En medio de un intenso cronograma electoral en todo el país, las elecciones en Tucumán dieron la nota: un fraude escandaloso que involucra hasta las quema de mas de cuarenta urnas despertó la indignación de la población que al movilizarse fue salvajemente reprimida por la policía provincial.
A pesar de que el fraude fue evidente el oficialismo encabezado por Alperovich, el actual gobernador, se empecina en plantear que “se votó con transparencia” y que las urnas quemadas no cambiarían el resultado electoral ya que sólo se trata del 1% del padrón y que Manzur, del Frente para la Victoria, estaría 14% arriba de Cano, el candidato de la oposición, por lo tanto, lo que quedaría es aceptar la voluntad popular. Es así que dicen que la movilización fue convocada por TN y la oposición patronal y la represión “provocada” por los mismos.
Desde Buenos Aires, Cristina, su candidato Scioli y Anibal Fernandez salieron a avalar el fraude y la represión.
Por su parte los candidatos de la oposición patronal como Macri y Massa intentan montarse sobre el descontento de la población para intentar ganar votos como defensores de la “democracia”, mientras pretenden detener la movilización ante el temor que se les “vaya de las manos”.
La represión y las patotas del gobierno intentan frenar las masivas movilizaciones, cortes y piquetes en distintos lugares de la provincia. En su ofensiva represora el gobierno también ha detenido y encarcelado a luchadores y militantes sociales, entre ellos a compañeros del PO y el FIT.
Lo cierto es que más allá de que la oposición patronal quiera utilizar la movilización en sus intereses, que son siempre contrarios a los de los trabajadores al igual que los del gobierno, lo que no se puede negar es que la masividad de la movilización y la fuerza de la misma expresan un hartazgo real de los trabajadores y el pueblo tucumanos. El grito de miles en la movilización fue “que se vayan todos” mostrando el descontento que viene de arrastre contra un régimen putrefacto, y este fraude fue la gota que colmo el vaso. La desocupación, los bajos salarios y la pobreza son moneda corriente en la provincia mientras el actual gobernador y su esposa son dueños de muchísimas empresas y propiedades, descaradamente.
Lo que realmente muestran estos hechos escandalosos es la esencia de esta “democracia” al servicio de los ricos y los partidos patronales: el supuesto acto donde el pueblo se expresa es manipulado por la corrupción y el clientelismo, llegando al punto de ni siquiera “conservar las formas de elecciones libres” y si, como en este caso, a la población se le ocurre levantar la voz de una manera realmente activa, como es la movilización, el gobierno reprime brutalmente.
Desde el PSTU denunciamos el escandaloso fraude y la brutal represión, exigimos la inmediata liberación de los compañeros detenidos, la convocatoria a nuevas elecciones con todas las garantías democráticas. Las organizaciones de los trabajadores deben ponerse al frente de la lucha convocando un paro general provincial impulsando la continuidad de la movilización por el conjunto de los reclamos que se vienen acumulando.
La movilización del pueblo tucumano contra el fraude y el régimen corrupto debe ser apoyada y tomada en nuestras manos por el conjunto de los trabajadores en todo el país.