Mientras la clase obrera y el pueblo pobre padecen a diario todo tipo de injusticias que van desde los despidos sin causas y arbitrarios, no reconocimientos de lesiones por accidentes laborales, sin respuestas a casos de violencia machista, abusos, procesamientos por luchar por salarios, trabajo genuino o acceso a la tierra, desde las altas esferas del Gobierno, apoyados por organizaciones sindicales afines, impulsan un juicio político a la Corte Suprema y no a todo el sistema judicial, queriéndonos convencer de que ahí está el principal mal de nuestro país.
El presidente Alberto Fernández impulsó varias semanas atrás un proyecto de juicio político a la Corte Suprema de Justicia, lo hizo en base a diferentes fallos desfavorables al gobierno y sumando el malestar de la gran mayoría del pueblo ante la actitud y comportamiento que ha tenido el máximo tribunal de justicia en las últimas décadas. No podemos pasar por alto que entre las demandas del 2001 con el “que se vayan todos” se incluía no sólo a los presidentes, los diputados y senadores sino también a la Corte.
Es a partir de allí que el gobierno intenta crear un frente de lucha común contra una supuesta corporación judicial que le es adversa. Sin embargo, la verdad es que la Corte Suprema no es ni macrista ni kirchnerista, ya que desde la vuelta de la democracia hasta nuestros días tanto la Corte como la justicia de conjunto han sido serviles al poder de turno, a sus verdaderos jefes que son los empresarios y las embajadas de los países imperialistas.
Varios apoyos para el juicio político
Varios gobernadores, centrales sindicales, movimientos sociales y sindicatos han manifestado su apoyo al proyecto del gobierno y llaman a movilizar por el mismo.
No cabe duda que a los dirigentes del movimiento obrero y de masas en Argentina los motiva el seguidismo a las iniciativas de Alberto Fernández, pero no los motiva pelear por los verdaderos problemas de sus bases que padecen la carestía de vida, la inflación y la desocupación, y nos preguntamos ¿Qué asamblea hicieron los dirigentes para tener el mandato de apoyar el juicio político? Si no hacen asambleas resolutivas para elegir los representantes en la mesa de negociación salarial, firman acuerdos sin previa asamblea, difícil que peleen por las necesidades de la base, sino que solo lo hacen por sus propios intereses y para ver si les toca un cargo en las próximas elecciones.
¿Es la Corte Suprema o todo el sistema judicial?
Hemos visto un sinfín de fallos en contra de los trabajadores y las trabajadoras en todo este tiempo, tales como dejar libres a femicidas, nunca condenar o siquiera enjuiciar a los responsables políticos o materiales de las represiones que dejaron muertos a lo largo y ancho del país. Podemos ver también sus fallos en contra del medio ambiente como en Mar del Plata con la explotación Offshore, del reclamo genuino de restitución de las tierras a nuestros pueblos originarios o la constante persecución, procesamientos, cárcel y condenas a los luchadores sociales como actualmente padecen en prisión las mujeres mapuches de la Patagonia. Las condenas a los petroleros de las Heras y por las jornadas de diciembre de 2017 a Sebastián Romero, Cesar Arakaki y sobre mí, o los casos de gatillo fácil en los barrios pobres y las causas armadas que les hacen a los pibes y las pibas.
Esto sucede no sólo porque existe una casta judicial y familias que “heredan tribunales”, que son serviles al poder de turno y a los empresarios, que tienen enormes sueldos ostentosos y que están libres de pagar cualquier impuesto.
Fundamentalmente esto sucede porque los códigos penal procesal, comercial o laboral fueron hecho por los ricos, al servicio de los ricos y controlados por los ricos. Son una pantomima los supuestos órganos de control a los jueces en el Consejo de la Magistratura, ya que son compuestos por los mismos personajes, sean políticos o jueces, que viven de los servicios que prestan a los poderosos de este país.
Hace falta otro tipo de justicia y luchar por lograrla
No podemos caer en la trampa que nos quiere hacer comer el gobierno y sus aliados, tampoco podemos caer en ser funcionales a Juntos por el Cambio de no innovar nada, debemos aprovechar este momento para plantear en cada lugar de trabajo, de estudio o en el barrio, que se debe luchar por tener otro tipo de justicia, para que se cambie integralmente y no sea solo la Corte Suprema podrida que está actualmente o los diferentes tribunales sean federales, de las provincias o de CABA.
Debemos partir por exigir que los jueces cobren el mismo salario de un obrero, que los jueces (sean quien sea) se elijan por el voto popular y que cualquier persona se pueda postular sin ser necesariamente abogado, pero además que sean cargos revocables en cualquier momento.
Pero sin duda deberemos ir fijando la necesidad de crear otros códigos penales, laborales o comerciales para que no sean los ricos, empresarios y la alta sociedad quien fije las pautas, sino que surjan desde la clase obrera y todos los sectores oprimidos de nuestro pueblo. Para conseguir esto, seguramente habrá que luchar con mucha dureza ya que ningún rico empresario y sus lacayos jueces van a querer perder sus privilegios y darán una fuerte pelea por continuar.
Es por eso que el cambio debe ir direccionado a dar vuelta todo de raíz, porque actualmente el aparato judicial genera miles de millones de pesos (jueces, fiscales, abogados, guardia cárceles, empleados, etc.) que seguramente en otro tipo de sociedad no harían falta porque serían los tribunales populares integrados por trabajadores y trabajadoras quienes harían de juez y comisiones investigadoras independientes que suplirían a fiscales y querellas.
Un simple ejemplo de que tipo de justicia se necesita
En noviembre de 2021 el Tribunal Oral Federal nro. 3 nos condenó por las jornadas de diciembre del 2017 contra la reforma previsional que impulsó Macri por órdenes del FMI. Sin embargo, si en lugar de un juez hubiese sido un tribunal popular en el cual sean parte trabajadores petroleros, de limpieza, docentes, jóvenes, mujeres, jubilados y miembros de pueblos originarios seguramente hubiéramos salido absueltos y se hubiese condenado a los responsables policiales de la represión, a los políticos y directivos del Fondo Monetario. No queremos que se confunda Tribunales Populares con los juicios por jurado, que son otra cosa. Además, si se agregaba una comisión investigadora independiente compuesta por miembros de organismos de derechos humanos, de sindicatos y organizaciones sociales que llevaran a fondo un informe de la represión que sucedió ese día seguramente no habría ningún motivo para ir ni siquiera un día a la cárcel.
Sin duda el tema de la justicia debe ser un tema de la clase obrera en su conjunto y por lo tanto deberá incluirse en cada pliego de reclamos por mínimo que sea, tiene que ser nuestro horizonte porque ningún partido político patronal podrá brindarnos verdadera justicia, y como toda conquista obrera se consigue con lucha, sangre y sudor. Tendremos además que implementar un nuevo tipo de gobierno de nuestra clase y una revolución social para poder lograrlo, y es por ello que no participaremos de las movilizaciones y actos que impulsa el gobierno por el proyecto de juicio político a la Corte Suprema de Justicia.