Romper las cadenas que nos atan. Basta de Deuda Externa
La deuda externa es uno de esos capítulos oscuros en la historia de nuestro país. Parece un chiste de mal gusto que una deuda contraída por la dictadura sea tratada como palabra santa por todos los candidatos patronales. Nos dicen “las deudas hay que pagarlas”. Pero cuanto más pagamos, más debemos. Y encima, para pagar, nos endeudan más.
Los socialistas del PSTU en el FIT decimos que no hay que darle un peso más a esos estafadores internacionales de la deuda. Es una deuda que el pueblo no contrajo, y ni siquiera ese dinero se pone a disposición de nuestras necesidades, sino de los negociados de los millonarios, de la corrupción y de pagar más deuda.
Los trabajadores precisamos de esos recursos para destinarlos a vivienda, salud, educación, trabajo, combatir la violencia contra la mujer y todas las necesidades que nos aquejan cada día a los “de abajo”. Para poder llevar el pan a la mesa todos los días tenemos que terminar con el banquete de “los de arriba”.
En Defensa de las Condiciones de Trabajo
La reforma en los convenios laborales es el primer capítulo de un plan macabro que busca exprimirnos cada gota de sangre para más ganancias de los empresarios. A ese plan nosotros le contraponemos en primer lugar la anulación de toda modificación que flexibilice las condiciones laborales, (ya las primeras fueron firmadas por los dirigentes sindicales a espaldas de los trabajadores).
El Gobierno y la patronal quieren imponer aumentos en los ritmos de producción, que además de desgastarnos más, provocan más accidentes, mientras no invierten un peso para condiciones de seguridad. Por eso proponemos derogar la ley de ART, que le pone precio a nuestras vidas y les permite a los empresarios especular con ellas.
Los trabajadores a través de sus delegados, comisiones internas u organismos especiales deben controlar que todos los elementos de seguridad estén en condiciones, que los ritmos de trabajo no excedan un límite que ponga en peligro nuestra salud. Y en caso que no se cumpla algunas de estas condiciones, detener la producción hasta que se regularice la situación. Además ante un accidente que deje secuelas, el trabajador debe ser reubicado en otro sector donde pueda trabajar por el mismo salario que antes.
Por Empleo y Salario dignos
Vamos todos los días al trabajo y tenemos la incertidumbre de si ese día nos va a tocar a nosotros el despido. Nos preocupamos porque no sabemos cómo seguir manteniendo a nuestras familias. El salario nos dura cada vez menos. Esto tiene que terminar.
Empecemos por prohibir los despidos por ley. ¡Que ninguna familia más quede en la calle! Que el salario sea igual a la canasta familiar (aproximadamente $25.000) y que se actualice inmediatamente con la inflación. Que se cobre el mismo salario por el mismo trabajo, ¡basta de discriminación salarial a mujeres y extranjeros!
Para recuperar los puestos de trabajo perdidos, hay que poner en marcha un plan de obras públicas. Este plan estaría destinado a preparar las ciudades contra las inundaciones que las azotan y a reparar zonas golpeadas por éstas como por ejemplo Comodoro Rivadavia. En asambleas los trabajadores deben controlar los presupuestos de las obras para combatir la especulación y la corrupción.
Las empresas despiden y a los que quedan trabajando les aumentan el ritmo para mantener la misma producción. En vez de eso, lo que tenemos que hacer es repartir las horas de trabajo entre todo el personal, sin reducir el salario, para seguir trabajando todos.
Toda empresa que cierre, como Pepsico, o que se niegue a cumplir con todo esto y deje trabajadores en la calle, tiene que ser estatizada y puesta a funcionar bajo control de los trabajadores, para producir y funcionar en base a las necesidades de la población y de este modo combatir el hambre y la desnutrición infantil que crecen día a día.