Los trabajadores de la industria aceitera han iniciado una huelga por tiempo indeterminado por sus salarios. Exigen un salario mínimo igual a la canasta familiar. Fue el único sindicato del país que paró cuando se votó la Ley Bases de Milei, y su máximo dirigente amenazó con preparar la huelga general sin la CGT. Toda la clase obrera tiene que apoyar esta lucha.
Son trabajadores con salarios «buenos» (básicos superiores a $ 1.300.000). A diferencia de sectores mucho más postergados, como los metalúrgicos o la construcción, no se conforman y van por más.
Los aceiteros hace años luchan con un criterio muy diferente a todos los demás gremios. La mayoría de los dirigentes, como los trabajadores sabemos, negocia con la patronal a partir de salarios deprimidos, para “no perder con la inflación”. Es decir, pretenden como máximo mantener salarios ya muy bajos. Y al final siempre aceptan propuestas patronales que van achicando nuestros ingresos.
Los aceiteros luchan, desde hace años, de otra manera.
Igual a la canasta familiar
Los aceiteros sostienen que la clase obrera tiene que hacer cumplir el derecho a salario mínimo, vital y móvil según la definición del Artículo 14 bis de la Constitución, y el Art. 116 de la Ley de Contrato de Trabajo. Es decir, un salario que asegure en su jornada legal de trabajo (8 horas) los derechos básicos para toda la familia: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión. Y que se actualice junto a la canasta, de acuerdo a la inflación.
Vienen imponiendo esto con grandes luchas, como cuando hace unos años bloquearon el puerto de Rosario paralizando más de 200 buques. Las patronales aceiteras han venido aceptado esto, porque tienen grandísimas ganancias. Pero ahora parecen dispuestas a derrotarlos. Y cuentan con el apoyo del gobierno nacional y provincial, la Justicia y gran parte de los sindicatos.
Es que no pueden permitir que se extienda este ejemplo, de pelear por un mínimo igual a la canasta. Y no les perdonan que haya sido el único gremio nacional que hizo lo que la CGT no: parar para que no se vote la Ley Bases.
Una lucha testigo
Iniciaron una huelga Nacional Aceitera por tiempo indeterminado. Llevan 4 días paralizando las exportaciones, con 10.000 camiones parados y un millón de dólares diarios de pérdida por los 20 barcos demorados a la carga.
La medida fue resuelta en un plenario de 250 delegados realizado en Santa Fe. Y se está cumpliendo en las 40 fábricas de todo el país, con piquetes que garantizan las medidas e impiden que los trabajadores sean forzados a trabajar, además de prevenir toda violencia policial o patronal.
Esta lucha se transforma en un caso testigo, porque desafía no solo la política del gobierno y las patronales, sino también la tregua y complicidad del conjunto de los dirigentes sindicales.
Tenemos que apoyarlos desde todas las fábricas, establecimientos, yacimientos, etc. Hacer mociones, enviar la solidaridad, tomar contacto con las fabricas aceiteras, sumarnos a sus piquetes. Si ganan ellos, toda la clase obrera estará en mejores condiciones.
Por una organización que prepare la huelga general
El Secretario General de los aceiteros, Daniel Yofra, denunció que “la CGT no está a la altura de las circunstancias”, y amenazó que “Sí se puede hacer un paro general sin la CGT”. Tiene razón, pero eso no puede quedar en palabras.
Claro que se puede hacer un paro general sin la CGT. Sin la CGT hicimos el Argentinazo del 2001.
En marzo del 2017 los corrimos del palco, para imponer un huelga contra Macri. Y en diciembre del 2017, aprovechamos un llamado tibio de los dirigentes para tomar la Plaza Congreso y derrotar los planes de Macri.
Pero eso no llega solo, ni se improvisa. Es preciso construir una organización que lo prepare.
El gremio Aceitero tiene la autoridad para convocar un Encuentro Nacional de sindicatos, seccionales, Comisiones Internas, agrupaciones y movimientos sociales dispuestos a tomar en sus manos un plan de lucha. Un Plenario Nacional abierto a todos los que quieran luchar.
Dirigentes como Alejandro Crespo, el “Pollo” Sobrero y demás representantes de sindicatos con presencia de la izquierda, tienen la responsabilidad de dirigirse a los Aceiteros y otros sectores, para proponerles una iniciativa en este sentido.
No podemos esperar más. Los dirigentes de la CGT y demás centrales mantienen su tregua. Es hora de avanzar en una organización capaz de enfrentar al gobierno y las patronales, y la entrega del país. Que conduzca un plan de lucha dispuesto a enfrentar también el protocolo antipiquetes y la represión, hasta derrotar el plan de Milei, las patronales y el FMI ¡No podemos dejar que nos sigan encarcelando y abriendo causas por luchar! ¡Organizar la defensa sindical, obrera y popular, contra la represión!
El PSTU se pone al servicio de esta tarea, dentro de sus posibilidades y con el antecedente de haber estado a la cabeza en la lucha contra Macri -sufriendo la persecución y cárcel de sus militantes-, en el enfrentamiento al gobierno peronista de Alberto y Cristina, y las primeras importantes pero insuficientes medidas que se hicieron frente al actual gobierno.
El gobierno de Milei es rechazado por los trabajadores de toda América Latina. Por eso, está también planteada la posibilidad de desarrollar una amplia campaña solidaria de sindicatos, centrales y referentes con la lucha de los aceiteros y de toda la clase obrera argentina.