Alberto Fernández se entrevistó el 29 de marzo con el presidente norteamericano Joe Biden, para “pedir ayuda” ante la crisis económica, agudizada por la sequía que dañó la cosecha. Como sabemos, esa “ayuda” tiene un alto costo.
Pocos días después, llegaron a la Argentina dos enviadas del Departamento de Estado norteamericano. El objetivo de las visitas es “ordenar la agenda común”.
Por un lado, la Subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, tuvo entrevistas con varios funcionarios, políticos opositores, empresarios y fue recibida por la CGT.
Expresó la preocupación de Estados Unidos por el acercamiento de China a la Argentina. En particular, están mirando la llegada de la tecnología 5G, las obras de dragado de la Hidrovía, la posible construcción de una central nuclear y la cuestión del litio. Es decir, viene a decirnos que solo podemos hacer negocios con Estados Unidos.
Por otro lado, la Jefa del Comando Sur, Generala Laura Richardson, se reunió con el Ministro de Defensa, Jorge Taiana, y con el Jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército, General Juan Martín Paleo. El año pasado se había entrevistado con Cristina Fernández.
La militar expresó la inquietud del Pentágono por las relaciones con China. En particular, se refirió a los trabajos de la agencia Satellite Launch and Tracking Control Central (CLTC), que depende del Ejército Popular de China, en la Estación Espacial de Neuquén, por un lado. Y por otro, a las negociaciones con Beijing por la compra de aviones supersónicos y vehículos multiuso 8×8.
Richardson ganó notoriedad últimamente por expresar sin reparos las intenciones de rapiña de EE.UU. sobre Latinoamérica: el cobre, el agua dulce, el petróleo y el Triángulo del Litio. Y manifestó la preocupación yanqui por la competencia china. Dijo: “China ha ampliado su capacidad para extraer recursos, establecer puertos, manipular a los gobiernos a través de prácticas de inversión depredadoras”.
También señaló que la zona acumula “el 60% del litio del mundo”. “Argentina, Bolivia y Chile lo tienen y [nuestros adversarios] están sustrayendo recursos a estos países y a su gente”.
Como se ve, la “ayuda” de Biden viene con regalo. Quieren quedarse con todos los negocios extractivos, la Hidrovía, el control militar y el suministro de tecnología para la Argentina y todo nuestro continente. El Gobierno argentino, Massa, Cristina e incluso la CGT corren a sacarse fotos con estas visitantes.
Fuera de la Argentina y de América Latina
No se trata de que China venga con una “ayuda” desinteresada. Son tan piratas y quieren lo mismo que EE.UU. Pero es una vergüenza que los funcionarios del Gobierno, y más aún los dirigentes de la CGT se arrodillen de esta manera.
Lejos de celebrarlas, debemos repudiar estas “visitas”, y rechazar el servilismo de los políticos patronales que se inclinan ante los saqueadores. Tenemos que impedir el robo de nuestros recursos naturales, pelear por nuestra soberanía: la gesta de la Primera Independencia muestra que podemos hacerlo. Una Segunda y Definitiva Independencia continental con la clase obrera de nuestros países a la cabeza, no es para futuro: es una necesidad urgente.