Hace varios meses que los gobiernos Rajoy (Estado español) y Passos Coelho (Portugal) se jactan del “fin de la crisis”.
Para estos señores sólo existía crisis cuando las portadas de los periódicos anunciaban: “La crisis del euro se profundiza”; “Portugal y Grecia pueden salir del euro” o “La prima de riesgo remonta a niveles históricos”. O sea, cuando sus gobiernos estaban en trance de no pagar a la banca la deuda soberana. De ahí vinieron los recortes, reformas, rebajas de salarios, precariedad extrema y desahucios. Es decir que, para nosotros, la crisis se ha ahondado, una mayoría de familias no llega a fin de mes y el paro [desempleo] se mantiene en niveles históricos… pero esto no sale en las portadas.
Sin embargo, en las últimas semanas la crisis de ellos ha vuelto a los medios: «La economía europea está en punto muerto», afirmaba Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), «Europa abocada a la deflación»… Muchos se preguntan, ¿qué pasa con la crisis?, ¿no era cosa del pasado? Pues no.
La deuda y nosotros…
La primera pregunta es: si los periódicos no hablan ahora de la crisis del euro, ¿se debe a que la deuda pública ha bajado? Pues no, todo lo contrario:el Estado español ha aumentado su deuda pública a 100% del PIB. Paradójicamente, cuando la “crisis del euro” ocupaba portadas y la prima de riesgo alcanzaba récords,la deuda estaba en 60%.
¿Pero si la deuda aumentó, por qué ha bajado la prima? En primer lugar, porque los bancos han visto que podrían seguir comprando deuda pública porque el gobierno, con los recortes sociales, la reforma laboral y las rebajas salariales, se comprometía a quitar de los trabajadores y traspasarles a ellos el dinero y, de paso, permitir que sus directivos siguieran sacando de sus tarjetas Black.
La otra pieza era el BCE, que ha bajado a 0,05% el tipo de interés al que presta a los bancos (por debajo de la inflación), mientras estos prestan a los gobiernos a 4 y 5%… Es así como el gobierno español ha podido financiarse, aumentando la deuda. Por ello, los presupuestos de 2015 mantienen los recortes para seguir drenando dinero a los bancos.
Para ellos, mientras los bancos puedan cobrar sus préstamos y remontar ganancias, no hay crisis. Perolos bancos, pese a la “flexibilización monetaria” del BCE, no conceden nuevos préstamos a las empresas, que están profundamente endeudadas. Por eso, la reforma laboral es clave, porque necesitan seguir bajando salarios para así disminuir el endeudamiento de las empresas con los bancos. Los trabajadores ven congelados o rebajados sus salarios y los contratados en precario cobran 50% menos… para que ellos salgan de su crisis. Por eso, ahora también el gobierno «socialdemócrata» de Renzi en Italia y el de Hollande en Francia anuncian reforma laboral y ronda de recortes.
¿Por qué el BCE y el FMI hablan del peligro de una nueva recesión en Europa?
La novedad novedosa es que la economía alemana puede estar entrando en recesión. Su producción industrial en agosto, comparada con julio, descendió 4,3% (Eurostat 14/10/14), y en julio bajó 0,4%. El asunto es que el conjunto de la economía UE está integrada a la máquina exportadora alemana y no se puede entender la crisis en cada país al margen de ello.
En 2013, Alemania alcanzó una balanza comercial récord, con el mayor volumen de exportaciones y de superávit (200 mil millones) de los últimos diez años. Las exportaciones alcanzaron 1,10 billones de euros. Para ello debió importar 900 mil millones en suministros producidos en otros países europeos por sus filiales y otras empresas.Una ralentización en las exportaciones alemanas a China y EEUU lleva de la mano un deterioro en la producción alemana y de la zona euro.
Las medidas del BCE: evitar el peor escenario
El FMI ha dicho que 70% de la banca europea tiene una parte muy importante de sus activos comprometida en préstamos, particularmente a empresas, que no cobran. Por ello, el BCE anuncia que “aumentará la liquidez”. Es decir que, tras un “rescate” de 600 mil millones de euros para salvar a los bancos de la quiebra y además de estarles prestando dinero a un tipo de interés de 0,05%, ahora les va a comprar deuda, a ellos y a las empresas. Dicen que lo hacen para que los bancos puedan prestar a las empresas para nuevas inversiones.
¿Pero van a invertir las empresas? Véase un informe de la patronal del automóvil: «El sector de la automoción en la UE ha perdido más de 80 fábricas y 500.000 empleos desde que comenzó la crisis. La producción ha caído más de un 18% y tanto las matriculaciones como las exportaciones en más de un 25%. El automóvil es clave para la UE, representando el 7% del PIB y el 10% del empleo. Alemania es el país que más empleos acoge dentro del sector con unos 700.000. Le sigue[n] Francia, Reino Unido y España. La mayor parte de las exportaciones fuera de la UE se dirigen a Asia (sobre todo, China), Europa del Este (principalmente Rusia), Turquía y EEUU.»
O sea, no está nada claro que los capitalistas vayan a invertir. Lo que quieren es remontar su ganancia. Y la inversión aumenta su sobrecapacidad, así que no hay otra manera para ellos ahora que quitar de los salarios.
El BCE busca ganar tiempo impidiendo un impago a gran escala de la deuda privada, que profundizaría la caída de la producción industrial y provocaría la recaída en la recesión. Su esperanza es que, entretanto, las exportaciones de Alemania a China y los EEUU no se desplomen y, por el contrario, remonten.
La lucha contra el pago de la deuda pública y la expropiación de unos bancos que siguen “socializando” sus pérdidas es más necesaria que nunca y el único camino, a nuestro entender, para que los trabajadores no sigamos pagando su crisis.
¿Qué es la deflación?
La deflación es una caída continua de los precios de las mercancías. Es lo que está comenzando a ocurrir en la UE, cuya inflación está cerca de cero pero ya es negativa en España, Portugal, etc.
Los precios caen no porque haya demasiadas mercancías sino porque estas no pueden ser vendidas a un precio que le permita al capitalista realizar la plusvalía. Es un resultado de la sobreproducción. Si la deflación se profundiza va dejando sin efecto la reducción de los salarios en el Estado español y en Portugal, pues las mercancías también bajan de precio y las ganancias conseguidas a costa de bajar los salarios, también.
Además, si los precios caen, no ocurre así con las deudas, que ven aumentado su valor. Si, entretanto, merman las ganancias de las empresas, éstas ya no podrán pagar las deudas.
La creación de dinero y la compra de títulos de deuda de los bancos y empresas por el BCE busca evitar la explosión de la periferia europea, endeudada con los bancos alemanes, franceses y norteamericanos. Pero el dinero sale de Frankfurt (sede del BCE) para regresar a Frankfurt (sede de los principales bancos alemanes).
Artículo suministrado por Página Roja, periódico de Corriente Roja (Estado español).