Violencia machista de la casa a la escuela

Los pedidos urgentes y desesperados de búsqueda de una persona desaparecida tienen, casi siempre, nombre de mujer. Hoy celebramos que apareció Bryanna Najera Reganzani, de Villa Madero, La Matanza. Pero mañana y pasado, y la próxima semana, nos llegarán nuevos pedidos de auxilio, para la búsqueda de otras chicas. Día a día vemos cómo la violencia machista afecta cada vez más a las jóvenes, y día a día vemos cómo ninguna institución por parte del Estado da respuesta.
Muchas alumnas acuden a sus maestras o profesoras cuando son golpeadas, manoseadas sin su consentimiento o cuando son víctimas de un abuso mucho más grave. La violencia se propaga cada vez más rápido ante el avance de la crisis y en las escuelas los docentes siguen sin contar con las herramientas necesarias. Qué puede hacer un docente en una escuela sin calefacción, donde su rol es hacer “que los pibes pasen de año” y que el contenido no importe. Qué apoyo puede recibir la joven que llega en ese estado a la escuela, si no hay profesionales de salud, para asistencia psicológica o cualquier tipo de contención necesaria. Cómo puede salir una piba de esa situación si son menores que no tienen recursos propios. Dónde está la mano del Estado para ayudarla a salir de ese contexto. De todo esto, no vimos hablar a ningún candidato del PRO o de todas las variantes patronales.
¡QUEREMOS SOLUCIONES!

La unión hace la fuerza

Sin embargo, los y las jóvenes saben que deben organizarse desde abajo para salir a pelear por sus derechos y combatir el machismo. No es casual que desde el 28 de agosto se encuentre tomada la escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano; a ella se sumaron 17 escuelas más hasta hoy (la Escuela Técnica 33, el Liceo 9 y el Yrurtia, y otras), en rechazo a la nueva reforma educativa. También se levantan reivindicaciones para combatir la violencia de género, como la exigencia de un protocolo de acción ante situaciones de violencia. Y la incorporación de la educación sexual integral en la escuela, así como la capacitación del cuerpo docente para responder a la realidad, para el tratamiento de la sexualidad sin tabúes, poder hablar de ella y de las diversas maneras en las que se manifiesta.
Fueron las compañeras y los compañeros de Anahí Benítez los que iniciaron una campaña feroz para encontrarla, empapelando los barrios con afiches, aportando datos y saliendo a la calle, y que con lágrimas de dolor y odio dijeron, cuando la encontraron muerta, que si la Policía los hubiese escuchado hoy Anahí estaría viva. Claro, policía
hay cuando se trata de detener laburantes que salen a exigir la aparición de Santiago, pero no para buscar a Anahì y a todas las desaparecidas. Porque son cómplices de las redes de trata, políticos, justicia y policía.
Fue la movilización masiva y popular la que hizo que trajeran a Nadia de vuelta cuando esta mafia la desapareció por segunda vez, aún cuando estaba bajo tutela del Estado. Esto demuestra que sólo estando mujeres y hombres organizados desde abajo, movilizándonos y luchando en las calles, podemos combatir la violencia machista.
Es claro que esto sucede a los laburantes e hijos de laburantes, no vemos casos donde hijas de empresarios,
o políticos corran esta suerte. Mientras ellos viven en sus barrios privados las pibas de los barrios más humildes somos las que vivimos al filo del peligro. Para que luego los medios nos tilden de que salíamos de noche, andábamos con muchos chicos o consumíamos drogas y a partir de eso justificar la desaparición.
Nadie debe desaparecer, ser abusada, acosada, solo por el hecho de ser mujer y pobre. Queremos vivir tranquilas.
Debemos lograr que la autodefensa sea parte de la currícula educativa y el gobierno tiene que lanzar campañas educativas generales (publicidades, afiches, programas TV, noticieros) permanentes contra la violencia machista. La educación es integral, no solo en las escuelas. Las pibas no podemos estar libradas a la suerte. 

Para concretar todo lo que necesitamos hace falta elaborar planes y programas, recursos, presupuesto, declarar una verdadera Emergencia Nacional contra la Violencia Machista.
El gobierno de Macri no tiene ninguna voluntad política para llevarlo adelante. Tenemos que imponerlo con nuestra unidad y nuestra lucha Debemos continuar el ejemplo de los pibes y las pibas de los secundarios. Todos los Centros y Sindicatos deben levantar estas exigencias. Las centrales de trabajadores tienen que responder por qué no hacen nada siendo que la mitad de los trabajadores que ellos dicen representar viven a diario esta realidad. ¿Qué justificación más necesitan para llamar un Paro General de emergencia por la violencia hacia la mujer? Ni una menos debe acompañar este gran ejemplo que nos están dando los estudiantes.