El permanente descenso del valor de los salarios metalúrgicos, mientras las patronales siguen recibiendo ganancias enormes pese a la caída de la economía, marca una continuidad en la política entreguista de la cúpula de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Pero además, demuestra que no basta con cambiar de dirigentes: es necesario romper la connivencia del gremio con los patrones, mediante una irrupción de las bases
Este mes, la segunda cuota de la paritaria se acumulará al 10% de abril, dando un resultado que solo superará a la inflación en las estadísticas que maneja Abel Furlán, el Secretario General de la UOM Nacional. La realidad es que el salario metalúrgico se aleja de la fórmula de “una hora de trabajo = un kg de asado” que supo regir alguna vez…
Mientras tanto, los problemas de la economía no le afectan a la patronal de la misma manera. Aunque no todos los empresarios hayan conseguidos las ganancias brutales de un Paolo Rocca (Techint), lo cierto es que gran parte de las medidas del Gobierno los han beneficiado.
Pero para la dirigencia de la UOM estas cosas son secundarias: el centro de su actividad en la actualidad, es lograr que el Frente de Todos siga gobernando pese a su carácter claramente antiobrero, apoyando las posibles candidaturas de Cristina Kirchner, Sergio Massa o quien sea.
Un problema profundo
Estas dos cuestiones (las paritarias a la baja y el apoyo a políticos patronales) no están separadas sino que tienen una raíz común, una que viene siendo el origen de los males que sufren los metalúrgicos desde hace décadas: el peronismo. Y todas las variantes de esta ideología de la subordinación de la clase obrera a la patronal y al orden e instituciones capitalistas. Sistema al que, en todo caso, buscan hacer más amable mediante reformas tímidas.
De ese modo, si la dirigencia metalúrgica permitió que se perdieran tantas conquistas, fue porque así lo necesita un orden patronal centrado en hacer de nuestro país un expendio de materias primas, con alguna que otra industria afín. Y eso implica hundir a la clase obrera en la precariedad y la pobreza. Y de ese modo, esas mismas dirigencias apoyan de manera ciega a gobiernos cuyas políticas nos perjudican.
El problema no abarca solo a los dirigentes, sino a toda la organización interna, los funcionarios del gremio e incluso de la Obra Social: desde los congresos hasta las elecciones, todo el gremio está organizado para impedir la acción directa de las bases, que de otro modo hubieran ajustado cuentas con las patronales y sus gobiernos hace rato. Por el contrario, la libertad relativa a la hora de postular y elegir delegados desde la base, se anula cuando los delegados honestos y luchadores se encuentran con la “máquina de impedir” del gremio, con los dirigentes que les dicen que “no se puede hacer nada”, con el ministerio siempre del lado de la patronal, etc.
La solución viene desde abajo
Por eso mismo, es necesario siempre organizarse y luchar desde cada línea, cada fábrica. Organizar asambleas dentro o fuera de las empresas, y llevar adelante entre todos las medidas que se consideren convenientes (quites de colaboración, trabajo a reglamento, paros, etc.), por las reivindicaciones que se vean necesarias para recuperar el salario y los derechos que venimos perdiendo. Y los luchadores más decididos, los que estén dispuestos a ir hasta el final para conquistar un trabajo y una vida dignas, deben establecer organizaciones permanentes y relacionadas con otras fábricas en la medida de lo posible.
Pero junto con esto hace falta algo aún más importante. Es necesario que el conjunto de los compañeros, empezando por los más luchadores, entiendan que todos los patrones, sus aliados, y las instituciones de sus gobiernos son sus enemigos mortales. Que la pelea no es simplemente por ganar salarios dignos, sino una lucha más grande y profunda para sacarles las fábricas, sus riquezas mal habidas y derrumbar su poder político. Es necesario, para vencer, entender que los trabajadores podemos y debemos gobernar el país, dirigir la economía y lograr que la riqueza le llegue a todos.
Los metalúrgicos del PSTU venimos impulsando la creación de una opción de lucha contra toda patronal desde Avanzada Metalúrgica, apostando por la auto organización y la movilización de las bases como única salida al desastre causado por los dirigentes amigos de los empresarios. Nos ponemos a disposición de estas tareas