Para las elecciones de este año, desde el PSTU llamamos a unificar en una lista única a ambos frentes electorales (el FIT de PO, PTS e IS; y la Izquierda al Frente del Nuevo Mas y el MST). Eso era lo mejor, porque no hay razones políticas de peso que justifiquen la existencia de dos frentes de izquierda en estas elecciones. A su vez, propusimos colocar candidatos obreros en los principales cargos- y no las figuras parlamentarias de cada partido- para darle un claro perfil de clase a nuestras listas, con los mejores representantes al frente. Desde ningún sector fuimos escuchados y decidieron avanzar por el camino de privilegiar sus propias candidaturas.
En ese contexto, hemos decidido nuevamente apoyar al FIT en estas PASO, para superar esas trabas y permitir que exista una alternativa de los trabajadores y por el socialismo en las elecciones. Así lo venimos haciendo desde el 2011, cuando se dieron por primera vez. En ese momento, el FIT se formó para combatir esa maniobra antidemocrática y restrictiva. La denunciamos duramente, y participamos en una lista única del FIT para derrotar la proscripción de la izquierda.
Cabe recordar que las PASO – Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias- son una legislación electoral restrictiva, cuyo objetivo es reducir el número de participantes en las elecciones. Beneficia a los grandes partidos patronales, con fuertes recursos económicos para hacer propaganda, además de sus políticas clientelares. Y perjudica a los pequeños partidos, así como a los partidos de trabajadores y a la izquierda, que cuentan con menos recursos, facilitando la polarización entre variantes del propio sistema.
Desde un comienzo hemos definido a este mecanismo como una trampa. Establece que para participar de las elecciones generales –que se realizarán en octubre- los partidos deben superar un piso en las PASO del 1,5% del padrón. Y a la vez organiza las candidaturas entre diferentes sectores internos de cada partido o frente, con un mecanismo que hasta permite que los simpatizantes de un partido puedan participar en la interna de otro.
El PTS impone este mecanismo para definir la interna
Sin embargo, a partir del 2015 el PTS se “cortó” solo. Dejó de denunciar las PASO, para utilizarlas al servicio de disputar más cargos en las listas del Frente. Tampoco el PO en su momento vio grandes problemas en utilizar ese mecanismo, confiando en que el resultado le sería más favorable en las elecciones.
Ahora, nuevamente el PTS propone lo mismo. Quiere romper todos los acuerdos previos, con el objetivo de mejorar su ubicación en las listas, y para disputar más cargos que puedan resultar electos. Nos parece una disputa mezquina y profundamente equivocada, reñida con las tradiciones de los partidos obreros.
Si consideran necesario volver a discutir la formación de las listas, o incluso aspectos programáticos, podemos utilizar diferentes mecanismos –por ejemplo asambleas abiertas de simpatizantes del FIT-. Pero nunca utilizar ese mecanismo que antes denunciábamos. Es un error muy grande. Lo era antes y lo es ahora.
La participación de quienes nos decimos revolucionarios en las elecciones tiene por objeto llevar nuestro programa al conjunto de los trabajadores y el pueblo, y educar en la política y el método obrero. Utilizar los mecanismos de la patronal, imponiéndoselo a otros que no quieren hacerlo por la fuerza de la legislación burguesa representa una fuerte adaptación a la democracia de los patrones.
Además, ya hemos visto en el 2015 que el combate interno entre los partidos ha desgastado la propuesta electoral del Frente de Izquierda ante los partidos patronales.
El FIT debe cambiar de rumbo
El Frente de Izquierda es un frente electoral, y no otra cosa. No es ni será una herramienta revolucionaria, porque cada uno de los partidos que lo conforman –y los que lo hemos apoyado- tenemos visiones estratégicas distintas.
Sin embargo, como herramienta electoral de independencia de clase para oponerla a las variantes patronales, ha sido útil y progresiva. Permitió presentar una propuesta opuesta a las variantes patronales, que logró votaciones importantes, claramente superiores a las que hubiera logrado la suma de los partidos aislados. Para mantener esa condición, debe ser consecuente con sus propias posiciones. Si el FIT nació repudiando las PASO, tiene que seguir haciéndolo.
Más aún, debe romper con el curso general de adaptación a las prácticas parlamentarias y electoralistas de los partidos patronales.
Por ejemplo, recién asumidos los cargos parlamentarios, en el 2013, el PTS sorprendió apoyando proyectos de ley kirchneristas, tales como la de “jardines comunitarios” (1).
Otro ejemplo que refleja esto es la equivocada votación de los diputados del FIT frente a la propuesta del PRO de anulación del 2 x 1. Cuando el 2 x 1 ya había caído, y se trataba de postular un proyecto de ley que ubicara el conjunto de las reivindicaciones históricas del movimiento de derechos humanos y una propuesta de juicio y castigo a todos los militantes y civiles que conformaron la dictadura, el FIT –a través de sus diputados- se limitó a ser apoyador de una ley que lavó la cara a de todos los partidos patronales, desde el PRO hasta el kirchnerismo y el radicalismo.
En el mismo sentido van las campañas ya lanzadas que se limitan a la instalación de los candidatos mediante afiches sin, o casi sin, consignas, como las que hacen los políticos patronales.
Estas actitudes demuestran que el PTS no está solo en su rumbo de adaptación, sino que es la vanguardia, el “primer violín”, de un proceso más global del FIT.
Es preciso romper con ese curso. Y en ese marco, imponer una lista única del FIT en las PASO que lo fortalezca hacia octubre.
1) Se trató de un proyecto de la diputada Alicia Sánchez del partido MILES y del FPV, regulando los jardines maternales “comunitarios” precarizados, con personal no idóneo, que es parte de la política de liquidación de la educación estatal. El proyecto fue sancionado en la Legislatura bonaerense.