación y se elige el ganador. Los procesos siguen manteniéndose, por lo tanto yo considero que sí, que estamos viviendo en un país abierto. Aquí todo el mundo es libre de moverse, la prensa es libre de opinar”.
El periódico mexicano El Financiero, sostiene que: “El empresario dice tener una buena relación con el presidente Daniel Ortega (…) Pellas dice que Ortega respalda su desarrollo inmobiliario Mukul y otros esfuerzos para incrementar el turismo. Yuri Kasahara, investigador del Norwegian Institute for Urban and Regional Research, dice que Pellas adoptó una postura más favorable hacia Ortega cuando el líder del partido sandinista ayudó a bloquear un proyecto de ley de 2002 de los aliados del expresidente Arnoldo Alemán que habría derogado los aranceles sobre el azúcar importado”.
Podemos citar muchos ejemplos donde lo más graneado de los empresarios centroamericanos e imperialistas alaban la política pro empresarial del gobierno de Daniel Ortega.
Por ejemplo Gregory Smith, presidente de Mining Corp, un prominente grupo minero canadiense ha dicho que: “Nicaragua es actualmente la luz brillante de Centroamérica en términos de seguridad, un marco legal estable para la minería y avanza en su infraestructura”.
Samuel Yankelewitz, expresidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (Uccaep) de Costa Rica, actualmente imputado por corrupción, intentó en el año 2014, mover su fábrica de plásticos Yanber a Nicaragua, señalando las facilidades que este país para explotar el trabajo obrero, dijo: Yankelewitz: “Costa Rica se ha vuelto un país carísimo para competir, por ejemplo, a un empleado se le paga con cargas sociales de $250 a $275 en Nicaragua, mientras que aquí ronda los $1.000”.
8- Nuestro programa para acabar con la dinastía Ortega-Murillo
Nuestro programa para Nicaragua, parte de una comprensión: la revolución centroamericana es una sola, Centroamérica es un solo país balcanizado. Por eso lo primero que debemos hacer es unir la lucha de nicas y hondureños contra sus propias dictaduras fraudulentas. Está planteada la posibilidad de la caída de JOH y de Ortega-Murillo. Por eso para nosotros en este momento es central la consigna: Abajo las dictaduras en Nicaragua y Honduras.
El ascenso en Nicaragua, plantea también quebrar otro punto de estabilidad en la región “el bunker democrático” en Costa Rica. Cuyo régimen aparece como una democracia burguesa con mayores libertades pero que en realidad se sostiene sobre décadas de dictadura en las fábricas que impiden la libre organización de los trabajadores y sobre una gran explotación de la mano de obra migrante, principalmente nicaragüense, que vive y trabaja en el país pero a quienes se les violan sus derechos laborales y se les impide participar en política o en la dirección de organismos sindicales.
En Nicaragua desde las secciones de la LIT en Centroamérica planteamos como una necesidad de primer orden la salida del gobierno Ortega-Murillo para conquistar el derecho efectivo a la libertad de organización, manifestación y prensa; es decir, sin la caída del gobierno hoy no hay posibilidades de la conquista de las libertades democráticas reales que garanticen incluso la preservación de las vidas de los luchadores.
La LIT y sus secciones son las únicas que plantean junto al pueblo nicaragüense la necesidad de la caída de Ortega, en tanto las diversas variantes de izquierda asumen posturas pro orteguistas o tímidamente solidarias pero sin plantear con claridad el carácter reaccionario del gobierno y la necesidad de derrocarlo.
Ante el asedio y la represión que lleva adelante el gobierno se impone la organización de la autodefensa popular para rechazar a la policía, el ejército y a las turbas sandinistas.
Así como la creación de comités o consejos populares democráticos de lucha que unifiquen y coordinen a toda la población, discutan las medidas de seguridad para preservar las vidas y para paralizar el país hasta que caiga el gobierno.
El régimen que se cobrado la vida de más de treinta personas en los últimos días debe caer. Pero también el pueblo nicaragüense debe garantizar un juicio y castigo a todos los asesinos de la policía nacional, de las turbas sandinistas y a la dinastía de los Ortega-Murillo. Ni perdón ni olvido ante los asesinos del pueblo. Justicia para los caídos en lucha.
La anunciada derogatoria del Decreto N 3-2018 sobre las reformas al INSS debe ser inmediata y definitiva, avanzando además en la instauración del control obrero y popular del INSS para que se garantice la defensa del derecho y la jubilación contra los planes del imperialismo. Pero no solo eso, estamos por la cárcel, el castigo y la expropiación a quienes han saqueado el INSS y se han robado la plata del pueblo.
La crisis en la que quedan los viejos aparatos sandinistas abre la posibilidad de luchar por nuevas organizaciones estudiantiles, sindicales, populares y campesinos sin control de los viejos aparatos, las cuales mediante consejos obreros y populares discuta las medidas para redundar el país sobre bases verdaderamente socialistas, donde este garantizado el pleno empleo para todos y la nacionalización bajo control del pueblo de las actividades estratégicas del país.
En lo inmediato urge no solo acompañar las movilizaciones, impulsar su desarrollo y alcance nacional, sino también la convocatoria a un encuentro nacional de luchadores contra la dictadura, desde donde se prepare la huelga general que paralice el país hasta que caiga el gobierno de Ortega-Murillo.
Hoy desde la LIT apostamos todos nuestros esfuerzos para que al calor de la lucha abierta no solo se derrote la dictadura en Nicaragua, sino que más allá de las de la fronteras nacionales logremos una Centroamérica libre de dictaduras, la derrota , de todos los gobiernos títeres del FMI, la OCDE y el imperialismo que hoy llevan a nuestro pueblo a la miseria, pero muy especialmente nos permita avanzar hacia la refundación de Centroamérica sobre bases verdaderamente socialistas que acaben con la explotación y la opresión en la que vive nuestros países.